Música para la resiliencia – Orquesta Sinfónica de Aguascalientes/ El banquete de los pordioseros  - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Por resiliencia debemos entender aquella capacidad psicológica que tenemos para superar circunstancias adversas, incluso verdaderamente críticas, como por ejemplo, podría ser la pérdida de un ser amado o una situación como la que actualmente padecemos. Esta contingencia, consecuencia de una pandemia que ha puesto de cabeza a toda la humanidad y ha desequilibrado drásticamente nuestra forma de vida, nos lleva necesariamente a dar una respuesta, una respuesta que no se convierte en una opción sino en una verdadera necesidad. Sabemos que el ser humano está hecho para sobrevivir, su naturaleza es sobreponerse a cualquier adversidad y ahora, ante esta situación de emergencia sanitaria que todos estamos sufriendo nos vemos ante la ineludible necesidad de reinventarnos y salir avante porque no tenemos más alternativas.

Definitivamente, y de verdad, no me queda la menor duda, es el arte lo que nos salva del caos, lo que nos dignifica y nos hace ser libres. El arte es la respuesta que le damos a la adversidad. Recuerdo en este momento la actitud de algunos grandes compositores del romanticismo, Beethoven, por ejemplo, él se enfrento a una situación muy complicada ante la que muchos hubieran claudicado, ante la irreversible sordera que padeció durante sus años más productivos como compositor, lejos de abandonar la música se comprometió más con ella. Siendo él un músico, un consagrado pianista y uno de los más grandes –¿el más grande?– compositores que ha dado la humanidad se vio ante la necesidad de reinventarse y de convertir lo que para muchos sería un obstáculo insalvable en una verdadera oportunidad. Al carecer de oído –imprescindible para todos, pero especialmente para el músico– ya no tuvo la oportunidad de tener alguna influencia de sus colegas compositores contemporáneos, al contrario, toda la música salía de su interior, desde sus entrañas, los sonidos salían de lo más profundo de su ser y estaban íntimamente relacionados con su situación, él tuvo la capacidad de transformar el dolor, el sufrimiento es una de las más bellas, sublimes, majestuosas y elocuentes expresiones musicales. Otro ejemplo de lo que es la música para la resiliencia.

Aquí en Aguascalientes tenemos nuestra respuesta, también convincente y contundente a la contingencia sanitaria, y créeme, no es que hayamos tomado la decisión de responder, es nuestra naturaleza humana lo que nos obliga a reinventarnos ante esta lacerante situación que estamos viviendo en este momento. Y es así que una vez más entendemos con claridad que tenemos el arte para liberarnos del caos.

Música para la resiliencia es uno de nuestros argumentos más sólidos y contundentes para expresar con convicción y con desbordada pasión, nuestro derecho a vivir, a demostrar que ante cualquier situación adversa, incluso ante la amenaza de una pandemia que no solo pone en riesgo nuestra salud y consecuentemente la vida, sino que ha colapsado la economía de toda esta estructura social, tenemos derecho a ser, a seguir siendo con todo lo que esto significa, y es el arte lo que mantiene intacta nuestra naturaleza humana, lo que nos devuelve la libertad. ¿Qué sería de nosotros si no tuviéramos el arte que nos hace libres y mantiene incorruptible nuestra dignidad? 

No se trata de ser “aplaudidores” de los programas de gobierno sino de reconocer lo que verdaderamente vale la pena en las iniciativas gubernamentales, tampoco es el objetivo el de criticar todo por sistema y en automático, –de esos ya hay algunos cuyo afán de protagonismo les ha hecho perder toda credibilidad–, y por supuesto, tampoco queremos aplaudir de pie todas las iniciativas, se trata simplemente de reconocer con objetividad aquellos trabajos que se hacen bien, y dentro de estos programas bien hechos y perfectamente orientados está el programa propuesto por el Instituto Cultural de Aguascalientes a través de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes llamado Música para la resiliencia cuyo resultado es evidente. Dentro de este proyecto, la OSA ha estado trabajando intensamente, primero con conciertos a puerta cerrada en la que será, o ya es, su nueva sede, la Sala de Conciertos de la Avenida Gómez Morín, y después, desde el pasado viernes 23 de octubre en este mismo inmueble, pero ya abierto al público, evidentemente con un ingreso controlado a 150 personas de las casi 800 que es el aforo total de la Sala de la Sinfónica. La temporada de la resiliencia de la Sinfónica de Aguascalientes continuará hasta el próximo 11 de diciembre si las condiciones de la contingencia no cambian, ya sabemos que esto es impredecible. 

Pero independientemente de estas cuestiones que competen directamente a nuestras autoridades de salud, entendemos que entre las muchas cosas que esta contingencia nos ha dejado es que ya no hay duda de que el arte en todas sus modalidades y presentaciones, el acercamiento a la cultura no es un bonito accesorio del que se pueda prescindir sin el menor problema, es una necesidad de primer orden y se debe apoyar y difundir la actividad artística en todas sus diferentes formas, y más todavía en esta situación de contingencia sanitaria. 

Lejos de recortar los presupuestos destinados a nuestro legítimo derecho a la cultura, se debe apoyar total y absolutamente todo lo relacionado con el arte, por eso vale la pena hacer un reconocimiento al Instituto Cultural de Aguascalientes que dentro de todo este torbellino mantiene los pies en la tierra firmemente y nos nutre de eso que nos es natural y nos dignifica como seres humanos con programas como ICA Alternativo y la nueva temporada de la OSA, Música para la resiliencia. Insisto, tenemos el arte para liberarnos del caos.


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