APRO/Claudia Villegas
La iniciativa de reformas a la Ley del Banco de México para que capte dólares en efectivo generó que entre el Banco de México y el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos se estableciera una comunicación e intercambio de puntos de vista dirigidos a evaluar el riesgo sistémico que podría generar esta decisión del Poder Legislativo sobre la autonomía del banco central mexicano, pero sobre todo en la economía y en las finanzas públicas del país.
En la Presidencia de la República y en la Secretaría de Hacienda también se vieron obligados a aceptar la comunicación urgente que estableció el Departamento del Tesoro para conocer los alcances de esta iniciativa presentada por el senador de Morena Ricardo Monreal, confirmó un alto funcionario del Gobierno Federal: “Llamó todo mundo para conocer la intención de la reforma”, aseguró la fuente consultada.
Proceso confirmó que tanto en el Banco de México como en la Presidencia de la República se establecieron estas comunicaciones a partir de la noche del lunes 14 pero se intensificaron el martes 15, luego de que la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados introdujo de última hora en su orden del día un proyecto de decreto para reformar los artículos 20 y 34 de la Ley del Banco de México en materia de captación de divisas. Los diputados buscaban discutir y aprobar rápidamente esta reforma, lo que alarmó a autoridades financieras de Estados Unidos.
De acuerdo con banqueros que participan en la ABM, el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, fue uno de los funcionarios que estableció comunicación con autoridades monetarias de Estados Unidos, las cuales manifestaron su profunda preocupación por las implicaciones de esta reforma a la legislación que norma la operación del Banco de México.
El martes 15, bajo este nivel de presión en la Cámara de Diputados, el tipo de cambio cumplía ya cuatro días de debilidad, lo que analistas del mercado cambiario y financiero interpretaron como un incremento en el nivel de riesgo al que se sometió al Banco de México con esta iniciativa.
Pero la principal señal de alerta se presentó cuando la agencia calificadora Moody’s advirtió en una inusual nota sobre el riesgo al que se estaría sometiendo a la deuda del gobierno federal, porque esta reforma propuesta por el partido Morena vulneraría el perfil crediticio de México.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, también se ocupó de la iniciativa de reforma y aseguró que México debía tener mucho cuidado al buscar resolver un problema y generar otro mayor.
Financieros “dogmáticos”
Después de que la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados accedió a aplazar la discusión y votación de las reformas a la Ley del Banco de México, el peso frente al dólar cerró la sesión del martes 15 en 19.92 pesos, con una ganancia de 1.37% después de cuatro días de pérdidas, la más aguda de ellas registrada el viernes 11 –dos días después de que el Senado aprobó de manera acelerada la minuta de dichas reformas– cuando el tipo de cambio del peso frente al dólar llegó a 20.09, la caída más pronunciada desde el pasado 25 de septiembre.
Durante la conferencia matutina del miércoles 16, luego de que se anunció que la discusión sobre esta reforma se realizaría con mayor análisis durante las primeras semanas de enero, Andrés Manuel López Obrador consideró, sin embargo, que si bien era importante defender la autonomía del Banco de México, no se debía exagerar y calificó como “muy dogmáticos a los financieros” que criticaron la propuesta.
“Se metió en este tema al Fondo Monetario Internacional y hubo mucho ruido”, aseguró el mandatario.
“Fue buena la decisión que tomaron los legisladores en este caso porque da tiempo de recoger los sentimientos de todos y da tiempo de informarle al pueblo que la gente sepa en qué consiste esta reforma, porque a veces por desconocimiento se exagera”, aseguró el mandatario.
Consideró que si bien se habló de afectación a la autonomía del Banco de México, le parecía una exageración y que por ello era importante una explicación más amplia, pero que también debía defenderse la independencia y resolver un problema que enfrenta la población.
En opinión de analistas, el peso sufrió un retroceso en su cotización por la incertidumbre que generó la iniciativa al considerarla un primer paso para debilitar la autonomía del Banco de México, custodio de las reservas internacionales por más de 190 mil millones de dólares. A pesar de que las tasas de interés en México, con niveles de 4%, siguen ubicándose con los rendimientos más atractivos a nivel mundial, la intención de replantear la conducción del Banco de México generó un gran temor de fondos institucionales e inversionistas internacionales.
Con esta legislación se aumentarían la prima de riesgo y las ganancias de los fondos que invierten en la deuda del gobierno mexicano. Las tasas de interés también acusaron recibo del enrarecido ambiente financiero que dejó la intención de reformar la Ley del Banco de México.
Al cierre de casi dos semanas de trabajo de cabildeo abierto para que senadores y diputados reconsideraran su intención de seguir adelante con esta reforma, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió no bajar los tipos de interés del mercado abierto que permanecen en 4.25%, la segunda ocasión después de más de 11 ajustes a la baja en un intento por suministrar dinero más barato a la economía.
“Probablemente lo que sucedió en el Congreso no fue una consideración central en la Junta de Gobierno para tomar la decisión, pero sin duda se analizó. Lo que confirmó el Banco de México es que, básicamente, está pendiente en tomar una decisión en función de la tendencia clara en la inflación. Confirmamos que cuando el Banco de México sienta que la tasa debe bajar, así lo hará”, dijo Alonso Cervera, analista en jefe de Credit Suisse.