Hubo un tiempo en que López Obrador le decía a Joe Biden que la mayoría de los republicanos eran racistas. Hace ocho años se tomaba fotos con el demócrata y le mandaba cartas. El flujo migratorio no se detendrá construyendo muros, haciendo razia”, le decía.
EMEEQUIS
A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha mantenido “sana distancia” con respecto a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, hubo otro tiempo en que no fue así. En noviembre de 2012, luego de la reelección del demócrata Barack Obama como presidente de Estados Unidos, y de Joe Biden como vicepresidente, el tabasqueño celebró la decisión electoral del pueblo estadounidense:
“La mayor parte de los mandatarios de ese país de origen republicano son partidarios de aplicar una política basada en el racismo”, dijo desde Chihuahua.
Por aquellos días, AMLO tendía puentes con los demócratas y fustigaba a los republicanos, muy distinto a las líneas de acción que ha seguido desde que ganó la presidencia de México hace dos años y medios.
“La mayoría de presidentes estadounidenses de origen republicano tienen una política de maltrato a nuestros paisanos y de pretender resolver los problemas migratorios con medidas de fuerza y con muros en la frontera común”, sostuvo López Obrador hace seis años.
En ese entonces, López Obrador tenía dos meses de haberse separado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) por el acercamiento de sus dirigentes (Jesús Zambrano Grijalva, Jesús Ortega Martínez, Miguel Ángel Mancera Espinosa y Guadalupe Acosta Naranjo) con el presidente electo, el priista Enrique Peña Nieto, con quien acordaron, al mes siguiente, el llamado Pacto por México.
También, AMLO tenía un mes de haber iniciado una gira por todo el territorio nacional para realizar Asambleas Nacionales y conseguir el registro del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) como partido político, hecho que ocurrió previo a los comicios federales intermedios de 2015.
México se encontraba en un nuevo conflicto postelectoral, luego de que AMLO denunció una “compra masiva del voto” por parte del abanderado del PRI –que hoy forma parte de la denuncia del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin–.
Además, el expresidente panista Felipe Calderón Hinojosa estaba a menos de un mes de entregar la Presidencia de la República a Peña Nieto, en un sexenio que se caracterizó por los altos índices de violencia por la guerra que declaró contra el crimen organizado, en diciembre de 2006, y en donde algunos de los responsables de esa estrategia, como Genaro García Luna, están detenidos en Estados Unidos por colaborar con los cárteles de la droga mexicanos.
La carta a su amigo Biden
Ocho meses antes, López Obrador, entonces candidato presidencial de la alianza Movimiento Progresista (PRD-PT-MC), sostuvo una reunión con Joe Biden, vicepresidente de la Unión Americana (5 de marzo de 2012) en la Ciudad de México, en donde el hoy presidente de México planteó en una carta al demócrata que los problemas de índole económico y social no se resuelven con medidas coercitivas.
“Con respeto a quienes piensan de otra forma, expresamos que no es con asistencia militar y de inteligencia o con envío de helicópteros y armas, como se remediarán los problemas de la inseguridad y la violencia en nuestro país”.
López Obrador también señaló en esa misiva que “tampoco se detendrá el flujo migratorio construyendo muros, haciendo razias o militarizando la frontera. Los mexicanos que van a buscarse la vida a los Estados Unidos, lo hacen obligados por la necesidad. Lo arriesgan todo para tener un trabajo y mitigar su hambre y su pobreza”.
El tres veces candidato presidencial mexicano y el vicepresidente reelecto de la Unión Americana posaron para las cámaras después de su encuentro, y el tabasqueño dijo al de Scranton, Pensilvania que era de su interés, en caso de ganar los comicios de julio de 2012, “convencer a congresistas y funcionarios del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos de la importancia de aprobar una reforma migratoria para regularizar la situación de los mexicanos que trabajan honradamente en ese país y que, en vez del maltrato, la persecución y el racismo, se reconozcan y respeten sus derechos laborales y humanos”.
Seis años después de aquellos acercamientos entre AMLO y Joe Biden, en los círculos cercanos al presidente de México se comenta que aunque ha llevado una buena relación con Trump, su corazón late demócrata, por lo que un eventual triunfo del algo al que le mandaba cartas será muy bien recibido en ambos lados de la frontera.
@emeequis