Estimado lector, se cumplieron dos años cerraditos de esta administración autodenominada Cuarta Transformación, y que sí en este momento fueran las elecciones para la presidencia de la República y existiera la reelección, el candidato eterno volvería a ganar, pues tiene más del 50% de aprobación de su gestión entre los habitantes de este país con credencial de elector, según las encuestas levantadas por la Secretaría de Gobernación (era imposible no obtener estos números de aprobación); también se que la Organización Mundial de la Salud advirtió a México sobre el serio problema que tenemos con el manejo y control de la pandemia ocasionada por el ya famoso y conocido Covid-19, bueno, también me enteré que la violencia aumentó en nuestro país y eso impacta de manera directa en la economía; hasta supe del chisme local, una bronca entre un conductor de noticias y dueño de medios de información con el gobernador de la entidad, qué cosas no cree, es más hasta me enteré de un monolito que está apareciendo por ciertas zonas del mundo, así nada más, al puro estilo de Kubrick, y por si fuera poco, ya llegó diciembre y ahora surge la duda de cómo diablos le haremos para celebrar la noche buena y navidad, podré o no ir a mi pueblo a pasar esos días con mi familia, o de plano serán unas festividades virtuales; cuantas cosas a la vez para cerrar el año no cree.
Pero no, este jueves no hablemos de esa cotidianidad que agobia, inquieta o nos hacen pensar de más, mejor lo invito a que reflexionemos sobre esos mexicanos que destacan y que tienen los reflectores encima, ya sea porque son figuras públicas o porque son realmente buenos en su profesión; abramos este espacio para dejar de lado esa pesada cotidianeidad y saludemos las proezas de un mexicano que con apenas 30 años de edad se ha convertido en el cuarto mejor piloto de la Fórmula 1 en este 2020, cosa que no es muy común por lo elitista del deporte y porque en nuestro país se practica el fútbol más que cualquier otra disciplina atlética. En los registros de la historia podemos contar con los dedos de la mano a los mexicanos destacados en la Fórmula 1, Pedro y Ricardo Rodríguez de la Vega, los famosos hermanos Rodríguez, en su honor el nombre del autódromo de la Ciudad de México, Pedro Rodríguez corrió para la escudería Ferrari y obtuvo dos victorias y siete podios; Moisés Solana Arciniega piloto de la escudería Lotus contemporáneo a Pedro Rodríguez, después entre 1977 a 1981 Héctor Alonso Rebaque, quien corrió para la escudería Lotus y finalmente Esteban Gutiérrez piloto de reserva de la escudería Mercedes y Sergio “Checo” Pérez el cuarto mejor piloto de la temporada 2020 con la escudería Racing Point Force India.
Sergio “Checo” Pérez ese compatriota que a base de trabajo duro se ha abierto paso en un deporte extremadamente elitista y lleno de intereses económicos, hoy por hoy se encuentra entre los cuernos de la luna y la posibilidad de no competir en 2021; hace dos semanas en el Gran Premio de Turquía terminó en segundo lugar, compartiendo reflectores con el campeón del mundo y con Sebastián Vettel de Ferrari; el pasado fin de semana, a tres vueltas de finalizar la carrera y cuando todo parecía indicar que se subiría al pódium por segunda ocasión consecutiva su monoplaza falló y tuvo que abandonar la carrera, y a pesar de todo eso, aún no tiene un equipo para el próximo año.
Cuál es el ingrediente principal que inyectan esta clase de mexicanos a sus profesiones y los hace destacar de entre los demás; en la Fórmula 1 usted me podrá decir que el dinero es pieza medular para que esto funcione, puede ser, tomemos en cuenta que desde 2015 a “Checo” lo patrocina Carlos Slim a través de Telmex y el resto de las empresas del magnate mexicano, pero, sí Sergio Pérez no hubiera demostrado cualidades y talento entonces sería imposible verlo en estos momentos conduciendo un monoplaza de Racing Point Force India patrocinado por Slim.
Talento, según mi ya citado y conocido diccionario enciclopédico Océano, es “la capacidad para ejercer una cierta ocupación o para desempeñar una actividad. El talento suele estar asociado a la habilidad innata y a la creación, aunque también puede desarrollarse con la práctica y el entrenamiento.”
Disciplina, misma fuente de consulta que la anterior “es el método, la guía o el saber de una persona, sobre todo en lo referente a cuestiones morales. También se utiliza para referirse a una rama científica o artística.”
Pasión, como la “necesidad de hacer algo porque existe una fuerza interna que mueve al individuo a hacerlo, sobre todo está vinculado con una vocación artística”. Misma fuente que las dos anteriores.
Talento, disciplina y pasión, seguramente usted tiene estas tres características, necesarias para llegar lejos y ser destacado como “Checo” Pérez, sin embargo, para la próxima temporada de la Fórmula 1 nuestro piloto no cuenta con un equipo o escudería, conste que no es una cuestión de talento ni de patrocinadores, es una cuestión de política interna de la Federación Internacional de Automovilismo FIA; a pesar de ser el cuarto mejor corredor de esta temporada “Checo” pudiera no correr. Eso me recuerda a la película “Campeón sin corona” de 1946 del director Alejandro Galindo y a todas las historias de “injusticia” que padecemos los mexicanos, no se por qué siempre nos pasa eso.
Los logros y éxitos de “Checo” Pérez en la Fórmula 1 a pesar de ser mexicano, son gracias a su talento, disciplina y pasión, las ganas de no fracasar, la mira puesta en el éxito. Estoy seguro que todos estamos listos para alcanzar la meta que tenemos frente a nosotros, pongamos manos a la obra y dejemos de lado las justificaciones, el señalar a otros como los culpables de no poder alcanzar lo que pretendemos, pongamos en marcha lo que sea necesario para triunfar en lo individual y así coadyuvar a la sociedad a alcanzar un nivel más elevado que nos permita salir de esta crisis. Inspírese estimado lector, sí “Checo” puede, todos podemos.
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