- El senador Mario Zamora quiere abanderar un frente amplio entre el PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, para competir contra quien ponga Morena en la carrera por la gubernatura sinaloense. “Estoy listo”, dice, para la campaña de su vida.
EMEEQUIS/Óscar Balderas
El senador Mario Zamora lleva en la muñeca derecha un amuleto que, hace unos años, sería imposible de portar a simple vista en los pasillos del poder: tiene una pulsera de tela con el color de su partido, el PRI, pero también lleva tres más con los colores de sus viejos adversarios: el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano.
Esas pulseras –que en otro momento le hubieran costado su cargo por mostrar simpatías con el “enemigo”– las complementa con un escapulario rojo de la Virgen de Guadalupe al cuello, una gruesa hebilla de plata con sus iniciales y su anillo de 23 años de casado. Todo eso, asegura, lo acerca a su sueño: ser gobernador de Sinaloa.
“Soy un hombre de símbolos”, dice en un salón del Senado de la República, el lugar al que llegó hace dos años con 307 mil votos. “Y muchos creen que esto (las pulseras) son una novedad. No, yo tengo más de un año visionando esto… quiero ser el candidato de la alianza opositora en Sinaloa”.
A seis meses de la elección del 6 de junio de 2021, cuando se definirán 15 gubernaturas, Mario Zamora se ha apuntado para una carrera de fondo en la que necesita saltar tres obstáculos, cada uno más difícil que el anterior, si quiere llegar a la meta: primero, debe ganar la nominación de su partido; segundo, convencer a panistas, perredistas y emecistas que lo arropen como suyo; tercero, ganarle a Morena, el favorito para triunfar con cualquier candidato que ponga.
Las encuestas aseguran que si hoy fueran esas elecciones, Morena ganaría con un promedio de 10 puntos de diferencia sobre cualquier partido político. Pero esas mismas encuestas reconocen que si la oposición se une detrás de un solo candidato, la carrera por la gubernatura sinaloense podría tener un final de fotografía.
Mario Zamora quiere ser ese corredor. Arrancar desde atrás, alcanzar y ganar. Pero solo el aliento desde la grada de cuatro partidos políticos haría sudar al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador; si no, la carrera será un día de campo para Morena.
“Con la alianza sobra”
“¿Una alianza es la única forma de ganarle a Morena?”, le pregunto a Mario Zamora, quien fue director general de Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural y Forestal en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
“No creo que sea la única, pero es la más viable. Es la que está más a la mano. Y como decía mi abuela: ‘pa’ que alcance, tiene que sobrar’. Yo estoy convencido que, con esta alianza, sobra. Y eso es lo que estamos buscando.
“Hace poco decía una persona ‘¿cómo el que usa la camiseta de las Chivas se va a poner la del América y ya va a estar todo bien?’. Y digo yo, ¡qué cortos de visión y de mente! Cuando el jugador de las Chivas, el del América, el de Pumas y el de Cruz Azul se ponen la camiseta de México, todos aplaudimos. Y eso es lo que está en juego ¡México!”, dice el originario de Los Mochis.
Las campañas políticas no le son ajenas a este economista de 46 años (Tec de Monterrey). Su padre, Mario Zamora Malcampo, fue candidato a alcalde en Ahome en 1995, una carrera que inspiró a su hijo, quien 23 años después ganó una curul en la Cámara Alta por su estado, a pesar de la ola “lopezobradorista” del 2018.
Ahora, busca repetir esa hazaña en 2021, contra la popularidad del presidente, que se ubica por encima del 60% entre los mexicanos y contra Morena y sus aliados, que van tras las 15 gubernaturas en juego, pero también los congresos locales y más de 2 mil 500 presidencias municipales.
Amistades de todos colores
“¿Qué veo yo? Que en Sinaloa están dadas las condiciones para una alianza opositora… El PRI siempre ha jugado en la parte de centro y los que somos de centro tenemos la posibilidad de poder construir un poco más hacia ambos lados. No es una alianza electoral para decir ‘gano y ahí se ven’, sino una alianza de gobierno que defienda lo que a la mayoría de los ciudadanos le entusiasma”.
Para lograrlo, Mario Zamora hará uso de lo que él llama “su don de gente”. El carisma del sinaloense. Las amistades que ha hecho en el Senado de la República le serán útiles a la hora de construir detrás de sus 185 centímetros de altura una alianza tricolor, azul, amarilla y naranja: la cercanía con senadores como el panista Damián Zepeda, el perredista Miguel Ángel Mancera, el emecista Dante Delgado y hasta con los morenistas que busca dejar en el camino.
“Hace dos años, en el primer año de la Legislatura, regalé a todos mis compañeros senadores unas bolitas de chile chiltepín. Es un chile que se da allá en Sinaloa de manera silvestre y me decía (la senadora de Morena) Jesusa Rodríguez que a ella le encanta el picante. Cuando nos vemos me dice ‘todavía ahí me queda un poco de chiltepín y lo disfruto mucho’. Entonces, la llevo bien con todos.
“Con el propio Morena tengo una muy buena relación. Si tú ves mis intervenciones en tribuna, nosotros somos de los que señalamos, pero proponemos. Le reconozco al presidente cosas importantes, por ejemplo, me gusta su austeridad: que viaje en aviones de línea, que se maneja por tierra, que anda en vehículos bastante sencillos, que no trae esa parafernalia tan grande que se tenía en el Estado Mayor Presidencial. Me gusta que sale a dar la cara y lo comparto, pero hay cosas que no me gustan de este gobierno”, reconoce Mario Zamora.
Su estilo personal se parece al del presidente, cuenta este también aficionado al béisbol y lector de las palabras del uruguayo Pepe Mújica, el llamado “presidente más pobre del mundo” por su estilo de vida sobrio. A Mario Zamora le incomodan los guardaespaldas, estar más tiempo en la oficina que en la calle y prefiere comer en un puesto callejero que en un restaurante de lujo.
“Pero hay que ganarle a Morena. Hoy son, cifras más, cifras menos, hay 12 millones de pobres más. Hoy son más de 100 mil muertes oficiales por una pandemia que, hay que decirlo con la voz completa, ha sido una mala estrategia la que ha llevado México y tristemente seguimos escuchando autoridades decir que ‘vamos bien, que la curva ya va a disminuir’. Un montón de rollos y pretextos cuando la pandemia se atendió mal… Lo triste es que lo siguen tapando, lo siguen justificando y se nos siguen muriendo mexicanos”.
Entre Biden y AMLO
El 1 de diciembre pasado, el senador Mario Zamora hizo uso de esas amistades y saltó de los diarios locales a los nacionales por una cita que ningún otro aspirante a gobernador había logrado: sentarse con el representante del Partido Demócrata en México, Gricha Raether, para reconocer al exvicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, como el presidente electo.
“No somos frontera, pero casi pareciera que lo somos por la relación tan íntima que tenemos con los Estados Unidos y, por supuesto, me interesa construir con quién será el próximo presidente, un profesional que quiero que vea de ese otro lado a otro profesional… Las relaciones humanas ayudan a bien gobernar, el extender la mano y decir ‘aquí estamos para construir’ es un buen camino”.
El reto, reconoce, no es fácil. Hay otro priísta que busca ser el candidato del partido, Jesús Valdés, líder local del priísmo, quien también ha levantado la mano. Y, según las preferencias en Morena, el abanderado del oficialismo podría ser el senador Rubén Rocha Moya o la senadora Imelda Castro, ambos cercanos al presidente.
“Realmente mi motivación de gobernar es hacerlo bien. Yo llevo el nombre de mi abuelo, de mi padre y de mi hijo de 14 años y no quisiera, después de seis años –si la vida y los sinaloenses me dan la oportunidad de ser gobernador–, no poder salir ni a la calle. Yo vivo en Sinaloa, ahí quiero seguir viviendo y ahí me quiero morir”, asegura Mario Zamora, ondeando con la mano su amuleto de cuatro pulseras tejidas.
“Estoy listo para la carrera”, dice el sinaloense, quien en lugar de zapatos usa tenis en la Cámara de Senadores. “Va a ganar Sinaloa, sin duda”.
@oscarbalmen