Ayer se cumplieron ocho meses del primer muerto en México a causa del Covid-19, algunos noticieros no dudaron en recordarlo, hicieron bien, mientras las autoridades sanitarias federales se empeñan en minimizar los daños de la pandemia, algunos nos volvieron el rostro al nombre de la primera víctima: Carlos.
Ayer también, con negligencia criminal, Jorge Alcocer, titular de Salud del gobierno de López Obrador declaró que la pandemia estaba controlada, que le duelen mucho las muertes y los estragos que ha dejado la pandemia “pero en la actualidad afortunadamente tiene una tendencia a la baja”.
Ayer por la tarde, en su conferencia diaria, el responsable federal del manejo de la pandemia, Hugo López-Gatell, quien estuvo presente y respaldó cuando su jefe le dijo al presidente que todo estaba bajo control, decidió emplear su turno al micrófono para dar una lección a los medios de comunicación: “Un tip para todas las fuentes de información, todos los periódicos, no usen el término caso cero, eso no existe en los términos de la epidemiología. Esto existe en las películas. Llamarle caso cero es un error técnico”; qué afortunados como de contar con un científico tan responsable, dedicado a señalar la paja en el ojo ajena, no vaya a ser que los medios de comunicación cometan el error de transmitir un mensaje confuso, algo que pudiera contradecir que todo está bajo control.
Ayer entraron en vigor en Aguascalientes las nuevas restricciones de movilidad, así como medidas para intentar bajar los números de contagios; mientras en la calle se vive el desconcierto, comerciantes que no saben o no quieren saber si la actividad que realizan es esencial; empleadores que con desesperación buscan la forma de evadir las instrucciones de cierre; trabajadores que sólo quieren tener la certeza de que les permitirán cumplir con su labor para así llegar al día de pago; desconcierto y desazón por la incertidumbre, mientras eso ocurre en las calles, en los corrillos políticos, en las redes sociales, quienes sólo tienen la mirada puesta en el próximo proceso electoral sólo discuten sobre la responsabilidad de los diferentes niveles de gobierno en el manejo de la pandemia, antes que colaborar en la difusión de las medidas preventivas juegan a la repartición de culpas, a la exhibición de lo que sí y lo que no se ha hecho, a señalar culpables.
Ayer, como todos los días desde que inició la pandemia, a unos pasos de mi casa un local que vende objetos religiosos levantó su cortina, rodeada de figuras de santos, vírgenes y devocionarios, la mujer atiende sin cubrebocas, sin seguir ninguna medida de sana distancia, ni siquiera cuenta con una botellita de gel que ofrecer a sus clientes. Ajena a cualquier mensaje de la autoridad, de sus vecinos, de sus clientes, sigue todos los días su rutina, no hay pandemia que le preocupe, virus en el que crea, la imagino todos los días, con los ojos cerrados, abriendo su comercio, cumpliendo con el día a día, fanática de la rutina no cuenta los horas que faltan para el día siguiente, sólo se responsabiliza del ahora, del minuto a minuto, hasta que llega la hora del cierre y, entonces sí, ya Dios dirá.
Ayer recordaron que el 17 de noviembre se cumplió un año de que se descubrió al primer paciente que en el mundo enfermó del virus SARS-CoV2, seguramente la comerciante de objetos religiosos no lo sabe, no lo sabrá, porque no le interesa; en el fondo, como muchos de nosotros, no quiere saber de números o nombres, ¿cómo hacerle abrir los ojos?
Coda. Cuando al fin conocí al doctor Rubén Díaz López fui rudo y grosero, le dije que no podía concebir que alguien tan joven e inteligente pudiera ser militante del PRI, a pesar de ello, me extendió su mano y aceptó la solicitud de amistad. Rubén colabora con LJA.MX desde hace mucho tiempo y lo leo con interés, también sigo su carrera política, cuando fue representante de su partido ante el instituto electoral, cuando laboró en el Órgano Superior de Fiscalización y, desde hace unos años, como comisionado del Instituto de Transparencia del Estado de Aguascalientes. Rubén acaba de finalizar su labor en el ITEA, desde aquí mi reconocimiento por su labor, su integridad y vocación de servicio. Éxito en lo que emprendas, amigo.
@aldan