- Resaltan necesidad de una reforma tributaria, transformaciones educativas y en el ámbito laboral
Una nueva realidad económica no implica cortar de raíz con el pasado, sino sacar ventaja de los elementos aprovechables y vigentes antes de la pandemia, en beneficio del país; superar problemas como el bajo crecimiento económico y desigual entre diferentes regiones de México, y las brechas entre mexicanos.
Esta es una de las conclusiones que pueden deducirse del foro “Una nueva economía para la próxima normalidad”, organizado por el Centro Universitario de los Altos (CUAltos), dentro de FIL Pensamiento, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL 2020).
FIL Pensamiento, en diversos foros y encuentros reúne a los más destacados catedráticos, investigadores e intelectuales nacionales y extranjeros para reflexionar sobre el acontecer actual en los ámbitos social, económico, político y medioambiental.
Ante la pregunta de cuáles elementos conservar ante una nueva realidad, la Directora General del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), maestra Valeria Moy, señaló que no se trata de un cambio de logotipo y papelería. “Tenemos que reconocer que hay trabajo que ya se ha hecho bien, y que hay muchas cosas que faltan. Son necesarias algunas correcciones, pero no significa que hay que empezar de cero”.
Hay que fortalecer a las instituciones para que sean más sólidas y darles, en algunos casos, mayor autoridad y que puedan actuar y ejercer su poder, dijo. Algunas instituciones que a su parecer deberían de permanecer son el Banco de México, buscando que tenga perfiles técnicos que cuiden el tema monetario del país; hay que fortalecer a la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), destacó.
Este tipo de instituciones no deben ser minimizadas, ni reducidas, añadió. Se les debe de dar el respeto y atribuciones que merecen, porque gracias a éstas puede haber mejores condiciones en los mercados de bienes y servicios que repercutirán en bienestar, mejores precios y mejores condiciones para los consumidores.
Calificó como desordenado el esquema impositivo. “Es un relajo”, y esto se debe, en parte, a la informalidad, a la que comparó con un monstruo de mil cabezas al que se le corta una y le brotan otras diez.
Resaltó lo importante que es invertir en capital humano, y lamentó que México ha dejado de invertir por décadas, quizás siglos, en su población, en términos educativos. Se mostró partidaria de medidas radicales en términos de educación, con miras hacia el futuro. “Haría algo innovador para que los niños aprendan idiomas y a programar, entre otros aspectos”.
Reconoció que, debido a la pandemia, hubo pérdida de empleo informal, pero ya se está recuperando. “El mercado informal es el que está creciendo, y no precisamente por las razones correctas. Simplemente, la gente no puede darse el lujo de no tener un empleo”.
Destacó que la diferencia entre empleo formal e informal que hay en el país es gravísima en términos fiscales e impositivos, y en el tema de prestaciones sociales y laborales. “Esto no es sostenible”, subrayó Moy.
“No estoy de acuerdo en que la informalidad sea el problema, porque es consecuencia del bajo crecimiento económico. Si no crecemos, la gente necesita una ocupación, un ingreso, y recurren a la informalidad como un escape. Eso sí, tenemos que generar los incentivos suficientes para que crezca la economía formal, eso lo necesitamos empezar a cambiar, y requerimos para ello mayor inversión pública y privada”, declaró el Subgobernador del Banco de México, doctor Gerardo Esquivel Hernández.
El tema de la inversión fue una constante en el foro. Sobre este tópico, el profesor emérito de la Facultad de Economía de la UNAM, doctor Rolando Cordera Campos, dijo que México tiene que volver a ser el país de la inversión grande, ambiciosa, permanente, tanto pública como privada, porque invertir es crear futuro, y no hay futuro si no hay inversión. El país necesita organizar su Estado de manera que sea programador, y arriesgarse a construir con todos los sectores de la sociedad un vasto programa nacional de inversiones, al que todos respondan y busquen sostener.
Se pronunció por un Estado mexicano moderno, sólido, fuerte, y a su vez flexible, y ello implica realizar una gran reforma hacendaria que contemple explícitamente una reforma fiscal, que aumente los tributos y que, al mismo tiempo, incida en la redistribución de la riqueza. “Si nos vamos por ese camino tendremos un México distinto al que queremos dejar atrás, pero que no niega su historia, ni rechaza, ni soslaya sus errores y desatinos”, señaló.
“En México hay que hacer un máximo esfuerzo para jalar a los que están detrás –añadió Cordera Campos–, a los que ya estaban atrás y a los que estamos dejando atrás por el empobrecimiento. Necesitamos gastar más, mucho más de lo que hemos gastado en apoyo a estos mexicanos trabajadores; y si tenemos que modificar el presupuesto, hagámoslo”.
El economista Enrique Provencio Durazo, investigador de la UNAM, habló de la necesidad de conservar la gran plataforma exportadora que México ha construido en casi tres décadas y que tiene mucho impacto en el empleo. Resaltó la importancia de mejorar la vinculación económica de las empresas exportadoras con las cadenas de suministro nacional para irradiar un efecto positivo en las exportaciones y diversificar los mercados exportadores, e incorporar más contenido nacional en la gran plataforma exportadora que tiene México.
Es importante conservar la política del salario mínimo, que constituye la diferencia de la crisis derivada de la pandemia, en comparación de las de 2008-2009 y 1995. “El hecho de que el salario mínimo real haya mejorado en 2018 y 2019, y que en 2020 haya arrancado con un nivel de salario mínimo real más alto, ha logrado reducir los impactos sociales de esta crisis”. “No hay que ceder y regresar a las épocas en las que el crecimiento del salario mínimo se daba por debajo de la inflación”.
Destacó como pertinente acelerar el ritmo de incorporación de las mujeres al trabajo, ya que un tema estructural de la mayor importancia es la equidad de género, con condiciones igualitarias en el mercado laboral y no sólo para las mujeres que tienen alta capacitación, sino muchas que están en el mercado de trabajo doméstico, que sufren exclusión. Sin reforma fiscal no se podrán superar otros problemas estructurales que son urgentes, como el de la educación, concluyó.
Martha Eva Loera|FIL