- Deudas, escándalos de presunta corrupción, resultados financieros negativos, contratos a la prima del presidente. Y se añade el posible caso de sobornos de la holandesa Vitol. Pemex se despide de 2020 nadando a la deriva.
EMEEQUIS/Patricia Tapia
Familiares del director de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la nómina, “cooperaciones voluntarias” a sus trabajadores, contratos con la prima del presidente, un caso de soborno que alcanza a la 4T, malos resultados financieros y su poco aporte a los ingresos del país, así cierra este 2020 la Empresa Productiva del Estado.
No importa lo mal que esté Pemex o lo malo que pase en la empresa, el respaldo de Andrés Manuel López Obrador es inamovible, aunque el propio Banco de México (Banxico) ha advertido el peligro que representa la petrolera para las finanzas públicas, no hay una estrategia clara que la encamine a la rentabilidad.
Al tercer trimestre de 2020 registra una pérdida neta de 605.7 mil millones de pesos, sus ventas se derrumbaron más de 50%. Además, apunta a una elevada deuda financiera de 2.4 billones de pesos. El último reporte de Hacienda (octubre) deja ver que la empresa contrató más deuda de lo que se le autorizó para este año de 34.8 mil millones de pesos a 176.6 mil millones.
En este año los ingresos presupuestarios petroleros del gobierno federal se desplomaron 51.9% real entre enero y octubre, lo que corresponde a Pemex cayó 34.6%.
“Avanzamos en el rescate de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad, empresas públicas a las que la corrupción y la embestida privatizadora pusieron al borde de la desaparición”, dijo AMLO en su discurso del 1 de diciembre.
Pero hasta el Banco Mundial ha señalado que el mayor riesgo para la economía mexicana es Pemex, pues prevé que se le tenga que hacer más transferencias del presupuesto y que se alivien más sus obligaciones fiscales.
Para 2021 se ha aprobado un presupuesto mayor para Pemex y para la refinería de Dos Bocas en Tabasco, altamente cuestionada en estos momentos de crisis, pero los números no son lo único escandaloso…
La primer defensa
Muy pocas veces se tiene la respuesta de la Empresa Productiva del Estado o en su caso de su director general, Octavio Romero Oropeza, pero el primer dardo al corazón al tabasqueño fue cuando sacaron a la luz que en tenía en la nómina de la petrolera a varios familiares.
En noviembre pasado, diputados del PAN denunciaron a Romero Oropeza ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) por presuntos actos de nepotismo, según ellos más de una decena de parientes estarían laborando en Pemex, algunos con sueldos de hasta 50 mil pesos.
Aquí ni tardo ni perezoso el director de Pemex se defendió a través de un comunicado institucional, en el que reconoce hay 15 familiares, pero dice que todos ellos tienen antigüedades superiores a esta administración.
“En esta administración no existe ningún pariente contratado por su Director General o que haya ingresado a Pemex por sus órdenes; no se destinan recursos públicos para propaganda y/o publicidad, fuera de las campañas institucionales autorizadas por el Gobierno de México; y, el ejercicio de sus funciones es motivado favoreciendo en todo momento, como criterio orientador, el bienestar de todos los mexicanos”, dice el escrito del 3 de noviembre.
Además, revivió un caso de antaño, de 2002, cuando un asambleísta del PAN lo acusó de tener 37 parientes en la Oficialía Mayor del gobierno de la Ciudad de México y no logró sustentarlo.
Le tiraron todo el negocio
Otro caso que levantó al director de Pemex de su silla, fueron los contratos asignados a Felipa Obrador, prima del presidente, una investigación de Latinus reveló que era la propietaria de la empresa Litoral Laboratorios, una contratista de la petrolera y con la cual tenía más de 365 millones de pesos adjudicados.
Aunque el mismo Pemex dijo que esta situación había sido informada al presidente el año pasado, este en un primer cuestionamiento dijo que no lo sabía con “exactitud”, ya después reconoció que Romero Oropeza sí le había dicho: “Si un familiar hace algo indebido, pues se le debe de juzgar, aunque se trate de un hijo, ya ven cuánto queremos los padres a los hijos. No se protege a nadie, esa es la diferencia, una de tantas, no somos iguales que nuestros adversarios”.
Lo cierto es que en 2019 se le dieron cuatro contratos a Felipa Obrador y según Pemex fue por “omisiones”, ya que, aunque había órdenes de no darle ninguno, aun así los obtuvo.
Ante esto, a Pemex no le quedó más que rescindir todos los contratos a la prima de AMLO y no sólo a ella, también a todas las empresas con las que se había asociado.
“Confirmando el compromiso con el combate a las prácticas irregulares que tanto daño han causado a la hacienda pública y a la nación, se realizará una investigación exhaustiva de cómo se llevaron a cabo los concursos en los que participó la C. Felipa Guadalupe Obrador Olán, con el propósito de deslindar responsabilidades y dictaminar las consecuencias que deriven de la inobservancia a las instrucciones del presidente de México y a los procesos normativos de la empresa”, aseveró Pemex.
Un soborno que llega a la 4T
A la par de los contratos de Felipa Obrador desde Estados Unidos llegaba otro regalo de fin de año a la cuarta transformación, se destapó un caso de sobornos de la holandesa Vitol en el que se involucra a Brasil, Ecuador y México.
En el caso de México, se apunta a que funcionarios de Pemex entre 2015 y 2020 recibieron dinero a cambio de darle información privilegiada a Vitol para obtener contratos, habrían sido 2 millones de dólares. Dicho periodo abarca a la administración de Enrique Peña y de AMLO.
Javier Aguilar es el mexicano que se menciona como el artífice de los sobornos, detenido en Texas y procesado en Nueva York: se identifica como exempleado de Vitol.
“Vitol pagó sobornos a funcionarios gubernamentales en Brasil, Ecuador y México para ganar lucrativos contratos comerciales y obtener ventajas competitivas a las que no tenían derecho”, afirmó el fiscal federal interino, Seth D. DuCharme. “La Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York continuará responsabilizando a las empresas e individuos que intenten desafiar la ley de los Estados Unidos en detrimento de los competidores honestos”, señala el reporte del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Detalla que Vitol y sus co-conspiradores celebraron acuerdos de consultoría falsos, establecieron empresas fantasma, crearon facturas falsas y usaron cuentas de correo electrónico alias para transferir fondos a compañías extranjeras involucradas en la conspiración, “todo sabiendo que los fondos, al menos en parte, se utilizarían para pagar sobornos a funcionarios ecuatorianos y mexicanos”.
En este caso Pemex ha actuado con total opacidad, los contratos con la holandesa los ha ocultado por considerarlos “secreto industrial”; eso sí, hace poco presumió que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) reconoció sus portales.
“Pemex refrenda su compromiso con la rendición de cuentas y reconoce que este logro es en beneficio de la transparencia y en reconocimiento al programa ‘PEMEX Cumple’, a través del cual se busca asegurar que la empresa cuente con suficientes controles para garantizar que sus negocios se realicen en cumplimiento a todas las leyes y regulaciones aplicables, siempre en apego a los principios constitucionales de eficacia, transparencia y honradez en aras de un correcto manejo de los recursos públicos”, destaca la petrolera.
En este caso de Vitol, AMLO solamente declaró la semana pasada que se investiga a dicha empresa: “de ser cierto, se castiga a los responsables. Nosotros no somos tapadera de nadie”.
Un incierto
Mientras tanto, la empresa que dirige Romero Oropeza y la Secretaría de Energía siguen abocados al proyecto estrella de AMLO en el sector: la refinería de Dos Bocas, donde se tiene puesta toda la fe para no depender de importaciones de gasolinas.
Pero este miércoles 16 de diciembre, la calificadora de riesgo crediticio, Moody’s, opinó que esta refinería enfrenta retos como sobrecostos y retrasos en la obra. Además, las condiciones de capacidad de refinación en el mundo con menor demanda por la pandemia pueden resultar en rendimientos económicos bajos.
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