- A Lorenzo Córdova y sus huestes les llueven críticas porque comandan al INE con “mano machista”, al tiempo que exigen a los partidos que postulen mujeres para las gubernaturas. Ya los llaman “el club de Cñores”. ¿Cómo acabará la “guerrita”?
EMEEQUIS
Una crítica socarrona recorre los pasillos del INE y se cuela por las oficinas de varios partidos, quienes se sienten agraviados por la propuesta de las huestes de Lorenzo Córdova, quienes han exhortado a los institutos políticos para que al menos 7 de las 15 candidaturas a gubernaturas que estarán en juego en 2021 recaigan en mujeres.
Por eso ahora dicen con ironía que un club de “Cñores” está intentando su revolución feminista.
Y es que si bien el Consejo General del órgano electoral está integrada por cinco mujeres y seis hombres, la paridad lograda es atribuible a las reglas que impuso la Cámara de Diputados. Al interior del órgano electoral se dice que el machismo cabalga rampante, concentrando las decisiones más importantes en ellos. Y que la cosa no es nueva, dicen, viene ya desde hace varios ayeres.
Como ejemplo nos indican que en la integración de su Junta General y la de sus delegaciones en las entidades del país muestra la doble moral que prevalece en el INE. La Junta General Ejecutiva, que representa el segundo nivel jerárquico del instituto, está compuesta por titulares de las Direcciones Ejecutivas, todos, propuestos por Lórenzo Córdova y avalados por al menos ocho votos del Consejo, quienes bajo el mando de Edmundo Jacobo, que está en el cargo desde 2008, llevan a cabo el trabajo operativo del organo electoral.
De los 11 integrantes, únicamente una es mujer, María del Refugio García López, quien fue designada en enero pasado como Directora Ejecutiva del Servicio Profesional Electoral. García López inició su carrera como capacitadora electoral a finales de los años noventa y desde 2016 se desempeñó como delegada del INE en varias entidades. En el portal del instituto resalta su nombre entre los demás hombres, pero es la única integrante sin fotografía en la página oficial del INE.
La consejera Dania Ravel, en aquella sesión donde se votaron nuevos nombramientos de la Junta, hizo pública su inconformidad respecto de que únicamente una mujer formara parte de ese órgano. Señaló como preocupante que el propio consejo no votara por mujeres ante la recién aprobada reforma constitucional conocida coloquialmente como “Paridad en Todo”.
En las sesiones del segundo órgano jerárquico de la autoridad electoral fungen como invitados sin derecho a voto otros ocho integrantes, de los cuales, sólo tres son mujeres, la que encabeza la Unidad de Transparencia, Cecilia Azuara, la directora del Secretariado, Daniela Casar, y la encargada de la Unidad Técnica de Género y No Discriminación, Flor Sugey López Gamboa.
En el caso de las delegaciones de la autoridad electoral, de las 32 entidades federativas, únicamente ocho son encabezadas por mujeres, lo que exhibe un doble discurso de quienes toman las decisiones en el INE.
¿Y la unidad de género del INE?
Otro asunto que muestra que el poder del INE ha estado concentrado en un club de señores es que, hace siete años, el entonces IFE acordó la creación de la Unidad Técnica de Igualdad de Género y No Discriminación, adscrita a la presidencia del Consejo General. Durante los primeros dos años tuvo una encargada de despacho, Maira Melisa Guerra.
Dos años después, ya como INE, el consejo general nombró a Mónica Maccise Duayhe como titular de la Unidad. Antes de su nombramiento en el instituto, Maccise encabezó el área de Género de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Al llegar al instituto promovió acciones afirmativas tanto al interior del servicio profesional electoral, como para el registro de candidaturas en elecciones federales. A principios del 2019 renunció al INE para llegar a la Secretaría Ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). Luego arribó como titular de Conapred, pero tiempo después renunció, tras la polémica generada por la invitación a un foro en el que participaría el youtuber Chumel Torres.
La invitación fue cuestionada por la propia esposa del presidente López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller, quien calificó a Torres como clasista y racista tras la realización de un video donde se hacía referencia a su hijo.
En las últimas semanas, quienes conocen a Maccise Duayhe, personaje con amplia trayectoria en materia de género y derechos humanos, han manifestado su sorpresa, pues aseguran que aparece en el documental recientemente estrenado en la plataforma Amazon Prime Video “Seduced: inside the NXIVM”, que aborda testimonios de abusos a mujeres por parte de la organización NXIVM, fundada por Keith Raniere, condenado a más de cien años de cárcel el mes pasado.
Por cierto, el cargo que dejó vacante Mónica Maccise no ha sido prioridad para las y los consejeros del INE, pues desde marzo de 2019 han ocupado ese lugar dos encargadas de despacho de una Unidad integrada por apenas ocho personas. Todo esto, en el instituto que hoy exige a los partidos cumplir con una cuota de género para llevar a más mujeres a las gubernaturas del país.
Andan “engallados”
A pesar de las críticas por su súbito interés por la igualdad de género, los consejeros alistan otros acuerdos que se traducirán en normas para imponer más cuotas. Andan “engallados y encarrerados”, nos dicen. Ahora preparan un acuerdo que obligaría a que los partidos postulen a personas transgénero y migrantes, entre su abanico de candidaturas para los cargos de elección popular el año entrante. El pronunciamiento recordará a las fuerzas políticas que legislar no solo es dejarlo en letra muerta, sino cumplir con esos sectores. A ver cómo le va al INE con lo que parece ser una “guerrita política” contra los partidos, ya iniciado oficialmente el proceso electoral.
Y es que el Instituto tiene la sartén por el mango. En su calidad de árbitro electoral deberá también expedir criterios que subsanen “un pendientito” que les quedó en el Congreso de la Unión, cuando legislaron en materia de reelección. En 2021, por vez primera, los actuales diputados podrán competir para reelegirse. El detalle es que no se ha reglamentado el asunto. Al menos no en lo que tiene que ver con la necesidad de que renuncien a sus cargos y por consiguiente a sus ingresos como diputados federales, mientras se dedican a hacer campaña con el propósito de lograr su reelección.
Así va hasta ahora la revolución feminista emprendida por ese “club de Cñores”.
@emeequis