APRO/Norimitsu Onishi /The New York Times
Sin el video que circuló en las redes sociales, Michel Zecler cree que su caso se habría reducido, como mucho, a una breve nota.
Quizás algo como: “Un joven negro, vestido con una sudadera y una capucha, agredió a los agentes de policía e intentó apoderarse de sus armas”, dice Zecler en entrevista el jueves 3.
“Si no tuviera mis cámaras hoy estaría en prisión”, agrega, refiriéndose a los equipos de video de seguridad en el vestíbulo del edificio donde tiene su estudio musical.
En cambio, las imágenes de esas cámaras –que muestran a los policías golpeando a Zecler, de 41 años, un productor muy conocido en el mundo del rap francés– han contribuido a avivar una crisis política en Francia y una vez más han puesto el foco en el tema de la brutalidad policial, especialmente contra los ciudadanos de las minorías del país.
“Lo que más me sorprende no es que haya elementos racistas en la policía”, dice Zecler. “Lo que me sorprende es que se sintieron lo suficientemente seguros como para llegar tan lejos en sus acciones, en sus palabras.”
Zecler habla con The New York Times en su estudio, su primera entrevista extensa desde que se convirtió en el foco de un alboroto nacional que ha obligado al gobierno del presidente Emmanuel Macron a desechar y reescribir parte de un proyecto de ley de seguridad que habría restringido la captura en video de la policía.
Durante la entrevista de dos horas, Zecler acuna su brazo izquierdo dañado y a veces hace muecas de dolor. Acababa de regresar de una de sus muchas visitas al hospital por las múltiples lesiones que sufrió, incluido un desgarre de un brazo, una herida en la cabeza y hematomas en cara y cuerpo.
El viernes 4 debió someterse a una operación para reparar el tendón.
El recuerdo de George Floyd
Los críticos dicen que una disposición en el proyecto de ley de seguridad de Macron tenía como objetivo evitar precisamente el tipo de videos de teléfonos celulares de policías que golpean a manifestantes, algo que los ha sometido a un nuevo e intenso escrutinio.
El video de la golpiza a Zecler fue publicado en las redes sociales el 26 de noviembre por el sitio de noticias en línea francés Loopsider, algo que podría haber sido ilegal si esa ley hubiera estado vigente.
Pero en lugar de una versión distorsionada de su asalto, la imagen del rostro de Zecler golpeado y ensangrentado se vio en toda Francia.
En una entrevista el 27 de noviembre con Brut, un sitio de noticias popular entre los jóvenes franceses, Macron dijo que no había “nada que justifique” la paliza. La disposición impugnada en su proyecto de ley de seguridad, que era parte de un cambio político concertado destinado a fortalecer el flanco derecho del presidente de los rivales nacionalistas, fue torpedeado.
El efecto fue tal que algunos ahora están estableciendo paralelismos con el clip que muestra el asesinato en Estados Unidos de George Floyd, algo que provocó protestas por el racismo y la brutalidad policial en todo el mundo.
Zecler dice que todavía tiene problemas para dormir. Su mente sigue volviendo al asalto, dice, centrándose en “la mirada de los agentes de policía, el odio” en sus ojos y el insulto racial que usaron contra él: “Sucio”, pero con la palabra que empieza con “n”.
Estuvo detenido dos días bajo custodia policial, pero el video lo llevó rápidamente a su liberación, contradiciendo el testimonio inicial de los tres policías.
Según el fiscal de París, los agentes, que negaron haber usado un insulto racial, dijeron que Zecler les había llamado la atención porque no llevaba tapabocas y porque olía fuertemente a mariguana. Lo acusaron de llevarlos a la fuerza al estudio, de infligirles violencia y de resistirse al arresto.
El video y Zecler cuentan una historia diferente.
La noche del 21 de noviembre, Zecler, quien afirma que había olvidado ponerse tapabocas, dice que se dirigía a la entrada de su estudio, Black Gold, en el distrito 17, un barrio adinerado de París.
El video luego muestra a tres policías irrumpiendo en la entrada del estudio sin, afirma Zecler, ninguna advertencia.
Zecler, quien dice que repetidamente les dijo a los oficiales que estaba en su propio local comercial y les preguntó por qué estaban adentro, asegura que al principio ni siquiera estaba seguro de que fueran verdaderos policías.
Según el video, los oficiales, incapaces de sacarlo, cerraron la puerta detrás de ellos. Luego, dentro de la estrecha área de entrada, se les ve golpeando a Zecler durante seis minutos, según el fiscal de París.
El video muestra a los oficiales golpeando y pateando repetidamente a Zecler, y atacándolo con una porra, incluso cuando él recibió los golpes sin resistirse.