No más “Rata de dos patas”/ Alegorías Cotidianas - LJA Aguascalientes
03/07/2024

El año pasado, y debemos de reconocer que, desde hace un buen tiempo, existen iniciativas para que las canciones que incitan a la violencia de género dejen de tocarse en la radio y de distribuirse en las plataformas digitales dedicadas a la música.

La controversia recrudeció el año pasado cuando en el reguetón y en la banda hicieron de las suyas al sacar al público canciones y videoclips donde se denigra la integridad física y emocional de las mujeres.

Lo peor, desde mi perspectiva, no es que existan personas que escriban ese tipo de conceptos, si analizamos en conjunto la letra y la realización en video, sino que un gran número de seguidores canta y comparte el contenido que se crea sobre estos.

Así pues, el año pasado las canciones de Johny Escutia fueron retiradas de las plataformas, ya que la violencia de género en la letra era demasiado explícita e incitaba al odio, es decir: al feminicidio.

En la misma controversia encontramos a Gerardo Ortiz y Julión Álvarez de cuyas canciones mejor ni hablamos, pues sus paradigmas no sólo son arcaicos, sino machistas y superfluos.

Los años van pasando, la brecha por la igualdad comienza a cerrarse y muchas canciones quedan prohibidas por incitar a la violencia de género hacia las mujeres de una u otra manera, por muy poética que se quiera poner la cosa. 

Si bien la educación en Latinoamérica es tendenciosamente machista lo cierto es que se está haciendo un gran esfuerzo para erradicar la violencia de género, pero en ocasiones eso provoca que también exista un feminismo extremo que termina en una violencia de género hacia los hombres.

Para cerrar con broche de oro el 2020 tuve la oportunidad de tomar el seminario “Cultura Institucional Universitaria a Favor de la Igualdad” que imparte el Instituto de Educación de Aguascalientes como una iniciativa del Gobierno del Estado y donde hombres y mujeres fuimos concientizados sobre la importancia de buscar el equilibrio y la igualdad en las universidades, por tanto, en nuestra vida cotidiana.

Durante el transcurso del seminario mi esposo tuvo la oportunidad de acompañarme en las sesiones desde el estudio de nuestra casa. Escuchábamos y tomamos nota. Posteriormente, fuera de la sesión ya por la tarde, durante una venta en línea escuchamos a la vendedora ofrecer una chamarra para hombre señalando algunos atributos que no solo incitaban odio sino también un gran resentimiento; la chica indicó: “esta chamarra es para el inútil, para el infeliz desgraciado y poco hombre de la casa”. Después de escuchar esto, nos miramos y mi esposo dijo: “esa es violencia” hacia nosotros, y tiene razón.


Olvidamos que la violencia sicológica, física y económica también se ejerce en los hombres, nos reímos de ellos, parece gracioso, los llamamos mandilones y una y otras más denominaciones sin que en algún momento ellos se defiendan o denuncien su maltrato.

Como mujeres nos indignamos si vemos que un hombre jala del brazo a una chica en la calle, pero si observamos que una mujer ejerce esa misma violencia contra un hombre nos reímos, no percibimos que eso mismo hacen los varones que ejercen violencia de género contra las chicas, se burlan.

Naturalmente los hombres que son sometidos a violencia no son machistas, son sumisos como las mujeres que sufren de violencia doméstica y el mismo daño emocional que vive uno, vive el otro sin distinción de género.

Así que si canciones como Ingrata de Café Tacuba, Hay que pegarle a la mujer de la Lupita o Mátenlas de Alejandro Fernández, por muy inocentes que pareciera su escritura son exactamente igual de violentas que Rata de dos patas de Paquita la del Barrio y de igual manera, incita a la violencia.

Si la violencia de género hacia las mujeres nos preocupa y ocupa lo mismo debería ocurrir con los hombres quienes están más solos que las chicas en esas situaciones, pues los de su género se burlan de ellos y nosotras tampoco los apoyamos.

Busquemos la equidad de género en un verdadero equilibrio donde ambas partes salgamos beneficiados, donde se apoya a una se puede apoyar a todos.

Por ejemplo, el día del padre podríamos hacer una marcha en contra de la alienación parental, una de las violencias más marcadas donde es mayor en número de padres afectados que de madres. La alienación parental se produce cuando uno de los padres manipula, engaña, miente con tal de que los hijos se queden sólo con él o ella entrometiéndose en la relación padre-hijo o madre-hijo creando un daño emocional en ocasiones irreparables en los hijos al modificar la conciencia de estos con las estrategias que emplea y sin que ellos sean capaces de percibir la realidad.

Nos reímos de algunas iniciativas en pro de los hombres, sin embargo, tendríamos que evaluar cuales son verdaderas y cuales son creadas para mofarse de la lucha por la equidad para velar por los derechos de las mujeres.

Pero, si seremos justos entonces también deberían retirarse del mercado las canciones, interpretadas y creadas por mujeres donde se incita al odio y a la violencia hacia los hombres.

Finalmente, la igualdad y el cerrar la brecha depende de cada uno de nosotros así que, que la equidad de género exista y sea para todos, mientras tanto, no más Rata de dos patas por favor. 

Laus Deo

 

@paulanajber


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