- Personas que se han recuperado de covid-19 suelen presentar alteraciones en la oxigenación, lo que provoca deterioro paulatino de la función general en los músculos que intervienen en la respiración
- Es recomendable acudir con expertos en terapia física para que se sometan a tratamientos que fomenten la recuperación de las funciones articulares, musculares y físicas en general
A lo largo de la pandemia por covid-19, la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) ha puesto a disposición de la sociedad su infraestructura y capital humano, con la finalidad de ayudar a resolver las problemáticas surgidas en este contexto. Por ello, investigadores de la institución han dedicado esfuerzos para identificar y estudiar las principales afecciones que padecen quienes se han contagiado y recuperado de esta enfermedad; así, es posible diseñar terapias que promuevan una mejora más eficaz en la salud de las personas.
Susana Esparza Ramos, jefa del Departamento de Terapia Física del Centro de Ciencias de la Salud (CCS) de la UAA, detalló que, debido al comportamiento del coronavirus, las afecciones respiratorias son las consecuencias más comunes en quienes resultaron contagiados. En relación con los pulmones, por ejemplo, ocurre una alteración en el intercambio adecuado de oxígeno, que provoca un deterioro paulatino en las funciones generales de los músculos que intervienen en la respiración. Además, en los casos en que los pacientes permanecen inmovilizados o en cama por un tiempo prolongado, existen alteraciones articulares, musculares y físicas en general. Estos daños llegan a ser graves si el paciente llevaba una vida sedentaria antes de padecer la enfermedad. De igual modo, se han detectado afectaciones en el sistema nervioso, central o periférico, una baja en el acondicionamiento físico, problemas de deglución, sueño, nutrición, entre otras.
A causa de lo anterior, Esparza Ramos reconoció la importancia de tener un acercamiento con especialistas que brinden una atención integral basada en la rehabilitación muscular, articular y respiratoria si es necesario: una vez que el paciente sea valorado, será posible prescribir un programa pertinente de ejercicios vigilados, supervisados y controlados, con la finalidad de promover una recuperación funcional, para que eventualmente la persona realice las actividades que practicaba antes de la enfermedad e, incluso, pueda mejorar su calidad de vida.
La jefa del Departamento de Terapia Física destacó que existen ejercicios sencillos y prácticos para fortalecer los músculos respiratorios, de ahí que resulten apropiados para quienes se contagiaron, pero tuvieron una sintomatología menor que, además, les permitió llevar a cabo la recuperación en casa. En estos ejercicios se mantiene una posición básica de estar sentado con las rodillas flexionadas en 90°, los pies apoyados sobre el suelo, la espalda recta y apoyada sobre el respaldo de una silla para luego comenzar con patrones continuos de respiración: primeramente, de inhalación por la nariz y, en un segundo momento, de exhalación por la boca.
Si bien estos ejercicios parecen sencillos, Susana Esparza Ramos recomienda que en todo momento exista un acercamiento con especialistas, pues de esa manera recibirán una atención que responda adecuadamente al historial clínico y el estilo de vida del paciente en turno. Solo así se ofrecerá la terapia más efectiva que conduzca a una recuperación exitosa.
UAA