Primer mito: Es un tema que “puso sobre la mesa” la nueva administración federal.
Falso: La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a partir del año 2015 otorgó una serie de amparos que permitieron el uso de la marihuana con fines recreativos, hasta generar la obligación al Congreso de la Unión de modificar las normas que criminalizan el libre desarrollo de la personalidad.
Segundo Mito: Fue una imposición de la bancada de “Morena” en el Senado.
Falso: El senado actualmente se compone de 128 miembros, de los cuales 61 son de Morena, 25 del PAN, 13 del PRI, 8 del MC, 7 del PVEM, 6 del PT, 4 del PES, 3 del PRD y 1 del SP; y la “Ley general para la regulación del cannabis”, contó con 82 votos a favor, 17 en contra, y 7 abstenciones. Es cuestión de matemática.
Tercer mito: El consumo lúdico de la marihuana se estará permitiendo con esta ley.
Falso: El consumo personal de marihuana (y otras drogas) está permitido en México desde mucho antes del 2009, y lo que se hizo en ese año fue fijar una cantidad mínima permitida para consumo inmediato. A partir del 2015 la Suprema Corte indicó que se permite cosechar, transportar y consumir recreativamente la marihuana, por lo que las personas deberían contar con una forma de obtener la semilla o la hierba.
Cuarto mito: La legalización de la marihuana aumentará los delitos.
Falso: No existe estudio científico que indique que en los lugares en donde está legalizada la marihuana hayan aumentado los delitos por ese motivo. Los delitos se generan e incrementan principalmente por la desigualdad, la discriminación, la indebida distribución de la riqueza, y la falta de satisfacción de las necesidades. Parece que se estuviera “preparando” a la sociedad para que crea que el aumento de la inseguridad en el futuro, sea producto de la legalización de la marihuana; con eso de que ya todo es responsabilidad de la propia sociedad y del sistema penal acusatorio.
Quinto mito: La legalización atiende a generar negocio a personas no identificadas.
Falso: Si bien es cierto la legalización implicará la creación de un negocio lícito y regulado por el Estado, también lo es que basta analizar quién o quiénes son los dueños de las principales compañías de las drogas permitidas para comercialización (tabaco, alcohol, farmacéuticas), para saber quién se encargará principalmente de ese nuevo negocio.
Sexto mito: La legalización permitirá que se fume marihuana en cualquier lugar, afectando a menores de edad.
Falso: La Corte estableció claramente que deben regularse los espacios para compra y consumo de esta actividad; por lo que, de acuerdo a la nueva ley, esos espacios no son cualquier lado y menos si se afecta a terceros (no solo menores de edad).
Realidad incómoda: La regulación del consumo lúdico de la marihuana, nos guste o no, es el respeto y garantía de todo ser humano a su libre desarrollo de la personalidad, que reúne un sinfín de facultades, conductas y recreaciones, que no se cierran solamente a consumir una clase de droga, sino a otras muchas actividades. El libre desarrollo de la personalidad, es el derecho de formar y desarrollar tu identidad personal (autodeterminación) y proyecto de vida, en búsqueda de la felicidad, de acuerdo a tu voluntad, ideales, capacidades, características, preferencias, deseos e intereses. Es lo que nos hace individuos únicos e irrepetibles, y nos distingue de los demás.
A diferencia de otras épocas, en la actualidad el Estado o las autoridades no hacen “graciosas concesiones de derechos”, sino que los derechos están dados por la naturaleza humana y su búsqueda de satisfacción de necesidades, y es al Estado al que corresponde garantizar, permitir y hacer efectivos su disfrute, para que todo ser humano desarrolle libremente su personalidad y cumpla con su plan de vida, sin controles injustificados. El Estado debe garantizar que el ser humano alcance sus propias metas, defina autónomamente sus opciones y caminos en plan de vida, con el sólo límite que en ese ejercicio no afecte derechos de los demás. Es decir, garantizar el libre desarrollo de la personalidad, es proteger las características que hacen única a una persona, la autodeterminación consciente y responsable en su toma de decisiones, y permitir que realice las actividades que le permitan alcanzar su particular idea de felicidad, sin dañar a los demás. Si se tiene la libertad de elegir, sin afectar a otro, es respetar y garantizar que uno sea verdaderamente libre.
El proyecto de vida es único y original en cada persona; se va creando y recreando cada día, con la finalidad de alcanzar una meta o ideal: la felicidad, la cual también es única y original para cada ser (pensar, imagen, política, religión, recreación, etc.). La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha concluido que el libre desarrollo de la personalidad y el proyecto de vida, implica la realización integral de la persona, considerando su vocación, aptitudes, circunstancias, potencialidades y aspiraciones, que le permite fijarse determinadas expectativas y acceder a ellas. Para lograrlo, es necesario que la persona tenga opciones para alcanzar el destino que se propone; si no hay opciones, no hay libertad, y mucho menos desarrollo de personalidad.
Es por esto que antes de enviar información contradictoria o confusa a la sociedad, no se deben olvidar las actividades que el Estado y la sociedad deben llevar a cabo para permitir un desarrollo real de un ejercicio libre de la personalidad de cada ser humano, protegiendo su individualidad, su facultad consciente de autodeterminación, respetar sus decisiones, y darle el control y guía de su vida, mientras esa actividad en búsqueda de su concepto de felicidad, no afecte el libre desarrollo de la personalidad de los demás.
Si realmente nos comprometemos con este aspecto, veremos que no es sólo el consumo recreativo (alegre = felicidad) de una droga en particular; sino de la capacidad de exigir el respeto de derechos del ser humano sobre su propio cuerpo, su mente, sus relaciones personales, y su caminar constante en esta sociedad. De una cláusula abierta de todos aquellos derechos que deben ser protegidos y garantizados, para cumplir con esa búsqueda de la felicidad. De esa autodeterminación autorizada a ser, y realizar tu plan de vida, donde la imagen que tengas de ti mismo, no sea la que provenga de quienes te miran; pues podemos hacer cualquier cosa, podemos ser quien nosotros queramos, solo hay que cerrar los ojos, tratar de ver y creer.