- Este lunes 18 de enero la entidad regresó al semáforo naranja
- La apertura del estadio el 15 de enero último se justificó con el semáforo amarillo, sin embargo, ese mismo fin de semana Aguascalientes pasó a naranja e incrementó su tasa de letalidad
Con centros nocturnos llenos de personas y después de que se permitiera abrirle las puertas a la afición del Necaxa en el Estadio Victoria, el fin de semana pasado la Secretaría de Salud federal actualizó el semáforo epidemiológico nacional, donde se consignó que a partir de este lunes, 18 de enero, Aguascalientes regresaría al color naranja. Esto significa un riesgo alto de contagio por covid-19 y se suma al hecho de que este domingo la entidad alcanzó los mil 813 fallecimientos. La tasa de letalidad por coronavirus ya es del 11.3%.
Junto con otras 18 entidades federativas, Aguascalientes forma parte del grupo que hasta el 31 de enero permanecerá en color naranja; diez estarán en rojo, dos en amarillo y sólo campeche en verde.
El mismo viernes 15 de diciembre que la Secretaría de Salud federal actualizó el semáforo, el Estadio Victoria abrió sus puertas al Atlético de San Luis y a aficionados. Aunque el club avisó desde el lunes 12 de enero que ya había obtenido la anuencia estatal y municipal para permitir un aforo del 30% de afición, como tal no se usaron los criterios del Indicador Estatal Covid (IEC) para esa determinación.
La justificación del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (Issea) respecto a dicha apertura fue que “el color amarillo permite este tipo de eventos con control de aforo”, no obstante, y como se planteó en el comunicado del Necaxa, la apertura de otros partidos dependerían de las “condiciones sanitarias y del aval de las autoridades en materia de salud”. El semáforo naranja ya no permite actividades deportivas profesionales abiertas al público.
Panorama local
Hasta ayer, 15 mil 898 personas han sido confirmadas con covid-19 mediante prueba PCR en el estado, de ellas, mil 813 no pudieron librar la enfermedad y había 581 casos activos.
De los más de 500 casos activos, 244 presentaban síntomas graves y muy graves. En total, 155 personas se encontraban hospitalizadas por presentar el padecimiento bajo el término grave. Las otras 89 personas estaban ocupando una cama de terapia intensiva porque ya se consideraban muy graves, en esos casos la intubación es necesaria y el paciente puede durar hasta un mes internado.
Estas son cifras que el Issea cuenta y comparte, no obstante, en las hospitalizaciones no se está tomando en cuenta al sector privado, sino que sólo se cuenta lo que ocurre en los hospitales públicos tanto federales como estatales.