No podemos seguir enfrentándonos al arte desde las mismas formas - LJA Aguascalientes
03/12/2024

  • Entrevista a Eva Castañeda acerca de Decir otro lugar.

 

Decir otro lugar, habitar otro lugar, caminar, recorrer los caminos para habitar un nuevo espacio, distinto al que habitamos ahora, en este momento trágico de la historia. Esa es la apuesta poética literaria que nos presenta la académica y poeta mexicana Eva Castañeda en su más reciente libro, Decir otro lugar, publicado por la editorial Elefanta. 

Habitar otro espacio, porque el nuestro, está tomado por la violencia. Una violencia que nos cruza en varios niveles: físicos, emocionales, económicos, políticos. Habitar este espacio, este terruño, este país, este continente, significa habitar un espacio cruzado por las migraciones por motivos económicos, significa habitar un espacio en donde el crimen organizado domina amplios territorios de nuestros países, habitar un espacio en donde el Estado ejerce las violencias diversas en contra de sus ciudadanos: Desapariciones, torturas, detenciones arbitrarias. Vivimos en un espacio en donde la seguridad es el privilegio de unos pocos. Vivimos un espacio en donde las instituciones que tienen la obligación de salvaguardar nuestras vidas pueden ser (y lo son en muchas ocasiones) nuestros peores enemigos, los peores violadores de los derechos cívicos en nuestro continente. Decir otro lugar de la poeta Eva Castañeda es un libro híbrido, que cruza las fronteras entre los géneros literarios. Poesía sí, pero narrativa al mismo tiempo. Un libro fragmentario, híbrido, que se construye a partir de varias voces que se van superponiendo, que se van deconstruyendo, que se van confundiendo hasta hacerse una sola. Una voz que nos canta, que nos cuenta las razones para caminar el desierto, las razones para buscar, para rastrear en el desierto, en el páramo, los cuerpos de nuestros seres queridos. Decir otro lugar nos habla de búsqueda, de resistencia, de encuentros, de huidas. Decir otro lugar es también pensar en las posibilidades del encuentro, de lo común, de lo cercano, de lo cotidiano. De eso que nos hace formar parte de una red que nos protege, nos cuida, nos alimenta. Decir otro lugar es también pensar en lo que nos hace ser parte de una comunidad.

Decir otro lugar es el tercer libro de poesía de Eva Castañeda (Cd. de México), investigadora del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM y profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la misma casa de estudios. Durante el periodo de 2012 a 2015 fue jefa de redacción del Periódico de Poesía y fundadora del Seminario de Poesía Mexicana Contemporánea. Sus libros anteriores fueron Nada se pierde (Versodestierro, 2012), La imaginación herida (Trajín, 2018). Platicamos con la autora quien nos comentó que el origen de este libro se encuentra: “tras una estancia postdoctoral que hice en la UNAM, cuyo tema principal eran las escrituras producidas en contextos de violencia de Estado, porque uno de los temas que me interesan, es la relación entre violencia y literatura, pero justo, violencias producidas por el Estado, violencias políticas. A partir de ahí, de esta elaboración académica es que van surgiendo esta otra parte creativa, a partir de un montón de lecturas teóricas, pero sobre todo de la experiencia vital de habitar México con todo lo que sabemos que implica, fui construyendo esta narrativa.” 

Javier Moro Hernández (JMH): Decir otro lugar, me parece que significa buscar una utopía que nos saque de este marasmo y de esta violencia que nos ha sojuzgado en los últimos años en este país y en este continente.

Eva Castañeda (EC): El libro cuenta la historia de un país que puede ser México pero que también puede ser cualquier otro país que atraviesa por estas condiciones, entonces es contar la historia de un país, y de la memoria de las vivencias más cotidianas, tienen quienes lo habitan.

JMH: El tema de lo cotidiano me parece esencial, es el rescate de la vida a partir de lo más cercano, de lo más pequeño.

EC: Ahí está el gran tema, inclusive de la literatura, entonces ese rescate de las vivencias cotidianas, aparentemente anodinas, que van construyendo esta voz colectiva, que es la importante, porque a partir de ella a por donde se construye la historia actual, desde lo colectivo.

JMH: Lo que escuchamos son varias voces, a lo largo del libro, varias voces preguntándose qué es la vida, qué es lo cotidiano y hacia dónde vamos.


EC: Me interesó mucho privilegiar, en términos de recursos formales, el diálogo que se va tejiendo entre todas estas voces, que además van cambiando, porque a veces puede ser ella, o a veces puede ser él, es un aspecto sobre la cual puse mucha atención, de repente, la voz poética puede ser femenino o cambiar para volverse masculino, y luego también se desarrolla lo plural, entonces sí creo que es privilegiar estas cosas anodinas, cotidianas, a través de un diálogo que van estableciendo estos personajes que no tienen nombre, pero eso es algo que no importa, porque podemos ser todas y todos.

JMH: Estas voces nos reflejan, son reflejos de muchas personas o de muchas cotidianidades o de muchas narrativas en este contexto de violencia.

EC: Sin hacer una disquisición demasiado sesuda o políticamente críptica, incomprensible, para lectores que no son tan ávidos, sino a partir de fragmentos que pudieran ser muy accesibles a cualquiera, y que les pudieran decir algo, porque eso es otra cosa que me interesa, intento escribir para cualquier lector interesado.

JMH: El contexto violencia, es un elemento central, no es que abordemos el tema directamente, sino que es el contexto en el que ubicar a estas voces, a estos personajes. Es un contexto en donde la violencia pesa.

EC: Tiene que ver con lo que comentaba, que este libro se fue desarrollando a la par de esta investigación académica, y que claro, en la investigación se evidencia todas estas lecturas teóricas sobre el tema. Pero en Decir otro lugar, lo que yo quería era que esto estuviera mucho más velado y mucho más digerido, que no se hiciera tan evidente para que no terminará siendo una arenga política, sino que a pesar de estos significados tan velados se pudiera entender que el tema es la violencia que nos atraviesa.

JMH: El título del libro nos hace referencia directa a un territorio, a un lugar habitado, con contextos cotidianos, pero es un territorio cruzado por la violencia. Es habitar un territorio muy complejo

EC: El libro tenía otro título originalmente, luego ya lo conversé con el editor y decidimos cambiarlo, pero justo es lo que dices, es un territorio que no tiene nombre, no se menciona a ningún país, pero es un territorio focalizado, que puede ser cualquiera, que desafortunadamente está atravesado por estas violencias políticas y de Estado principalmente, el tema de la desaparición está presente constantemente en este libro.

JMH: ¿Cómo abordar desde la poesía este tema de la violencia política? En un contexto, en un continente como América latina, en donde hemos sido golpeados por la violencia política en prácticamente toda nuestra historia.

EC: Creo que la historia, en términos de literatura que aborda el tema es vasta, pero ha sido poco revisada y a veces un poco ninguneada, y se ve desde un lado muy superficial, como arenga y panfleto. Ahora situándose en el tema de la poesía contemporánea mexicana y latinoamericana, me parece que los libros que existen son diversos y cada uno aborda estrategias diversas. En mi caso es un libro que podríamos definir como narrativo, porque justo cree que abandone el verso para acudir a la prosa poética, pero con una estructura de novela fragmentaria, porque las partes del libro se van correspondiendo, es decir, creo que mi reflexión particular estuvo basada en la cuestión formal, desde qué forma literaria va a abordar el libro, más allá del tema, que ya lo tenía claro, me concentré un poco más en la forma que debería tener el libro, y encontré la forma narrativa, que me parece se privilegia más en ciertos momentos.

JMH: Es un libro híbrido, está dentro de la colección de poesía, pero como bien dices es una narrativa fragmentaria.

EC: En el ejercicio como escritora estoy indagando en otras formas, y me interesa mucho los géneros híbridos, que son una manera muy actual, muy pertinente de decir cosas que ya no se pueden decir de manera tradicional. En ese sentido, estoy acudiendo a ese borramiento de fronteras, para explorar en otros géneros.

JMH: ¿Ese proceso formal fue una decisión consciente? 

EC: Creo que fue un ejercicio totalmente consciente, quería explorar ahora en una escritura mucho más narrativa, y luego vi que era la forma que le convenía al libro, y luego ya de manera que iba avanzando vi que era la línea que debería seguir, pero en un primer momento fue una decisión consciente, deliberada.

JMH: Es muy interesante esa búsqueda estética, ese borrar las divisiones y las fronteras entre género, porque en este momento histórico de la literatura resulta esencial estar buscando borras estas fronteras.

EC: Porque estamos en un momento de la historia en el que toca repensar el quehacer artístico, literario. Es decir, hay un virus que enfermó a la realidad, no podemos seguir enfrentándonos al arte desde las mismas formas, tenemos que replantearnos nuestro ejercicio personal como creador, como escritores, como sea lo que hagamos en la vida. En ese sentido este es un libro que está atravesado por la reflexión. 

JMH: Me pareció muy interesante la reflexión que realizaste sobre Jenny Von Westphalen, quien fuera la esposa de Karl Marx. Es un libro en donde las voces se borran, pero me parece que también reflexiona mucho sobre la figura femenina.

EC: Creo que no me puedo abstraer a mi propio momento histórico, y en ese sentido, echar mano de ella, de Jenny, a quien siempre nos referimos como la esposa de Marx, porque el tema es político, pero creo que todo el origen es la desigualdad económica, tampoco está dicho así en el libro, porque no era algo que me interesaba, pero de alguna manera traer a la historia el caso de Jenny me parecía importante, porque estoy hablando del tema económico, de las desigualdades económicas, inclusive quien fue ella al margen de él.

JMH: Las violencias políticas, también nos hablan de este territorio de desigualdad política y económica que vivimos en México y en América latina.

EC: Es que al final para hablar de estas violencias tienes que hablar de la violencia mayor que es la económica, entonces creo que ese poema en particular es una especie de guiño al lector, para poder ver este gesto en torno a la parte económica.

JMH: Es un libro que nos habla de migración también, no solo es el lugar como tal, sino que también es un viaje, es una huida hacia adelante.

EC: El territorio lo pensaba como algo que ocupamos los que ya tenemos una casa, pero también en los que no, y el libro contienen algunos fragmentos que aluden al tema del muro, a Trump, la diáspora y el viaje de todos aquellos que no tienen un lugar fijo y que tienen que ir de aquí para allá y que luego en el camino desaparecen y sus familiares nunca saben más de ellos.

JMH: Somos un continente que no ha terminado de reflexionar sobre su historia, y el Decir otro lugar me parece que es poder avanzar y crear otro lugar más seguro.

EC: Me especialicé académicamente en América Latina, entonces esto me hace clics totalmente, porque creo que se ha comprobado que estamos buscando todos otros lugares para habitar, pienso en las revueltas en Chile en contra de Piñera, por ejemplo, que empezaron antes del Covid, y entonces estamos en ese proceso de decir otro lugar porque estamos en construcción de ese sitio, al que vamos a llegar algún día.


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