- Aún en medio de la pandemia, la empresa Creatividad y Espectáculos (CREA), filial de CIE, suma contratos por 700 millones de pesos con el gobierno de la austeridad. Esta empresa tuvo negocios fructíferos con Peña Nieto.
EMEEQUIS/Alejandra Crail
Desde la Secretaría de Educación Pública (SEP), pasando por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), hasta el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres)… La empresa de eventos y espectáculos predilecta de Enrique Peña Nieto ha sobrevivido a la austeridad de Andrés Manuel López Obrador.
Se trata de Creatividad y Espectáculos, S.A. de C.V. (CREA), que ha recibido entre 2019 y 2020 cerca de 700 millones de pesos en contratos para la realización de eventos, los más cuantiosos en el marco de la pandemia de Covid-19.
La empresa es filial de Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), fundada por Alejandro Soberón Kuri en 1995. Fue contratada para adecuar el Autódromo Hermanos Rodríguez como centro de atención médica para personas contagiadas de SARS-CoV-2.
También para ofrecer servicios de traslado terrestre a locaciones y sistemas de postproducción relacionados con el programa que suplió las clases presenciales, Aprende en Casa.
CREA comenzó su trayectoria como contratista del gobierno federal en el sexenio de Vicente Fox, pisó más fuerte en el de Felipe Calderón y explotó en bonanza económica con Peña Nieto, logrando a lo largo de su sexenio acumular una bolsa de más de 4 mil millones de pesos en contratos y monopolizando los servicios de eventos en organismos públicos como el extinto ProMéxico, entre otros.
Ahora, con López Obrador y una estricta reducción de gastos, la empresa no ha perdido: poco a poco ha recuperado terreno como la empresa predilecta del gobierno en este rubro.
El pasado de CREA
Creatividad y Espectáculos es una ramificación de CIE, el corporativo que ha acaparado la industria desde los años 90 y que está detrás de OCESA, así como La Feria de Chapultepec, en la Ciudad de México; el CICI, de Acapulco, y Selva Mágica, en Guadalajara (hasta 2009).
También de la operación de los teatros Metropólitan y Orfeón, el viejo Estadio Azul del Cruz Azul, el Foro Sol, el Hipódromo de las Américas (hasta 2012), el Centro Banamex y el Autódromo Hermanos Rodríguez –ambos transformados en centros Covid este 2020.
De acuerdo con sus reportes anuales, el corporativo tiene como misión promover y producir conciertos, festivales de música, obras teatrales, así como eventos deportivos, familiares y culturales.
Desde este ángulo, CREA ha sido el brazo que se ha encargado de obtener ingresos por medio de contratos con los gobiernos estatales y las dependencias federales.
Uno de sus primeros contratos fue el que le otorgó el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) en 2002 por un total de 907 millones de pesos para la distribución de películas, cuando era dirigido por Alfredo Joskowicz. La empresa estaba directamente relacionada con la industria cinematográfica, pues la familia Soberón llevaba décadas de experiencia como productora de películas a través de la empresa Frontera Films. Recientemente habían estrenado la película Amores Perros (2000), con su productora Altavista Films, y trabajaban en otros dos filmes: Nicotina (2003) y Voces inocentes (2005).
A partir de entonces, las contrataciones en el sexenio del panista Vicente Fox comenzaron a hacerse frecuentes con contratos de menos de un millón de pesos. Repitió en 2003 con el Imcine por el mismo monto para otorgar el servicio de montaje y desmontaje de las expo-locaciones de 2002 y abrió campo con la Secretaría de Turismo, el Banco Nacional del Comercio Exterior y la Sociedad Hipotecaria Federal.
En conjunto, CREA ganó con Fox apenas un millón 800 mil pesos, una cantidad minúscula en comparación a lo que ganaría en los próximos sexenios.
Con Calderón encontró campo abierto en un organismo recién creado: ProMéxico, el fideicomiso público –considerado entidad paraestatal– que el entonces panista creó por decreto presidencial el 13 de junio de 2007, para “fomentar la actividad exportadora y atraer inversión extranjera directa”. Tras 10 años en activo, ProMéxico fue extinguido por AMLO en mayo de 2019.
Con ProMéxico llegó a ganar más de 500 millones de pesos para montar el Pabellón de México en la Exposición Mundial de Shanghai (2010) y realizar diversos eventos, como la exposición tecnológica Green Solutions.
Otros contratos cuantiosos fueron los que le otorgó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), que dirigía Patricia Espinosa Cantellano, para la logística de la convención de las Naciones Unidas sobre cambio climático (COP16) y la reunión del Protocolo de Kioto, así como para brindarle transporte blindado y un equipo de seguridad para la visita del Papa Benedicto XVI.
En total, el gobierno de Calderón le pagó 2 mil 600 millones de pesos en contratos durante todo su sexenio.
Con Peña Nieto: la gloria
Pero ese sólo era el inicio de la bonanza. Con el regreso del PRI al gobierno, ese monto se duplicó.
Abrió cartera en 2013 con contratos discretos de hasta 18 millones de pesos con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), en la era de Rosario Robles –quien recientemente fue acusada de delincuencia organizada y lavado de dinero en relación a la Estafa Maestra– para realizar foros de consulta pública en el marco del Plan Nacional de Desarrollo y realizar foros en Guerrero y Oaxaca.
Con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), cuando la dirigía Luis Videgaray –quien tiene una orden de aprehensión en contra relacionada con el caso Odebrecht–, CREA puso en marcha una exposición itinerante dentro de la sexta edición de la Semana Nacional de Educación Financiera.
Organizó las reuniones de la asamblea del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, prestó los servicios para llevar a cabo el lanzamiento del apoyo del Banco Mundial a Prospera –el programa catalogado como fracaso que buscaba reducir la brecha de pobreza entre los mexicanos.
La SRE también le contrató servicios de eventos en el Centro Banamex, en la Biblioteca José Vasconcelos, servicios de transporte, organización de la Cumbre México-Caricom y la VI Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, entre otros. Mientras que la Secretaría de Educación Pública prestó servicios para realizar eventos institucionales.
Incluso la Oficina de la Presidencia le llegó a contratar la organización de la conmemoración del Grito de Independencia (le pagó 30 millones de pesos en 2016 y 17 millones en 2017).
En total, el gobierno de Peña Nieto le pagó 4 mil 600 millones de pesos en contratos a lo largo de su sexenio.
Con la 4T baja el ritmo, pero no pierde vuelo
La llegada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno no supuso el cese a la llave de contratos para CREA. Si bien bajaron los montos y las dependencias que requirieron sus servicios, el 2019 lo cerraron con 325 millones de pesos de ganancias por un total de 33 contratos.
La SEP de Esteban Moctezuma Barragán los contrató como la empresa de cabecera para sus diversos eventos, como la entrega de preseas a docentes por 30 y 40 años de servicio, entre otros, sumando más de 200 millones de pesos. El SAT de Raquel Buenrostro Sánchez les pagó 23 millones de pesos; la Conade de Ana Gabriela Guevara, 14 millones; la Conagua de Blanca Elena Jiménez Cisneros, 12 millones; el Inmujeres de Nadine Gassman otros 11 millones.
Sin embargo, este 2020, con menos contratos y en medio de la pandemia de Covid-19, esta empresa no redujo sus ingresos, los mantuvo. Con sólo cuatro acuerdos ganó 367 millones de pesos.
El primer contrato le fue entregado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, que comandó Gabriel Oswaldo Contreras, para la realización de eventos para más de 20 personas a realizarse a lo largo del año, por un monto máximo de 30 millones de pesos.
El segundo, otorgado por la Conagua se firmó el 20 de marzo de 2020, ya con la pandemia de Covid-19 en el país, con un presupuesto mínimo de 28 millones de pesos y con la posibilidad de pagar hasta 70 millones de pesos para la realización de sus eventos presenciales.
Mientras que el más cuantioso se lo otorgó el IMSS de Zoé Robledo para adecuar el Autódromo Hermanos Rodríguez como la unidad de expansión Covid-19 en mayo de este año y por el cual pagó 301 millones de pesos.
De acuerdo con los reportes del segundo y tercer trimestre de CIE, la pandemia de Covid-19 supuso para el grupo una reducción en sus ingresos por cuestión de espectáculos, argumentando que sus ingresos entre abril y septiembre de este año fueron derivados por los proyectos médicos en las instalaciones del Autódromo y del Centro Citibanamex.
Para cerrar, les cayó otro cuarto contrato por 12 millones de pesos de Canal Once, para apoyar con la posproducción de los programas de Aprende En Casa, que coordina la SEP, en pro de suplir la educación presencial de niñas y niños por una educación vía televisión.
@AleCrail