¿Qué sigue para la movilidad urbana en Aguascalientes?/ Agenda urbana  - LJA Aguascalientes
16/04/2025

En días recientes, el gobierno estatal anunció la construcción de un nuevo paso a desnivel superior desde la avenida Zaragoza a Independencia, a la altura de Pulgas Pandas, como parte del circuito de flujo continuo en Segundo Anillo. La obra tendrá un costo de construcción de 450 millones de pesos, pero podría generar costos sociales y ambientales mucho más elevados en el largo plazo. ¿Por qué? Los pasos a desnivel no son una solución al tráfico, sino un “remedio” temporal que no ataca de fondo el problema sino que incluso puede acrecentarlo a través del fenómeno de demanda inducida, es decir, que a medida en que se construye más infraestructura vehicular y se reduce la calidad de otros modos de transporte, el uso del automóvil y, por tanto, el tráfico no hará más que aumentar –al igual que los accidentes y la contaminación– hasta saturar nuevamente el espacio vial disponible (ver: https://bit.ly/3biypGN). 

En ese contexto, los pasos a desnivel suelen ser atractivos para los tomadores de decisión por su frecuente interés en la obra pública y la construcción, pero no son una solución real ni de largo plazo a los problemas que resultan de un parque vehicular cada vez mayor. ¿Cuál sería una mejor alternativa? La transformación profunda e integral del servicio de transporte público, que incluya tanto la renovación de los autobuses como un nuevo modelo operativo y de negocio e infraestructura exclusiva de calidad, lo que beneficiaría a más del 30 por ciento de la población que se desplaza diariamente en ese modo. Lo anterior podría contribuir a desacelerar la tasa de crecimiento del parque vehicular en Aguascalientes y, con ello, la congestión vehicular. ¿Y si los más de mil quinientos millones de pesos que el gobierno estatal ha destinado a pasos a desnivel se hubieran utilizado para mejorar el transporte público?

Por otro lado, el presupuesto de egresos de la entidad para 2021 contempla la inversión de 132 millones de pesos para tres terminales de transporte público que formarían parte del proyecto “Sistema Integrado de Transporte Metropolitano”. No obstante, no se prevén, o cuando menos no se han hecho del conocimiento de la ciudadanía, otras obras o acciones encaminadas a transformar de manera más ambiciosa el transporte público, el cual continúa operando con serias deficiencias en cuanto a la cobertura del sistema, la confiabilidad y capacidad de las rutas, la desintegración tarifaria, entre otros aspectos. En ese sentido, más allá de renovar un cierto número de autobuses y supuestamente negociar un nuevo modelo de concesión con lo que anteriormente se conocía como Atusa, el gobierno estatal difícilmente legará a Aguascalientes un sistema completamente renovado, confiable y de calidad. El logro de la administración, según algunos funcionarios, será la adecuación del modelo de concesiones del transporte público, que supuestamente sentaría las bases para la transformación del sistema, pero a poco menos de dos años de concluir la administración, los cambios tangibles en el servicio son escasos y los usuarios aún padecen las consecuencias de la desinversión en el sistema que ha existido por años. 

Más aún, la apuesta por la movilidad vehicular en Aguascalientes implica remover a los peatones de las vías para facilitar el tránsito de los automóviles y evitar que éstos tengan que frenar o desacelerar. Por ello, el gobierno estatal anunció la construcción de tres nuevos puentes peatonales, mejor conocidos como antipeatonales, en los cruces de Segundo Anillo con las calles Barberena Vega y San Julián, y otro en el fraccionamiento Parras, lo que requerirá una inversión –o mejor dicho, un gasto– de casi 40 millones de pesos. El problema consiste en que los puentes peatonales no benefician al peatón sino al automóvil, pues quienes caminan se ven obligados, primero, a desplazarse distancias más largas para llegar hasta un puente peatonal, y, segundo, a utilizar rampas, escaleras o elevadores para subir o bajar, lo que aumenta el tiempo y esfuerzo necesarios para cruzar una avenida. No es casualidad que en la mayoría de las ciudades los puentes peatonales se encuentren abandonados o subutilizados, no por falta de educación vial, sino por simple practicidad al caminar. Por ello, algunas ciudades han comenzado a retirar puentes peatonales existentes para mejorar y equilibrar las condiciones de movilidad de todos los usuarios, incluyendo los  peatones. En movilidad peatonal, Aguascalientes, sin duda, camina en retroceso. ¿Por qué no mejor construir cruces peatonales seguros a nivel de calle? 

En resumen, el panorama para la movilidad en Aguascalientes previsiblemente se mantendrá conforme a los últimos años: el automóvil concentrará gran parte de los recursos disponibles, mientras el transporte público, a pesar de algunas mejoras, muy probablemente continuará operando con serias deficiencias; mientras tanto, la movilidad peatonal y ciclista permanecerá principalmente en el discurso. Y a nivel municipal, al gobierno de la capital sólo parece interesarle su proyecto electoral, por lo cual su aportación a la movilidad de la ciudad ha sido prácticamente inexistente. Esperemos, pues, que en las elecciones del próximo mes de junio los candidatos ofrezcan una agenda diferente de movilidad urbana para Aguascalientes. 

 

fernando.granados@alumni.harvard.edu / @fgranadosfranco


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