Miriam Rodríguez vivió el asesinato de su hija Karen, de 20 años, en el año 2014.
A Karen la secuestraron, pidieron rescate y la mataron después. Ante este horrible acto y la impunidad en México (específicamente en Tamauliás), ella decidió emprender su propio camino en para obtener justicia.
Decidió rastrear a las personas involucradas en el secuestro de su hija. Utilizó información falsa, disfraces e incluso armas para poder lograr su objetivo. Uno a uno ubicó a los delincuentes, a través de internet, información de boca en boca e incluso entablando amistad con sus familiares.
Su historia, hoy es retomada en un reportaje de Azam Ahmed en el New York Times. Miriam es conocida en San Fernando, Tamaulipas por su valor para enfrentarse al crimen organizado y el cártel responsable de asesinar a su hija. Su investigación dio frutos, pues consiguió que varios de los homicidas acabaran tras las rejas.
No solo eso, sino que inspiró a mucha gente cansada de vivir en un entorno tan violento, como otras madres y padres que también han tomado acciones para conseguir justicia. Al final, la alcanzó el México violento:
En total atrapó a diez personas en una desesperada búsqueda de justicia que la volvió famosa pero vulnerable. Nadie desafiaba al crimen organizado y ni hablar de encarcelar a sus integrantes.
Le solicitó al gobierno algún tipo de protección con escoltas armados, temiendo que el cártel finalmente se hubiese hartado de sus actividades.
Al final, la mataron. Como a su hija, como a miles.
PARA LEER
Disponible en español, el artículo completo del New York Times.