La construcción de la identidad nacional a partir de la consumación de independencia de 1821 en pleno momento histórico conocido como “la formación de los estados nacionales”, requería la reflexión de una historia propia, reflexionada a partir de nuevos valores patrios, cívicos y nacionalistas.
Tal como se buscó recuperar la primera historia de la independencia de México, entre las décadas de los treintas, cuarentas y cincuentas del siglo XIX mientras sucedían la República Centralista y el Segunda República Federal, autores e impresores se dieron a la tarea de recuperar la historia más antigua de México, desde la prehispánica hasta la colonial para contribuir a los nuevos discursos que requería la construcción de una nación. Así se imprimieron distintos libros, unos nuevos y otros recuperados de la época colonial, de los cuales aquí ejemplificamos cuatro.
Las Disertaciones sobre la historia de la República megicana : desde la epoca de la conquista que los Españoles hicieron, a fines del siglo XV y principios del XVI, de las islas y continente americano, hasta la independencia, de Lucas Alamán (1792-1853), es una obra de carácter histórico que narra la vida colonial mexicana desde la conquista militar hasta los últimos procesos político administrativos virreinales hasta 1808. Esta obra es considerada y fue considerada por el mismo autor como un antecedente a su Historia de México. Consta de diez disertaciones distribuidas a lo largo de tres tomos publicados entre 1844 y 1849. El primer tomo constituye cuatro disertaciones, cinco en el segundo y una en el tercero, en cada tomo se incluyen documentos significativos a los temas abordados y que hasta ese momento eran inéditos. El tercer tomo incluye un índice cronológico de los virreyes a lo largo de la vida colonial.
La primera edición fue hecha en la imprenta de José Mariano Lara, J. M. Lara, uno de los impresores de la primera mitad del siglo XIX de mayor renombre que también era librero.
Por su parte la obra Los tres siglos de Mejico durante el gobierno español hasta la entrega del ejército trigarante fue escrita por Andrés Cavo (1739-1803), jesuita novohispano y misionero en la zona nayarita. Con la expulsión jesuita de 1767 tuvo que salir de la Nueva España pero renunció a la orden con deseos de volver, sin embargo el permiso le fue negado. En Roma escribió su obra en italiano y la tradujo al español él mismo.
La obra manuscrita denominada originalmente como Historia civil y política de México que trata de la historia de México hasta la expulsión jesuita, fue localizada por Carlos María de Bustamante en la biblioteca del obispo Joaquín Madrid y la amplió hasta la consumación de independencia y le añadió apéndices. Fue Bustamante quien cambió el nombre del título al que conocemos hoy en día. Fue impresa en tres volúmenes en la imprenta y librería Luis Abadiano y Valdés entre 1836 y 1838.
La Historia antigua de México y de su conquista, sacada de los mejores historiadores españoles, y de los manuscritos y pinturas antiguas de los indios. Dividida en diez libros: adornada con mapas y estampas, e ilustrada con disertaciones sobre la tierra, los animales y los habitantes de México, escrita por Francisco Javier Clavijero (1731-1787), jesuita destacado por el estudio que hizo del archivo de Carlos de Sigüenza y Góngora y sus códices que le acercaron aún más al conocimiento del mundo indígena, fue expulsado, como toda la orden jesuita, del territorio de la Nueva España en 1767. Se estableció en Ferrara después de un largo peregrinar por diferentes ciudades y desde ahí inició su defensa del mundo indígena al ver las versiones equivocadas que se tenían de él en Europa. Motivado por refutar a Raynal, Buffon y Paw inició su obra más conocida Historia antigua de México. Su otra obra de carácter histórico más importante es Historia de Antigua o Baja California, que se publicó de manera póstuma. Es reconocido como uno de los primeros pensadores del ser mexicano y su obra se le considera pilar y motivación de posteriores escritores que justificaran el ser nacionalista.
Historia antigua de México fue publicada por primera vez en italiano en 1780 en Cesena, traducida del español al italiano por el mismo, esta obra tuvo un impacto significativo en el medio Europeo y aún americano. Pronto fue traducida al alemán, inglés, francés y español. Pasada la independencia se publicó por primera vez en México en 1844, con traducción de José Joaquín Mora. La historia antigua trata del imperio mexica y sus relaciones con otros pueblos, contiene análisis de las plantas y especies y hace una bibliografía analítica de todos los escritos que se habían hecho del siglo XVI al XVIII sobre el imperio. Es una obra de carácter historiográfico con el rigor de la crítica y una postura analítica. Tanto por su perspectiva historiográfica como por el contenido de la obra y su sentido que da identidad al sentir mexicano, su obra es sin duda el libro de mayor trascendencia para el periodo transitorio novohispano al republicano.
La primera edición en español, traducción de Mora, fue publicada en Londres en 1826 y esta misma traducción fue la base para las siguientes ediciones, entre ellas la de México de 1844 que fue impresa en la Imprenta de Lara. La primera edición mexicana, además de contener algunas correcciones a la portada y al texto, se le incorporó la imagen de Clavijero antes del texto y algunos mapas y estampas propias para la historia.
La Historia de la Conquista de Méjico: con un bosquejo preliminar de la civilización de los antiguos mejicanos, y la vida del conquistador Hernando Cortés, escrita por William H. Prescott (1796-1859).
Prescott fue un historiador y diplomático estadounidense, embajador en México con una influencia en el país a través de las logias masónicas mexicanas y como historiador de la conquista de México. Reconocido además como historiador hispanista y de la América hispana con sus obras sobre México y Perú.
La obra de Prescott, de tendencia historiográfica ilustrada moderna, fue una fuente fundamental para el conocimiento de México de los Estados Unidos, referente de los políticos y militares estadounidenses para las futuras intervenciones en México al mostrar las rutas que usara Cortés en su conquista y que fueran las mismas que usaran en las invasiones. En ella el papel de Cortés resulta fundamental.
La edición mexicana fue impresa en 1844 por la imprenta de G. Torres, traducida al español por José María González de la Vega y anotada por Lucas Alamán en dos tomos. A la par se imprimió el mismo año y hasta 1846 en la Imprenta de Cumplido, traducida por Joaquín Navarro en tres tomos y comentada por José Fernando Ramírez. De ambas ediciones la más valorada es la de Cumplido por las ilustraciones con las que cuenta.
Todas estas obras pueden ser consultadas en la Biblioteca Nacional de México, algunas de ellas incluso en formato digital a través de la Biblioteca Digital de la Universidad de Nuevo León, un repositorio que merece la pena revisar detenidamente.