Unas de manera pacífica, otras con bates y bombas molotov… todas las mujeres exigen justicia - LJA Aguascalientes
24/11/2024

APRO/Sara Pantoja

 

“¡Hey, cámaras, la nota está aquí!”, gritaba una mujer desde el templete donde se realizaba el mitin en el Zócalo de la Ciudad de México, tras la marcha por el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. 

A espaldas de Palacio Nacional se escuchaba la voz de las madres que desde hace años buscan a sus hijas desaparecidas; mujeres que expresan miedo porque su violador está libre en las calles, o porque su esposo las amenazó con “llenarles la espalda de plomo”.

“¡La nota está aquí!”, rogaban ellas por la atención de las cámaras que grababan a un pequeño grupo de jóvenes encapuchadas, identificadas como del Bloque Negro, quienes a unos metros de ahí trepaban la reja para entrar a la Catedral Metropolitana, o las que robaban casas de campaña, de las pocas que quedan en el plantón antiAMLO, para prenderles fuego y danzar alrededor, al coro de: “somos malas, podemos ser peores”. 

Así transcurrió la marcha por el “Día Naranja”, entre las mujeres que pacíficamente exigían justicia por el feminicidio de sus hijas, y las encapuchadas que protestaban con martillos, bates y bombas molotov. 

Unas alzaban carteles con sus manos: “Nunca van a tener la comodidad de nuestro silencio otra vez!”, “Los novios también violan”, “No es una, somos todas”. Otras usaban aerosoles en las paredes: “Sheinbaum sorda”, “Por las que ya no están”, “Nos están desapareciendo”, “Aquí estuvo la violada”.

 

La policía


A diferencia de la marcha del pasado 28 de septiembre, en la que integrantes del Grupo Atenea, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), estuvieron presentes desde el inicio, en la manifestación de este miércoles los cascos y los escudos sólo aparecieron en el Zócalo capitalino. 

En el trayecto, el contingente de aproximadamente mil personas, según el conteo de la Secretaría de Gobierno, avanzó sin problemas sobre las avenidas de la República, Reforma, Juárez y 5 de Mayo, hasta la plaza pública más grande del país. 

La mayoría de las participantes caminaron durante una hora, mientras las encapuchadas dañaban fachadas y mobiliario urbano, sin que nadie las detuviera, y de vez en cuando acompañadas del grito: “Fuimos todas, fuimos todas”.

La presencia de la policía ocurrió cuando las encapuchadas llegaron a la plancha e intentaron dañar la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional. “Ojalá así hubiera llegado la policía cuando les llamé porque mi esposo casi me estaba matando!”, reprochó una oradora en el templete. Luego acusó que la policía tenía encapsulado a un grupo de mujeres. “¡Si tocan a una, nos tocan a todas!”, decía.

Al menos dos oradoras acusaron a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, y a la fiscal general, Ernestina Godoy, de mentir cuando aseguran que trabajan por la justicia. “Nos reciben y nos prometen dar seguimiento al caso de nuestras hijas desaparecidas, pero no cumplen. No es que una quiera romper y quemar, pero es que sólo así nos hacen caso”.

Otra más acusó que su pareja, golpeador, “está libre porque su abogado sobornó a los jueces… tengo miedo de salir a la calle, yo no tengo dinero para comprar justicia”.

Hacia el final del mitin, las participantes cantaron la ya conocida “Canción sin miedo”, mientras las encapuchadas forcejeaban con las policías para derribar las vallas metálicas que protegen a los manifestantes antiAMLO. 

En ese momento fue cuando lograron sacar algunas tiendas de campaña del campamento y les prendieron fuego. También se lanzaron contra las uniformadas, a quienes lanzaron bombas molotov, que estas apagaban con gas extintor.

Cuando a las manifestantes violentas se les acabaron las municiones, la policía las acorraló, hasta que el grupo se dispersó en la esquina de la avenida Pino Suárez.

 

El saldo

La Secretaría de Gobierno informó que el saldo final de la marcha fue de 20 civiles y 23 policías lesionadas; seis de estas últimas requirieron traslado a un hospital, pero fueron reportadas como conscientes y fuera de peligro. 

La marcha estuvo acompañada de 391 integrantes del Grupo de Diálogo y Convivencia de la Secretaría de Gobierno, y 45 de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), además de representantes de la Brigada Humanitaria de Paz Marabunta, así como mil 500 mujeres policías del grupo “Atenea” de la SSC, 80 del Heroico Cuerpo Bomberos, 44 del Escuadrón de Rescates y Urgencias Médicas (ERUM) y 23 de Protección Civil.

Al final llegaron al Zócalo trabajadores de limpia para borrar los nombres que las mujeres pintaron con aerosol en el piso, y que llevan en la memoria y el cuerpo: “Antonio violador”, “Roberto, feminicida”.


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