- Elisa Díaz Castelo sobre la poesía contemporánea
- Un poemario que reduce la brecha entre lo científico y lo literario. En sus páginas reúne la intimidad, las intermitencias de la muerte y hasta lo mitológico
- Estamos en una generación que tiene una explosión de voces femeninas sumamente interesante y poderosa
Con motivo de la 52 Feria del Libro de Aguascalientes, la poeta Elisa Díaz Castelo presentó su más reciente creación que le mereció uno de los galardones más emblemáticos de la literatura en México, pues El reino de lo no lineal obtuvo el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2020.
Desde su primer poemario la nacida en Ciudad de México logró comulgar la intimidad con lo científico a través de poemas que imprimen una relación no muy común entre la ciencia y lo literario. Jugar y experimentar con el lenguaje técnico le ha permitido impregnar una propuesta que se digiere como más que un poema convencional.
Su interés por la ciencia, cuenta para LJA.MX, viene por su padre y madre. Ambos médicos. Desde el texto “Escoliosis”, encontrado en su primer libro, Principia, el lector puede detectar una particular forma de relación entre poesía y ciencia:
En la búsqueda de la forma,
se me distrajo el cuerpo. Es eso,
nada más, asimetría.
La leve errata vertebral,
el calibraje óseo,
la rotación espinada. Es el hueso
mal conjugado.
Es una forma de decir
que a los doce años
ya se ha cansado el cuerpo,
que le pesa el aire
y su gravedad es otra.
Es la puntería errada de mis huesos,
la desviada flecha (…)
Aunque también en su más reciente obra se logra una correspondencia entre ambas ramas, ahí la autora exploró y apostó también por una relación entre lo íntimo, lo mitológico y el umbral que divide a la vida y la muerte. Para ello no sólo creó personajes sino que, a partir de testimonios de personas que fueron clínicamente declaradas fallecidas pero que luego regresaron a la vida, consiguió entretejer un discurso que alude una teoría rusa sobre la vida: la del reino de lo no lineal.
Adrián Flores (AF): Principia, tu anterior libro, también fue premiado –Alonso Vidal de poesía, 2018– ¿qué cambios notas entre ese libro y El reino de lo no lineal?
Elisa Díaz Castelo (EDC): Uno de mis intereses más grandes como poeta es la ciencia. Trato de explotar el lenguaje árido, formulaico, distante y frío de la ciencia, y jugar con eso: aproximarme a esa forma de enunciar el discurso –científico– desde lo lúdico.
Por otro lado, ahora, en El reino de lo no lineal, hay otras secciones que no tienen casi que ver con ciencia, que no giran en torno a temas científicos. Si bien hay momentos donde salen temas científicos, podemos decir que no es el centro gravitacional de ese poemario.
AF: ¿Por qué abordar, entre otros temas, la ciencia en tus textos?
EDC: Siempre me ha interesado el discurso científico, en parte porque mis dos padres son médicos y crecí expuesta a ese lenguaje y, por otro lado, también debido a que me interesa el comportamiento del lenguaje técnico. Al querer anular la variable del lenguaje mismo, de escribir la realidad fielmente, lapsa en ideas poéticas y se vuelve en sumo musical.
AF: En tu formación ¿algún autor te condujo también a abordar la ciencia en la poesía?
EDC: Un buen día, me di cuenta de que escribía muchos poemas en torno a la ciencia y proyecté redactar todo un libro que girara alrededor a temas científicos. Durante la carrera fui una lectora muy asidua de John Donne, un poeta inglés del siglo XVI, sumamente barroco y que utilizó descubrimientos científicos o instrumentos científicos de la época como metáforas conceptuales muy complejas. Creo que, de forma inconsciente, él me inspiró a aproximarme desde la poesía a diversos temas de la ciencia moderna.
Siempre ha habido algo en el discurso científico que me ha llamado, pero fue hasta años después que empecé realmente a escribir de eso de forma consciente.
AF: ¿Qué se puede encontrar en El reino de lo no lineal que no se pueda leer en Principia? Cuáles son estos otros terrenos que comentas que hacen que no gire principalmente dentro de la ciencia.
EDC: Uno de esos nuevos terrenos fue lo mítico, un tema que, desde muy chica, me ha llamado la atención. De muy pequeña, yo quería estudiar mitología, de hecho pensaba que había una carrera llamada así. Creo que en El reino de lo no lineal exploro mucho más lo mítico e intento rescatar momentos de nuestra cotidianidad que conectan con lo simbólico. Intento hacer esto con el personaje de Orfelia, que es una especie de mezcla entre Orfeo y Ofelia y la idea es tratar de conectar la intimidad con lo mítico, al igual que en Principia traté de conectar la intimidad con lo científico.
AF: También en El reino de lo no lineal hay una sección que aparentan ser como ventanas en donde das definiciones…
EDC: Esa es la única sección que es abiertamente científica porque abreva de una serie de teorías sobre el posible origen de la vida, el salto entre la materia inorgánica y la orgánica, a la vez de que trato de hacer referencias a la cultura pop, a refranes, a otras citas y a canciones.
La idea es hacer una combinación entre diferentes discursos que son totalmente distintos entre sí, como el científico y el coloquial y también hacer un guiño a la estructura del diccionario. Siempre me ha parecido fascinante la idea del diccionario; de que una cosa pueda ser equivalente a la otra en lo lingüístico; que haya dos diferentes palabras que sean equivalentes, o dos diferentes formas de expresar lo mismo me parece a la vez enigmático y contradictorio. En este libro, quise explotar esa fórmula y llevarla a sus máximas consecuencias.
AF: Tu voz se distingue en ambos libros, se caracteriza por experimentar también con la prosa y mecanismos como el que acabas de explicar ¿qué te llevó a explorar de esa manera en la poesía?
EDC: Siempre me han interesado los géneros desobedientes que participan de varios géneros y que realmente no se conforman con ninguno de los estándares clásicos de, por ejemplo, el ensayo o el poema.
Soy una lectora asidua de Anne Carson, cuya poesía es lírica en momentos, pero también narrativa y ensayística. Justamente ese estilo me parece muy cargado de una vitalidad inesperada y es algo que yo quería explorar en mi propia obra.
Además, también me interesa la distinción entre verso y prosa poética, porque creo que el verso cortado pide su propio ritmo o responde a un ritmo distinto que el poema en prosa, que más bien responde al ritmo de la oración. A veces hay poemas que comienzo en verso pero que me piden estar en prosa pues responden más a un ritmo que se conforma a la estructura de la oración y, en otras ocasiones, hay poemas que más bien me piden cortes mucho más breves, por eso los hago en verso.
AF: ¿Qué buscabas cuando comenzaste El reino de lo no lineal? Y ¿a qué llegaste cuando lo terminaste?
EDC: De hecho las dos secciones en un inicio no eran el mismo libro. Cuando ya iba más o menos en la mitad del desarrollo de cada una que me di cuenta que pertenecían juntas porque eran dos distintas exploraciones del umbral entre la vida y la muerte.
La primera sección está inspirada en testimonios de personas que han estado clínicamente muertas; está atravesando de ida y vuelta una y otra vez ese umbral entre la vida y la muerte, además que los fragmentos de Vida –otra sección del libro– están también en ese umbral visto desde la frontera entre la materia inorgánica y la materia orgánica.
Finalmente, Ida es una exploración de la depresión mayor que también es, a su modo, una pulsión de muerte. Todas las secciones que conforman este libro tienden a habitar las lindes entre la vida y la muerte.
AF: Los testimonios que mencionas hasta parecen hablar de un tema periodístico ¿cómo se te ocurrió plasmarlos para el poemario?
EDC: Fue leyendo un poema sobre el personaje bíblico de Lázaro. Al leerlo, me di cuenta de que existen los Lázaros; son todas estas personas que han muerto y han vuelto a la vida contando experiencias muy extraordinarias e inquietantes. Me propuse escribir una serie de poemas inspirados en estas historias. Algunos de esos poemas, sólo dos, están inspirados concretamente en historias particulares de personas que han estado clínicamente muertas.
Todos los demás los hice a partir de reinventar e imaginar esos discursos desde algo más personal.
AF: Entonces ¿por qué llamarlo El reino de lo no lineal?
EDC: Estudiando las definiciones de la palabra vida descubrí a un químico ruso llamado Prigogine que describió la vida como el reino de lo no lineal. Yo lo entiendo como una especie de contradicción a la flecha de la entropía; vamos en un mundo en el que el universo se va moviendo hacia un grado de mayor entropía y, de algún modo, la vida es una forma de contrarrestar esa entropía y de instaurar un orden y un sistema que va en contra, a mí me parece, de la línea del tiempo.
AF: Termina siendo un libro que, a través de la muerte, habla de la vida…
EDC: Sí… sí, es cierto. Supongo que a pesar de que trata mucho sobre la muerte es un libro que, finalmente, a partir de la misma intenta reafirmar el poder y la importancia de la vida.
AF: El reino de lo no lineal fue galardonado con uno de los premios más emblemáticos de la literatura mexicana ¿cómo lo recibes?
EDC: Tengo que decirlo, fue una gran sorpresa pues, en general, este premio se le suele dar a poetas más grandes, pero es cierto que últimamente hay algunas excepciones: Christian Peña (2014), Cesar Cañedo (2019), incluso Balam Rodrigo (2018).
Para mí fue una gran sorpresa y también lo sentí como un gran incentivo para seguir escribiendo y continuar explorando mi voz.
AF: Algunas de las voces más sólidas de la poesía son mujeres ¿qué opinas al respecto?
EDC: ¡Sí, claro! Yo siento que las voces desde los márgenes siempre son muy interesantes y que, debido a que la mujer ha sido marginalizada durante tanto tiempo, finalmente, ahora que se le está dando más lugar a su voz, descubrimos puntos de vista, experiencias y sensibilidades distintas y novedosas. Justamente muchas de las voces que más admiro actuales, en poesía, son de mujeres.
Pienso, por ejemplo, en las mexicanas Sara Uribe, Maricela Guerrero o Paula Abramo. Siento que justo estamos en una generación que tiene una explosión de voces femeninas sumamente interesante y poderosa.