APRO/Columba Vertiz
Tras un recorrido por alrededor de cien festivales nacionales e internacionales de cine y su estreno en Australia, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña y Polonia, Leona, ópera prima del judío mexicano Isaac Cherem, se exhibe en el país y “seguramente habrá reacciones encontradas: mucha gente se enojará e igual habrá mucha agradecida”, destaca su director.
La actriz Naian González Norvind es la protagonista y escribió el guión con Cherem, quien ha sido productor de las cintas El incidente (2014) y Dos veces tú (2017).
“La excusa o la anécdota es una historia de amor prohibido, pero para mi la película es sobre romper las expectativas del entorno para tomar las decisiones, las riendas, de mi propia vida”, dijo Cherem.
Leona, que desde este 17 de diciembre se puede ver en salas de Cinépolis, Cinemex, Cine Tonalá, Autocinema Coyote y Cineteca Nacional, se centra en Ariela, una joven pintora judía tradicional, que conoce a Iván, un chico que no es judío y con quien comienza una relación amorosa secreta, a pesar de las creencias de su familia.
Esta nueva experiencia le permite a Ariela explorar el mundo que estaba fuera de la burbuja de su comunidad, pero es descubierta y amenazada. Mantener su relación significa dejar su vida como judía y perder contacto permanente con su familia y amigos.
Además actúan Ana Kupfer, Carolina Politi, Margarita Sanz y Christian Vázquez, y produce Salomón Askenazi.
Cherem, quien estudió cine en Los Ángeles, California, desea “ampliar el diálogo sobre la opresión que genera un sistema moral y religioso, no solo dentro de la comunidad judía, sino también de otros sectores”.
Rememora que conoció a González Norvind cuando laboraba con su mamá, la también actriz Nailea Norvind. La buscó y le mostró su historia:
“Reescribimos el guion juntos desde cero. Trabajamos alrededor de un año. Ella, quien es de un mundo opuesto al mío y con más apertura, mejoró los diálogos. Estoy eternamente agradecido con ella”.
En México, Leona tuvo su estreno en el Festival Internacional de Cine de Morelia del 2018, donde González Norvind obtuvo el premio a Mejor Actriz.
Cherem cuenta vía celular que empezó a escribir el largometraje justo cuando se mudó de la casa de sus padres: “No era solo una transición a la adultez, sino una liberación de la burbuja judía en la que llevaba viviendo toda mi vida. A partir de afuera pude observar hacia adentro, al lugar donde estuve todo este tiempo y poseer una mirada mucho más crítica. Me surgió la inquietud, el enojo y las ganas de gritar sobre algo que me parecía absurdo y ridículo. Quería denunciar”.
Confiesa que le fue difícil escribir desde la introspección:
“Se analiza que es lo que pasa. Si se es un hijo varón, su vida debe ir por un rumbo, ya están todas las decisiones tomadas; y si es mujer, peor, debe tener hijos, limpiar la casa y atender a su esposo.
“Mis papás siempre me han apoyado muchísimo. Irme de su casa a una colonia, de la cual ellos jamás habían escuchado, e informarles que quería realizar cine, fue casi trágico para ellos, pero poco a poco fueron entendiendo, porque también ellos son víctimas de este sistema opresor moral religioso donde nací, pero tuve la fortuna de poseer actitud de visión para poderme mover hacia otro lado”.
Señala que ahora las nuevas generaciones se dan cuenta que hay muchas más opciones “que ese mundo binario que se nos planteó y es responsabilidad nuestra tomar las riendas y vivir por nosotros mismos”.
–La película es una crítica constructiva, ¿verdad?
–Algunos piensan que no es una crítica para mejorar. Son personas que ponen primero el bienestar de una comunidad que de ellos mismos, esa es la razón del hermetismo de la comunidad judía de México.