Imitando la tradición del Vaticano para dar a conocer el “Habemus Papa” lanzando humo blanco se ha popularizado la frase cuando después de largas cavilaciones por fin se obtiene algo largamente esperado, ufff, ahora sí, ya tenemos humo blanco. Pues bien en el Senado de la República el pasado 19 de Noviembre ( el día 20 no, porque ese día no se trabaja) se aprobó una Ley Federal que autoriza el cultivo, producción, consumo, distribución, industrialización y venta de la marihuana. Eso sí, bajo estricto control federal. No cabe duda que nuestros legisladores actúan con extrema lentitud, colocando a nuestro país en el atraso. Desde hace muchos años en Europa varios países ya lo hicieron. Asimismo en Estados Unidos y en Canadá, aunque estos países cayeron en la trampa de decir que era con “fines medicinales”. No olvidemos que lo mismo hizo el presidente Peña Nieto en Abril de 2016 cuando autorizó que se hicieran estudios para conocer los efectos curativos de la marihuana. También en ese tiempo se autorizó a cuatro empresarios mexicanos a sembrar, cosechar y comercializar la hierba con fines medicinales. Todo se hizo siempre con una visión mercantil y supuestamente sanitaria. Sólo que se olvidaron de consultar a las autoridades médicas. Todas las Academias, Universidades e Institutos de Investigación Científica hicieron declaraciones firmes y contundentes, la marihuana no es medicamento. No cura nada, ni alivia nada. Tiene efectos psicoactivos o sea que puede producir cambios de conducta, sólo que lo mismo hace el alcohol y algunos fármacos derivados de las anfetaminas y las efedrinas y estas sustancias están legalizadas y permitidas. Por otra parte, no se trataba de “legalizar” la hierba porque ya estaba claramente establecido que una persona tenía derecho a traer en su bolsillo hasta 5 grs. de la Juanita. Lo que hacía falta era permitir su cultivo y comercio. Ahora ya se hizo y además se permite que el ciudadano pueda traer hasta 28 grs. Con esto el país cambiará. Tendrán que modificarse muchas otras leyes sobre todo en el ámbito penal porque ya no será punible el tráfico de la cannabis. La policía habrá de cambiar su comportamiento ante los usuarios, ya no podrán detenerlo por fumar o por traer la mois para su consumo. Y los médicos tendremos más trabajo porque aumentará el número de adictos con las consecuencias que ya conocemos y lo difícil que es tratar a un consumidor habitual. Finalmente después de estériles discusiones se aceptó el “uso lúdico” que es el único que tiene la Mary Jane. Lo mejor que tiene esta nueva ley es la esperanza de que con esta medida se termine el tráfico criminal de la mota y las autoridades federales estén muy al pendiente, no de perseguir su comercio sino de recabar los debidos impuestos. Algunas dependencias como el Consejo Nacional contra las Adicciones tendrán que cambiar sus estrategias y actividades. Los Centros de Rehabilitación deberán dirigirse a sanar a los consumidores de otras sustancias y con ello saldrán ganando. También nos libraremos de las aburridísimas e incompetentes sesiones que durante años se realizaron en la Cámara de Diputados y en el Senado para discutir sobre la Ley que ahora ya se aprobó. Fueron una penosa exhibición de ignorancia y desinformación, memorables. Ahora todo cambió, ya tenemos humo blanco en el Senado ¿O será verde? Para nada, la marihuana expide humo blanco y que además no huele a petate quemado como dice la voz popular.
