CIUDAD DE MÉXICO.- Con una ligera desventaja en las encuestas, el presidente Donald Trump llegó este jueves al segundo y último debate con su adversario, el demócrata Joe Biden.
Trump tratará de aprovechar este cara a cara televisado y con algunos candados para evitar bruscas interrupciones para alcanzar y remontar la desventaja, por lo que algunos asesores están exhortando al mandatario a dejar de lado su estilo agresivo del primer debate y optar por un tono más calmado que ponga a Biden más en el centro de atención, según la agencia AP.
Sin embargo, la agencia de noticias estadounidense asegura que no está claro si el presidente seguirá el consejo.
Del otro lado, Biden, que ha hecho una pausa en sus viajes de campaña para concentrarse en la preparación del debate, prevé que Trump se enfocará en atacarlo intensamente a nivel personal. El exvicepresidente y su círculo íntimo consideran que con ello el mandatario intenta distraer la atención del coronavirus, sus efectos económicos y otras crisis.
A menos de dos semanas del día de los comicios, Biden encabeza la mayoría de los sondeos nacionales y tiene una ventaja algo más estrecha en los estados electoralmente disputados que pudieran ser decisivos en la contienda.
Más de 42 millones de personas han votado ya. El debate, moderado por Kristen Welker de la NBC, es una última oportunidad para que los candidatos presenten sus posiciones ante una audiencia en televisión de decenas de millones de votantes.
“La regla es que los últimos debates antes de las elecciones tienen un gran impacto”, dijo a AP el historiador presidencial Michael Beschloss., quien especificó claramente cuál fue el legado del primer debate entre los dos candidatos
“Ése fue el debate presidencial más descontrolado que hemos visto”.
Trump, que se recuperó sorprendentemente en los últimos días de la campaña del 2016, piensa que puede hacerlo de nuevo usando el poder de la presidencia para atacar a su rival.
El mandatario le pidió el martes al secretario de Justicia William Barr que inicie inmediatamente una investigación de acusaciones no verificadas sobre Biden y su hijo Hunter, en esencia exigiendo que el Departamento de Justicia ensucie a su rival y abandone su renuencia histórica a involucrarse en elecciones.
El presidente ha promovido un reporte no confirmado del periódico New York Post la semana pasada, el cual cita un correo electrónico en el que un funcionario de la compañía de gas ucraniana Burisma le agradecía a Hunter Biden, que fue miembro de la junta directiva de la empresa, por facilitar que él se reuniese con Joe Biden durante una visita a Washington en el 2015.
La campaña de Biden ha rechazado las acusaciones de Trump de que el exvicepresidente actuó indebidamente, e hizo notar que en la agenda de Biden no estaba programada una reunión con el funcionario de Burisma.