La Casa Blanca, Washington, D.C. 30 de septiembre de 2020. El iracundo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, encuentra intolerable que su país dependa de proveedores extranjeros para acceder a los minerales que son importantes para mantener la supremacía económica y militar. Por lo tanto, el mandatario de la Unión Americana emite una Orden Ejecutiva.
La disposición ordena a las secretarías del Interior, del Tesoro, de la Defensa, y de Comercio investigar la “indebida dependencia en minerales críticos, de forma procesada o no, de adversarios extranjeros”. El mandato, como otros de la administración Trump, tiene dedicatoria: China. Sin embargo, el Ejecutivo Federal estadounidense desconoce que un enemigo invisible, microscópico, se anida en su cuerpo: el Covid-19.
La escena arriba mencionada sirve como prólogo al presente artículo, el cual pretende explicar qué son las “tierras raras”, por qué los EUA se interesan tanto en ellas y qué repercusiones tiene para México una estrategia estadounidense en este tema.
Si bien el presente artículo no pretende ser una clase de mineralogía. Si es pertinente que el amable lector comprenda una serie de conceptos clave. Primero, para el Diccionario Enciclopédico Larousse, mineral es un “cuerpo inorgánico sólido a la temperatura, que constituye las rocas de la corteza terrestre”.
Las tierras raras son los siguientes elementos químicos: cerio, disprosio, escandio, erbio, europio, gadolinio, holmio, iterbio, itrio, lantano, lutecio, neodimio, praseodimio, promecio, samario, terbio y tulio.
Es importante mencionar que 15 de los elementos químicos clasificados como “tierras raras” pertenecen al grupo de los lantánidos. Es decir, son “un grupo de elementos del sistema periódico con número atómico comprendido entre 58 a 71, de características especiales y de un comportamiento químico marcadamente similar entre sí y semejante también al del lantano, de donde procede el nombre. Sus minerales constituyen las llamadas “tierras raras”1.
Las tierras raras y otros minerales (baritina, galio, y grafito, principalmente) son vitales para los Estados Unidos porque son necesarias para “manufacturar aviones, computadoras, teléfonos celulares, generación de energía y sistemas de transmisión y electrónica avanzada”. Asimismo, la Unión Americana “importa más de la mitad de su consumo anual” porque “no tiene producción doméstica de 14 de esos minerales críticos y depende de las importaciones para abastecer su demanda”2.
El país que más exporta tierras raras y otros pétreos a la nación de las barras y las estrellas es la némesis de Trump: China. El país asiático produce el 95 por ciento del galio consumido a nivel mundial, el cual es utilizado para los celulares, las lámparas LED y las comunicaciones de Quinta Generación (5G). Otro dato interesante es que los Estados Unidos importan el 100 por ciento del grafito que utilizan de la nación asiática, porque China produce el 60 por ciento del grafito a escala global. Este mineral de carbono se utiliza para construir baterías avanzadas para teléfonos celulares, laptops y automóviles eléctricos e híbridos.
La importancia de las tierras raras y otros minerales quedó manifiesta el 1 de octubre del año en curso, cuando oficiales del Departamento de los Estados Unidos hicieron un llamamiento para crear una estrategia para conseguir tierras raras: “Una estrategia de tierras raras debería, con la necesaria autorización y financiamiento del Congreso, consistir en acumular reservas de ciertas tierras raras, restablecer el procesamiento de tierras raras en los Estados Unidos”3.
En pocas palabras, los Estados Unidos necesita tener una producción doméstica y, en ciertos casos, contar con proveedores extranjeros confiables. Uno de los cuales podría ser México porque nuestro país cuenta con el mayor yacimiento mundial de Lito, el cual está localizado en Bacadéhuachi, Sonora.
El litio –elemento alcalino, con número atómico 3 y símbolo Li– ha devenido en un mineral estratégico porque es imprescindible para la manufactura de laptops y teléfonos celulares. Asimismo, se utiliza para la producción de baterías para automóviles eléctricos. Por ello, el litio, aunque no pertenece a las tierras raras, se ha convertido en el “petróleo del siglo XXI”.
El escribano concluye: Con Trump en la Oficina Oval, la rivalidad entre China y los Estados Unidos se acrecienta día con día; la disputa por el acceso a las tierras raras y otros minerales revivirá la competencia por acceder a los recursos petroleros que hubo en México y en el Medio Oriente durante el siglo XX; y, con respecto al litio, México debe ir pensando en cómo la explotación de este elemento alcalino sirva para potenciar el desarrollo nacional.
Aide-Mémoire. – La guerra entre Armenia y Azerbaiyán, por el control del enclave de Nagorno-Karabaj, parece empantanarse y, tarde o temprano, requerirá la intervención diplomática de Rusia y Turquía.
1.- Enciclopedia de la Ciencia y de la Técnica. Tomo IV. 1977, Ediciones Dánae, Barcelona, p. 1766
2.- Executive Order on Addressing the Threat to the Domestic Supply Chain from Reliance on Critical Minerals from Foreign Adversaries https://bit.ly/2SuEBAO
3.- Trump executive order targets rare earths minerals and China https://bit.ly/3lk0f75