Pasquines, líbelos, panfletos, gacetas, folletos y publicaciones periódicas fueron los primeros manifiestos impresos en los que circularon ideas de autonomía y/o independencia como le conocemos hoy.
Algunos personajes que participaron directamente en el movimiento de independencia escribieron sus memorias a la par de los años, otros se basaron en las memorias de otros, pero lo importante es que entre ellos se empezó a gestar la primera historia impresa de la independencia de México y esta a su vez constituyó, además de la memoria de uno de los hechos históricos más importantes de México, un nuevo tipo de patrimonio bibliográfico nacional.
Los primeros impresos del México independiente con temática Independentista, fueron a la par de otras publicaciones, la gestación de una historia escrita patriótica y moralizante, publicada e impresa para que fuera leída, discutida, analizada y puesta a disposición pública de lectores que crecían de a poco con las políticas liberales de alfabetización a lo largo del siglo XIX.
Los primeros autores que abordaron la independencia de México fueron los conocidos Lucas Alamán, Carlos María de Bustamante y Lorenzo de Zavala, pero también otros no tan conocidos como Tornel y Mendivil y Anastasio Zerecero. De cada uno de ellos y sus libros escribo a continuación.
En esta entrega les hablaré sobre los dos primeros textos escritos e impresos con la temática independentista, el de Tornel y Mendívil y el de Carlos María de Bustamante, publicados apenas unos años después de la consumación de la independencia, en los años veinte.
José María Tornel y Mendívil (1789-1853), fue militar y político, insurgente de tendencia republicana centralista, se incorporó al plan de Iguala y fue un ministro de guerra constantemente en las presidencias de Santa Anna. Fue fundador de la escuela Lancasteriana y traductor de Byron. Publicó teatro, La muerte de Cicerón y tras su muerte se publicó la Breve reseña histórica de los acontecimientos más notables de la nación mexicana, su obra más conocida. Se suman el Manifiesto del origen, causas, progresos y estado de la revolución del Imperio Mexicano y Texas y los Estados Unidos de América en sus relaciones con la República Mexicana, estas dos últimas obras, son de primera manufactura discursos.
El Manifiesto del origen, causas, progresos y estado de la revolución del Imperio Mexicano, es una pequeña obra que da cuenta de las condiciones en que se encontraba México una vez consumada la independencia y establecido el primer imperio. Es un pequeño discurso de 12 hojas, impreso como una proclama política en la Oficina de Ontiveros en 1821.
Por su parte, Carlos María de Bustamante (1774-1848) escribió el Cuadro histórico de la revolución de la América Mexicana comenzada el 15 de septiembre de 1810 por el ciudadano Miguel Hidalgo y Costilla. Bustamante fue un hombre que vivió y actuó de manera importante en los acontecimientos del conflicto bélico civil de la guerra de independencia. Si bien ocupó diversos puestos públicos, uno de sus mayores aportes para la posteridad fue su desempeño como periodista y cronista de su época. En 1805, en compañía de Jacobo de Villaurrutia, fundó el Diario de México, en 1812, ya consagrado a la causa insurgente y pretextando la libertad de imprenta que la constitución de Cádiz proclamaba, publica un periódico llamado El Juguetillo. Su lucha por los ideales liberales lo llevó a convivir con personajes claves de su tiempo, de los cuáles escribió numerosas páginas en sus crónicas.
El Cuadro histórico fue publicado en cinco tomos entre 1823 y 1827 es la más importante de todas las obras de Bustamante, por su volumen y por los sucesos que relata. Contiene la recopilación de los acontecimientos que en persona vivió y que llegaron a él por boca de terceros actores de la época, documentados tanto en el momento que ocurrieron los sucesos como posterior a ellos. Si bien hoy en día la mayor obra de Bustamante es una lectura obligada de la historiografía independentista por ser una fuente de primera mano escrita prácticamente a la par del acontecer de los sucesos, es verdad que en sus páginas predomina una inclinación narrativa en favor de las acciones insurgentes, llegando al punto de ser una lectura casi idealizada con propósito de elevar personajes a héroes patrios.
Como dueño de su propia imprenta publicó “Cartas” dónde relató los sucesos de la insurgencia. Estas cartas de entre 6 y 12 hojas escritas por ambos lados, fueron apareciendo periódicamente entre 1821 y 1827 hasta llegar a las 141 entregas de 12 a 24 páginas cada una, mismas que, cada determinado número, también fue encuadernando para publicarlas como libro titulándolo Cuadro Histórico […] que dividió en 5 épocas, o volúmenes. Una de las características que demuestran la autenticidad de esta colección, aparte del año de edición impreso en sus páginas, es la forma de encuadernación. Varios impresores y tipógrafos participaron en la edición de los tomos, entre ellos destacan Mariano Ontiveros, José Ximeno (Imprenta del Águila) y Mariano Arévalo (Imprenta de Galván). En ella se observa el cuerpo del libro descuadrado en el canto inferior como en el frontal, prueba manifiesta que denota la recopilación de las cartas publicadas en diferentes momentos e impresas en diferente tipo de papel, unidas tal cual para su encuadernación. La encuadernación es en piel sin adornos, el lomo tiene un tejuelo a color donde está inscrito en dorado el autor y el título breve de la obra.
Merece la pena mencionar que ambos textos, sin duda Patrimonio Bibliográfico Mexicano, pueden ser consultados siguiendo los protocolos propios de seguridad, en la Biblioteca Nacional de México y algunas otras bibliotecas de México. En Aguascalientes, se localiza la primera edición del Cuadro Histórico de Bustamante en la Biblioteca de Ernesto Lemoine Villicaña localizada en la Biblioteca Pública Centenario Bicentenario.