Ochoa Reza y el fantasma de su bono de marcha - LJA Aguascalientes
22/11/2024

El diputado Enrique Ochoa Reza, quien carga sobre su pasado haber entregado, en su calidad de presidente nacional del PRI, los peores resultados en una elección presidencial, se convirtió en el debate sobre el paquete económico 2021 en asiduo orador contra los dictámenes de la mayoría legislativa encabezada por Morena.

En ese papel tomó la bandera de la vacuna contra el covid-19 y una y otra vez propuso que se etiquetaran los recursos y hasta ofreció que votarían a favor de la propuesta morenista si accedían a su petición. Y en esa dinámica, la noche del miércoles 11, caliente el debate sobre el presupuesto de egresos, subió a la tribuna de San Lázaro y en tono comedido, sin aspavientos soltó: “En materia de la vacuna contra la pandemia del covid-19, Morena es un mar de contradicciones”.

Quien fue director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por dos años en el sexenio de Enrique Peña Nieto (2014-2016) e impulsor de la cuestionada reforma energética exhibía las que llamó contradicciones entre legisladores de Morena “que dan espacio a no creerles de dónde van a obtener el dinero para pagar la vacuna y cuándo se va a pagar”.

Engolosinado, se refirió al legislador Iván Pérez Negrón, quien sostuvo que en el presupuesto estaban incluidos los recursos para su compra, pero también a Javier Hidalgo Ponce, quien declaró que los recursos saldrían de los fideicomisos extinguidos; aludió también a Pablo Gómez Álvarez, quien minutos atrás comentó que como no existía todavía la vacuna no se podía presupuestar algo inexistente.

Avanzó su intervención: “Entonces, aquí tenemos tres versiones completamente distintas: Pérez Negrón, Morena 1; Hidalgo, Morena 2; Pablo Gómez, Morena 3. ¿A cuál creerle? El dinero viene del fideicomiso de los 109, el dinero viene del fideicomiso que era el Fondo de Salud para el Bienestar o el dinero no se necesita porque no se sabe todavía a quién le van a comprar la vacuna”.

Y cerró esa intervención incluyendo a un cuarto protagonista de su historia, a Dolores Padierna Luna, cuya “visión” es con la que “estoy de acuerdo, y quien ha dicho aquí, en tribuna, con talento, que en el presupuesto ella advierte 33 mil mdp adicionales y que con ese dinero se va a comprar la vacuna”.

Fue precisamente la vicepresidenta de la Cámara de Diputados quien le contestó primero: “Él dice que a quién creerle, yo le propongo que le crea al Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, en el artículo octavo transitorio.

Pérez Negrón también pidió el uso de la palabra: “La subsecretaria de Hacienda (Victoria Rodríguez Ceja) comentó que la vacuna va a costar mil 600 millones de dólares y que a finales de este año e inicios del próximo se va a contar con los primeros lotes de vacunas, y esos recursos provienen de los fideicomisos, más los 33 mil millones de pesos que se van a ir al rubro de salud para enfrentar no sólo la pandemia, sino todos los requerimientos de salud de los mexicanos”.

Ochoa Reza no se conformó. Insistió en que los recursos no aparecían en ningún lado del presupuesto, y repitió: “Si los etiquetan, los apoyaremos con nuestro voto”.


Pérez Negrón volvió a tomar la palabra: “El diputado (Ochoa Reza) se la ha pasado diciendo sandeces, están muy acostumbrados (los priistas) a que antes se etiquetaba absolutamente todo para tratar de solventar sus gastitos y sus bolsas, pero eso ya no existe”.

Y soltó el buscapiés: “Yo quisiera más bien que nos dijera, de manera contundente, cómo fue que se etiquetó, cuando fue director general de la CFE, ese bono de marcha y cómo le hicieron para dejar también, en crisis, a la CFE”.

Ocho Reza acusó el golpe. A finales de septiembre de 2016, los reporteros de Proceso,­ Homero Campa y Mathieu Tourliere, publicaron un reportaje revelando que el ahora diputado priista obtuvo un millonario bono de marcha por sus dos años al frente de la CFE, no sólo cuestionable por el monto, sino también porque se había tratado de una renuncia voluntaria y no de un despido.

En su siguiente oportunidad al micrófono, Ochoa Reza le respondió a Pérez Negrón sin mencionar su nombre. “¿Cuál es el verdadero tamaño de un diputado que, cuando se le acaban los argumentos, empieza con ataques personales? ¿Será que es un títere? ¿O será que es un titiritero? Ya lo veremos en los próximos días”.

Casi olvidado el tema en la maratónica sesión, Ochoa Reza volvió a subir a la tribuna para proponer que se le asignara un mayor presupuesto a la CFE, pero de pronto hizo una pausa y, fuera del tema, comentó de cara al pleno camaral:

“El finiquito que recibí como director de la Comisión Federal de Electricidad es legal conforme a la regulación que incluso es vigente el día de hoy, pero, en un acto de transparencia y de publicidad, doné la totalidad de ese finiquito en diciembre de 2016… Lo doné a las fundaciones Michou y Mau, y a la Fundación UNAM, precisamente para impulsar las becas dentro de las áreas correspondientes a la Fundación UNAM y para atender a niñas y niños quemados en México.”

Ochoa Reza se guardó informar en tribuna que el bono de marcha que recibió por trabajar dos años en la CFE ascendió a 1 millón 206 mil pesos, cifra cinco veces mayor que la que le correspondía.

De hecho, la donación a la que se refirió en San Lázaro, ya la había difundido. Lo hizo dos días antes de la Nochebuena de 2106, tres meses después de que Proceso diera a conocer el bono de marcha con el que se había autodespedido de la CFE.


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