La historia se repite, Hegel supone que los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces, como reza el lema de una farmacia de similares: lo mismo, pero más barato, y lo barato, sabe el dicho popular, siempre sale caro. Ante la fractura del sistema de partidos por la aparición e insistencia de Andrés Manuel López Obrador, en vez de pensar en las modificaciones necesarias para ganar la confianza de la sociedad, alentar la participación ciudadana y modificar los malos hábitos electorales, los dirigentes partidistas eligieron hundirse en la espiral de la descalificación, seguir el juego de la polarización postulado desde la presidencia y para mantenerse en la lucha por el poder, que parece ser lo único que importa, en las próximas elecciones los partidos irán en coaliciones parciales.
Con una idea muy básica de lo que significa ser oposición PAN, PRD y PRI se unen en Va por México y anuncia que presentará candidatos en 180 diputaciones del total de 300. Al día siguiente, el Movimiento de Regeneración Nacional decide hacer lo mismo, revivir la coalición que gracias al arrastre de López Obrador llevó a las Cámaras a cientos de políticos ineptos, oportunistas, serviles y corruptos.
En lo que va de la Cuarta Transformación, Morena no ha sabido consolidarse como partido, sus integrantes, sabedores de que todo se lo deben al presidente, no han dudado en hacer lo que sea necesario para repetir la historia que los hizo ganar, como no lograron incluir en la boleta a López Obrador, repiten el esquema de negociación que los ha ayudado a consolidar su mayoría en el Congreso. A poco tiempo de que venciera el plazo para registrar su mezcolanza ante el Instituto Nacional Electoral, Morena, el Partido del Trabajo y el Verde Ecologista de México se vuelven a juntar en Juntos Haremos Historia.
La recomendación del presidente ha sido que todos los diputados federales se reelijan, para sacar adelante su proyecto de gobierno, requiere de esos apoyos incondicionales, de la bravuconería de los Fernández Noroña, del silencio de las cientos de mujeres a las que no les importa el aumento de la violencia feminicida, de la ausencia de proyecto ideológico que permite prestar, cambiar o salirse del partido que los postuló, todo con tal de mantener la disciplina priista que está en el ADN de todos los morenitas.
Juntos Haremos Historia presentará candidatos comunes en, dicen, aproximadamente 150 de los 300 distritos electorales federales, no hay un número exacto porque tuvieron que apurar las negociaciones, porque al igual que la oposición, carecen de creatividad política, porque siguen manejando el mismo diagnóstico de un país inmerso en las prácticas corruptas, con pobreza en ascenso, lleno de carencias y desigualdad, pero sólo eso, un diagnóstico, ningún plan que implique cambiar el estado de las cosas.
El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, días antes de rendirse a presentar Juntos Haremos Historia, había advertido que como son el partido del presidente, quienes quisieran ir en coalición tendrían que rendirse a los designios del Movimiento y que postularían primero a los morenitas; ante el vencimiento de los plazos, Mario Moreno dobló las manitas discursivas y ahora habla de una distribución de candidaturas que considere las fortalezas de cada partido. Las mujeres que hablaron en nombre del PT (la senadora Geovanna Bañuelos) y Karen Castrejón, dirigente del PVEM, sólo se animaron a señalar que hay “grandes coincidencias”. Vergonzoso.
Coda. La corrección que hace Marx a Hegel sobre la repetición de la historia, aparece en el primer párrafo en El 18 Brumario de Luis Bonaparte y señala que “se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”, eso son actores, farsantes en el peor sentido de la palabra.
@aldan