- Una amistad con Mario Delgado afianzada en los pasillos de San Lázaro, un pleito entre Jaime Bonilla y el alcalde de Tijuana, Arturo González, ponen a Marina del Pilar Ávila como candidata de Morena en Baja California.
EMEEQUIS
Mario Delgado Carrillo, presidente de Morena, tomó la mano derecha de Marina del Pilar Ávila Olmeda y juntos las elevaron al cielo en señal de victoria.
Era 12 de diciembre y así, en aquel acto en las oficinas de Chihuahua, Colonia Roma, se hacía pública la decisión –presuntamente basada en los resultados de una encuesta interna– de que la alcaldesa de Mexicali sería la candidata de Morena a la gubernatura de Baja California.
Aquel ejercicio que Delgado Carrillo presumió de “abierto y transparente”, nos cuentan fuentes cercanas al exdiputado y ex titular de la Junta de Coordinación Política de San Lázaro, fue en realidad una elección meramente política.
Un acuerdo hecho con el actual gobernador de BC, Jaime Bonilla Valdez, para desconocer los resultados de la encuesta interna que le daban el triunfo al alcalde de Tijuana, Arturo Gónzalez Cruz.
Esta decisión ha enfurecido a los morenistas de Baja California, quienes, en su mayoría, rechazan completamente respaldar a Marina del Pilar y no cesan de comentarle a Delgado que ha sido un error haberla elegido para la contienda, porque esto se traduce en una derrota asegurada en 2021.
El principal argumento tiene que ver con los números del padrón electoral y la corta trayectoria de la alcaldesa. Mexicali, la única zona en la que Marina es hasta el momento conocida, representa sólo el 28.3% del padrón electoral, en cambio Tijuana –portador del candidato que apoyaban los morenistas– tiene el 51% del padrón. Estratégicamente, nos aseguran, es un error lanzar a alguien tan poco conocido y de poca trayectoria.
El segundo argumento –aunque no por eso menos potente– es la cercana relación de la abogada, que comenzó su carrera política hace apenas dos años, mantiene con el presidente del partido, así como el apadrinamiento de Bonilla para con ella, lazos que las filas puristas de Morena no dejan de criticar porque, dicen, va en contra de los principios que persiguen: ser diferentes a los viejos partidos.
Carrera exprés: dos años de experiencia
Marina del Pilar Ávila Olmeda tiene 35 años, es abogada por el Centro de Enseñanza Técnica y Superior, al tiempo que tiene dos maestrías en derecho público y en administración pública.
Se subió al barco de Morena casi desde su origen como partido. Cuando pocos querían ponerse la camiseta y representarlo en las urnas ella alzó la mano para ser candidata a diputada local en 2016 y aunque perdió, comenzó a ganarse un lugar dentro de la organización.
En la elección de 2018, nos cuentan quienes la conocen, Jaime Bonilla fue quien la impulsó dentro del partido para que fuera candidata a diputada federal, abriéndose paso dentro de la política con un cargo fuerte. Para sorpresa de muchos, fue una de las candidatas que se quedaron con una curul en el Congreso.
No pudo haber existido mejor oportunidad para Ávila Olmeda, pues fue ahí, en los pasillos de San Lázaro, que la joven pudo afianzar una sólida y cercanísima relación con Mario Delgado, quien era nada más y nada menos que el coordinador de la bancada de Morena y presidente de la JUCOPO.
Ambas relaciones, la nueva y fuerte amistad con Delgado, así como el respaldo de Bonilla, la llevaron a convertirse en la candidata a la alcaldía de Mexicali, su ciudad natal, en 2019.
Tras la victoria, Marina del Pilar selló su matrimonio con el panista Carlos Alberto Torres Torres, aquel que otrora fuera apadrinado por Felipe Calderón (y cuando decimos apadrinado es literalmente porque el expresidente fue su padrino de bodas en su primer matrimonio) para ser el candidato a presidente municipal de Tijuana en 2010 –perdió.
A Torres se le señala por haber sido el diputado local clave que operó políticamente en favor de la reforma que ampliaba de dos a cinco años la duración del gobierno de Baja California, dándole así el poder a Bonilla para quedarse en la gubernatura por más tiempo (que luego se echó para atrás). Esto le costó a Torres, el viejo secretario de Acción Juvenil, la expulsión del PAN.
En su boda, a unos días de tomar protesta como alcaldesa, el mismo Jaime Bonilla pronunció algunas emotivas palabras, afianzando así la cercana relación con Marina.
Un golpe de suerte la puso en la mira
Iniciaba diciembre cuando el alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz, anunciaba su viaje a la Ciudad de México para registrarse como precandidato a la gubernatura de Baja California. Ante este anuncio, Bonilla Valdez soltó ante los medios: “veremos si pasa las aduanas que tiene que pasar”, y luego compuso: “no sólo él, sino todos los aspirantes”.
El comentario era síntoma de un pleito que lejos de apagarse, se aviva y que esconde tras de sí el verdadero motivo por el que le quitaron la candidatura a González Cruz: el temor de Bonilla de que si el tijuanense gana la gubernatura éste inicie procesos legales en su contra.
El pleito ha tenido varios matices, desde Bonilla acusando al edil de estar detrás del homicidio del periodista Mariano Soto, pasando por González Cruz diciendo que no tiene miedo de ser un preso político, hasta acusaciones por sobornos, todo esto bajo investigación.
En esa línea: un golpe de suerte para Marina del Pilar. Bonilla dijo no respaldaría a González Cruz y en cambio presentó a Ávila Olmeda como su gallo en la contienda, propuesta que Delgado aceptó inmediatamente dada la fuerte amistad que aún sostiene con la mexicalense.
Morena perdería ante Jorge Hank Rhon
“Jorge Hank Rhon va a ganar la gubernatura de Baja California”, dicen resignados miembros del partido de López Obrador y gente cercana a Delgado.
El empresario, dueño de Grupo Caliente, quien fuera presidente municipal de Tijuana de 2004 a 2007 y señalado por tráfico de drogas, lavado de dinero y corrupción, figura como la opción más fuerte que la oposición pudiera postular. Aún con las sombras que le persiguen, el cariño de la gente en Baja California –acostumbrada a recibir apoyos y ayudas del empresario– está intacto.
“Carismático y querido”, así lo describen cercanos y enemigos. Hank Rhon, hace el cálculo una de las fuentes consultadas, trae por sí mismo unos 12 puntos, mientras que el PRI otros 10, más lo que pueda aportar el PRD y el PES, esta coalición tiene 25 puntos, unos diez por debajo de Morena, aún sin campaña. Pero en el momento en que la oposición haga pública la candidatura y Jorge Hank Rhon comience a hacer campaña, advierten, Morena va a quedarse atrás.
Las fuentes coinciden: la única forma en que Morena le gane a Jorge Hank Rhon con Marina del Pilar es que Jorge Hank Rhon no juegue en la elección. Y aunque el Partido Acción Nacional (PAN) tiene sus reservas, el PRI no quiere dejar pasar esta oportunidad.
Mientras tanto, en Morena, el panorama se vislumbra negro allá donde empieza la patria: nadie alza la mano para asesorar la campaña, nadie quiere coordinarla. Morena está en un aprieto. ¿Dejarán que la corriente los lleve a la derrota o podrán enderezar el camino?
@emeequis