- En un 88.8% de las empresas en Morelos se percibe inseguridad, indica encuesta del Inegi. La entidad, gobernada por el exfutbolista, está en primer lugar nacional en este rubro. Extorsiones, secuestros, homicidios siguen al alza.
EMEEQUIS/Patricia Tapia
En 2019 explotó el tema de la inseguridad en Morelos. En enero de ese año, el gobernador Cuauhtémoc Blanco se justificaba así: “No estamos rebasados. No es fácil (la seguridad). Es que imagínate cuántos delincuentes hay…. ¡Hay un chingo!”, dijo ante medios de comunicación.
Prometió que iba a revertir la situación trabajando “al mil”. Sin embargo, la tendencia negativa no sólo se mantuvo: creció y no tiene para cuándo sin resolverse.
Lo anterior se refleja en el sentir no sólo de los ciudadanos de a pie, los empresarios también han sido azotados por el crimen que no da tregua.
A escala nacional, Morelos es el primer lugar en percepción de inseguridad pública entre los establecimientos de industria, comercio y servicios. En 2019, un 88.8% de las unidades económicas compartió esa impresión, indican datos de la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) 2020 del InegiI, publicada recientemente.
La media nacional es de 75.5%, así que Morelos está más de 13 puntos porcentuales por arriba.
Esto muestra un incremento respecto a los resultados de la anterior ENVE (en la que el año de victimización fue 2017), cuando un 78.1% de las unidades económicas morelenses tuvo ese sentimiento de inseguridad.
Este año no se pudo
El panorama para 2020 no ha mejorado para la entidad que gobierna el exfutbolista bajo los colores de Morena. Apenas a principios de diciembre, transportistas de carga bloquearon diferentes puntos en Cuernavaca para demandar seguridad, ya que han sufrido robo de unidades.
En noviembre pasado, sindicatos y cámaras empresariales exigieron un alto a la violencia, tras el asesinato, a finales de octubre, del líder transportista, Fernando Ortiz Lagunas: un llamado que no es el primero y no será el último con la exigencia de que reaccione Cuauhtémoc Blanco.
Un manifiesto firmado por el Consejo Coordinador Empresarial de Morelos, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo y por sindicatos decía: “¡Ya basta que asesinen a nuestros hijos, padres, vecinos, amigos y hermanos!”.
Y seguía: “¡Queremos vivir en un Estado de Derecho y no en la ley de la selva!, ¿cuáles son las consecuencias de que un servidor público no cumpla con su trabajo?, ¡ya basta de excusas!, ¡queremos resultados!”.
Datos duros
Más allá del sentimiento de inseguridad de los empresarios y que el gobernador no acepta abiertamente que está siendo rebasado, las cifras no mienten. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indica que en 2019 se registraron 911 homicidios dolosos en Morelos, un incremento de 31.4% respecto a 2018.
Mientras que las extorsiones se dispararon 666%, los secuestros crecieron 56.5%, el robo a negocio 24% y los feminicidios 39.2%, en el periodo que se compara.
Hasta la Iglesia ha alzado la voz para señalar la crisis de inseguridad que se vive en ese estado. En abril del año pasado, el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, manifestó que el derramamiento de sangre era escandaloso y que la manera de operar de los criminales era cada vez más impune. En diciembre de ese año, se optó por suspender las misas nocturnas por el temor de los feligreses de salir de noche.
No sería la primera denuncia del obispo, hace unos meses dijo que la inseguridad ha empeorado y que en 18 municipios de Morelos se paga derecho de piso.
El semáforo delictivo de Morelos muestra que en octubre de los 11 indicadores que mide, ocho están en rojo: homicidio, secuestro, extorsión, narcomenudeo, robo a vehículo, robo a negocio, violación y violencia familiar.
A decir de los empresarios, aunque la inseguridad no empezó en este gobierno, sí ha ido en aumento y era uno de los temas importantes de la agenda cuando fueron las elecciones y varios funcionarios, entre ellos Cuauhtémoc Blanco, se comprometieron a disminuir la incidencia delictiva.
Nadie los detiene
Hace escasos días, un helicóptero de la policía en Morelos sufrió el ataque de un comando armado al realizar un operativo por el robo de una camioneta, la cual ubicó y comenzó a ser perseguida sobre la carretera Tehuixtla-Tequesquitengo, los criminales en respuesta dispararon en varias ocasiones, logrando lesionar a un elemento policiaco.
No es un secreto que Morelos ha sido invadido por varias células criminales, hasta el propio Cuauhtémoc Blanco ha reconocido que en el estado operan cinco grupos delictivos que se disputan la plaza: Los Rojos, La Familia Michoacana, El Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Mayas y Tlahuicas.
Pese a que el gobernador morenista ha dicho que se tiene bien definida la estrategia de seguridad, que se están redoblando esfuerzos y que trabajan en conjunto con las fuerzas armadas, el empresariado dice lo contrario: se debe evaluar como un fracaso.
Esto ha pegado en la evaluación del exfutbolista, de acuerdo con el ranking de aprobación ciudadana de noviembre, realizado por Mitofsky, el único gobernador que se encuentra en “baja” es Cuauhtémoc Blanco: el peor calificado.
Mientras que, en el marcaje de la Coparmex, en el que se registra el porcentaje de socios que piensa que cumple con el trabajo para el cual fue electo, también se encuentra en el fondo de la tabla, pues solo 2% considera que es así, muy lejos de la media nacional, que es de 33%. Esto también corresponde a noviembre.
La principal respuesta que los socios dieron para ¿en qué está fallando su gobierno?, fue la inseguridad, seguida de la corrupción y la falta de apoyo al empresario.
Fue 2019 un año que dejó marca
En el análisis del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) de 2019, se afirma que Morelos es uno de los estados donde la crisis de seguridad pública fue evidente y estuvo marcado por dos hechos de relevancia calificados como hechos “más graves”: El motín de reos en el penal de Atlacholoaya, en el cual asesinaron al Ray, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en la entidad y el homicidio del empresario Juan García Rodríguez, líder la Confederación de Trabajadores de México.
El caso de Atlacholoaya se registró el 29 de octubre de 2019: “Algunos medios de comunicación y autoridades señalaron que el motín se debió a las condiciones del penal, sin embargo, otras versiones señalan que fue una disputa entre distintos grupos del crimen organizado. La gravedad del acontecimiento se manifiesta porque, en medio del motín, se dio muerte a un líder del crimen organizado en un espacio donde la autoridad debería tener un control total”, apunta el ONC.
El otro hecho destacado, el homicidio de Juan García, un personaje con trayectoria política local, ocurrió el 8 de mayo, en pleno centro de la capital y en un día laboral. Destaca que el arma que se utilizó para consumar el asesinato ya había sido decomisada por las autoridades en un evento delictivo previo.
Con estos casos, la ONC dice que se puede visualizar la situación que vive esta entidad en cuanto a la seguridad pública.
“La situación y los datos denotan que la seguridad pública en la entidad ha empeorado. En efecto, existe un aumento de homicidios y la administración actual argumenta que esto se debe a las disputas entre los grupos del crimen organizado. Es decir, persiste la narrativa de gobiernos anteriores”.
En esta carrera de mayor percepción en inseguridad de las unidades económicas que mide el Inegi, Morelos no está solo: hay otras dos entidades en el lugar dos y tres que también están bajo la bandera morenista: Puebla, donde gobierna Miguel Barbosa, y Tabasco, con Adán Augusto.
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