- El semáforo rojo de Claudia Sheinbaum será implacable con las jugueterías tradicionales, pero laxo con las tiendas de autoservicio, a donde podrá acudir Santa Claus a abastecerse de los regalos que demandan los niños. Walmart ya se frota las manos
EMEEQUIS
Durante esta Navidad, Santa Claus librará el semáforo rojo de la Ciudad de México pues, aunque no podrá hacer compras en jugueterías, sí tendrá la opción de acudir a Walmart para abastecerse de los regalos que demandan los niños en estas fechas.
Tras el aumento de hospitalizaciones, la jefa de gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, autorizó que las tiendas de autoservicio puedan vender juguetes y ropa durante esta temporada. Sin embargo, las jugueterías tradicionales tuvieron que cerrar sus puertas ante la emergencia sanitaria.
Después de que tiendas como Walmart comenzaron desde ayer (22 de diciembre) a restringir las áreas de venta de juguetes, ropa, muebles, entre otras, la Secretaría de Desarrollo Económico que encabeza Fadlala Akabani informó que las tiendas que venden productos esenciales también podrán vender otros que no lo son, como juguetes.
Se argumenta que las tiendas de autoservicio están sujetas al cumplimiento de las medidas sanitarias y un aforo que deben respetar.
Walmart de México, que dirige Guilherme Loureiro, ni tardo ni perezoso anunció esta mañana que sus departamentos de juguetería y ropa se van a mantener abiertos en todas sus tiendas, comprometiéndose a mantener sus acciones preventivas.
De hecho, esto dividió opiniones entre la población, tras el anuncio de Walmart en redes sociales. Mientras unos se apuntan a ir y preguntan si tienen ciertos juguetes disponibles, otros cuestionan a la jefa de gobierno “¿por qué Walmart México sí puede abrir todos los departamentos y en otras tiendas si están respetando el cierre y son sólo venta online?”.
A medias
Pero las jugueterías y tiendas departamentales no tienen la misma consideración, pues, por disposiciones oficiales de las autoridades de la Ciudad de México, tuvieron que bajar su cortina y sólo pueden ofrecer sus servicios en línea: la mayoría ha implementado la recolección en autos.
Pese a que antes del nuevo “confinamiento” implementaban las medidas sanitarias como las de cualquier tienda de autoservicio, se les obliga cerrar otra vez.
Juguetrón y Juguetibici, dos de las tiendas más concurridas en estas fechas, tuvieron que implementar todos los canales disponibles de entrega de las compras en línea, para no verse afectados por el cierre en esta temporada alta. También es el caso de Liverpool, Palacio de Hierro y Sears.
Aun así, por la misma contingencia y cierres en otros giros de negocios, los servicios de entrega y paquetería están cargados de trabajo, por lo que Santa Claus podría meterse en problemas y no llegar a tiempo.
Hasta una exposición de juguetes en el World Trade Center, abierta al público del 17 de diciembre hasta el 6 de enero, opera con confusión. A algunos interesados en acudir les responden que pueden ir con medidas de seguridad: hace unos días sólo se podían hacer los pedidos en línea y recolectarlos.
De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete, este año se estima una caída en ventas de 15% y muchos comerciantes, desde pequeños a grandes, tenían puesta su esperanza de una recuperación para Santa Claus y Los Reyes.
Unos sí, otros no
Ha sido evidente el disgusto de los comerciantes con Claudia Sheinbaum, pues mientras a unos se les favorece, principalmente a las grandes cadenas, que sin duda han ganado durante la pandemia, a otros se les obliga a cumplir cabalmente la suspensión de venta de artículos no esenciales.
El pasado 21 de diciembre, la jefa de Gobierno capitalina dijo que se suspende la operación de tianguis de venta de juguetes, con operativos coordinados con cada uno de los alcaldes se estarían retirando.
Mientras la Sedeco dio luz verde a las cadenas de autoservicio para vender juguetes de un día para otro, el gobierno de la Ciudad de México hace mesas de diálogo con comerciantes de la vía pública para que se cancele esta actividad antes de la Navidad y también manda a establecimientos a que cierren.
Los comerciantes, la mayoría del Centro Histórico, se han negado a mantener cerrados sus establecimientos o a retirarse de las calles, pero aquí, el Instituto de Verificación Administrativa (Invea) y autoridades no han dado tregua, al contrario, han intensificado operativos por el regreso del semáforo rojo a la capital.
Un semáforo que ha sido controversial y que tuvo que haber entrado desde la primera semana decembrina por la alarma que se había prendido en las hospitalizaciones. Hace unos días un reportaje de The New York Times reveló que “se tergiversaron” los datos sobre la gravedad de la situación en la Ciudad de México.
Detalla que, a principios de diciembre, el gobierno utilizó cifras más bajas en dos áreas críticas –el porcentaje de camas de hospital con ventiladores que estaban ocupadas y el porcentaje de resultados positivos de pruebas de coronavirus–, todo para retrasar el semáforo rojo que, finalmente, ante la realidad inocultable, se declaró el 18 de diciembre.
Hasta ayer la Ciudad de México reporta 297 mil 345 casos positivos acumulados y 20 mil 324 defunciones por la Covid-19.
Pero lo cierto es que, ante la falta de un trato parejo, de dirección responsable y de apoyos económicos insuficientes, los pequeños negocios en la Ciudad de México se resisten al llamado de las autoridades a cerrar, mientras que otros se llenan los bolsillos…