- Aplazan consultas médicas, estudios de carga viral y entrega de medicamentos
- Coronavirus podría frenar el objetivo acabar con el VIH/Sida para el 2030
Luego de la atención que ha acaparado la pandemia del nuevo coronavirus, para los enfermos se aplazan las consultas médicas especializadas y se retrasa la entrega de medicamentos; situación similar pasa con los estudios de carga viral, con lo cual baja en mucho la calidad de la atención, lo cual de une a la reticencia de los pacientes a acudir a los hospitales por miedo a contagiarse de Covid-29, al tener su sistema inmunológico comprometido.
Así lo expresó el director de la asociación civil VIHDHA, Marco Antonio García Robles, al manifestar que en medio de esta emergencia sanitaria resulta complicado para los enfermos de VIH dar seguimiento a su salud, colocándolos es una condición de vulnerabilidad.
Este es el contexto en el que ambas pandemias coexisten, al ser más prioritaria, dado el número de personas fallecidas más elevado en el caso del Covid-19 en relación con los de VIH, dado que en lo local el número de muertes por las complicaciones de salud derivadas de vivir con VIH, de 1983 a 2019, suman 567 personas, mayoritariamente varones. En el presente año 2020, a la fecha, el número de fallecimientos por coronavirus era similar. ¿Por qué parece entonces que el impacto en la opinión no es el mismo?, ¿dejaron de importar las muertes?, ¿es un problema de comunicación?, ¿nos volvimos insensibles?, cuestiona el activista.
Consideró que los números fatales de la pandemia del Covid-19, al superar con creces a las personas fallecidas por afecciones asociadas al sida, incide en la baja en la calidad de atención y recursos para frenar las infecciones por VIH, lo cual podría frenar el objetivo que los organismos internacionales se han propuesto: acabar con esta pandemia para el año 2030.
Avances y retrocesos históricos en Aguascalientes en la atención del VIH/Sida
García Robles escribió, como parte del capítulo de un libro próximo a publicarse, que el activismo en el estado persiste de la mano por la lucha por los derechos humanos de la diversidad sexual, dado que la infección sigue focalizada en población masculina, con una preponderancia de hombres que tienen sexo con hombres (HSH), independientemente de si se asume una orientación homosexual o bisexual.
“La historia de la pandemia del VIH/sida en Aguascalientes está muy asociada al combate de los estigmas y la discriminación relacionados con las prácticas sexuales. Al ser una sociedad conservadora, las políticas públicas de prevención se han visto limitadas y los intentos de acciones particulares han sido frenadas o censuradas en más de una ocasión”, señala el escrito.
Manifestó que, si bien se puede hablar de avances, como la dotación de antirretrovirales gratuitos pese a que los enfermos no cuenten con IMSS o Issste, o el aumento de profesionales y servicios de salud especializados, es una realidad innegable que los actos discriminatorios o de atención médica deficiente se han presentado a lo largo de las más de 30 años, además de leyes que impiden el ejercicio pleno de los derechos a las personas que viven con VIH, como es su derecho a la unión civil.
El también investigador destacó organizaciones y activistas continúan realizando sus propios esfuerzos por prevenir infecciones de transmisión sexual y para atender a personas con VIH, como CECADEC, fundado por Marcela Martínez Roaro y donde Diego Chávez Andrade ha sido colaborador; Movimiento de Acción Lésbika Feminista (MAL de Aguascalinetes), encabezado por Chuy Tinoco e Ivonne Vite; el Centro de Atención “Vive Aguascalientes” (CAVA) de Efraín González Muro; Red de Mujeres Trans, con el liderazgo local de Susan Any Muñoz; Fangoria Nice, con Wendy Soto; Luis Berdeja, quien estuvo en grupos LGBT en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, la Fundación Omácatl y ahora en un partido político; Mateo Castañeda, de FAMDI y orientador especializado en hombres trans; académicos como Juan Bobadilla y una cantidad más de activistas independientes; lo que hace evidente que las políticas en salud pública son aún insuficientes para prevenir y atender la enfermedad.