Elecciones de Coahuila e Hidalgo; la competitividad electoral/ Meridiano electoral  - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Las elecciones competitivas constituyen las bases de las democracias modernas

Giovanni Sartori

 

El pasado domingo dieciocho de octubre, se llevaron a cabo las elecciones intermedias, de diputaciones en Coahuila y de ayuntamientos en Hidalgo, teniendo resultados que sorprendieron a varios especialistas en el tema.

La jornada electoral arrojó poco a poco sus consecuencias, en las cuales el favorito para llevarse el triunfo era Morena, (por ser el partido que ha mostrado mayor crecimiento y aceptación en los últimos años), sin embargo, las preferencias favorecieron al Partido Revolucionario Institucional (PRI), al obtener el triunfo en los 16 distritos electorales en Coahuila, y 32 ayuntamientos de 84 existentes en Hidalgo.

Al respecto, es decirse que el verdadero triunfador fue la ciudadanía, puesto que una parte esencial de las democracias contemporáneas son las elecciones competitivas.

Si bien los Estados que vivieron un proceso electoral este año, son considerados bastiones priistas, dada la realidad política que permea en todo el país, los peritos en el tema consideraban que se daría el triunfo del partido en el poder federal, sin embargo, la voluntad de la ciudadanía reflejó otro resultado.

La importancia de obtener resultados impredecibles en nuestro sistema electoral, evita caer en la regresión de situarnos de nueva cuenta en una hegemonía de partido, esquivando los regímenes autoritarios que ya vivió el país durante varias décadas.

Los sistemas de partidos competitivos son propios de los gobiernos democráticos, puesto que, al existir una competencia de facto por el poder entre diversos actores políticos, la ciudadanía tiene opciones reales para elegir a sus gobernantes.


Por ello, la competitividad en un sistema electoral es una condición esencial de toda democracia. Un margen estrecho de diferencia en los porcentajes de votación obtenida, supone brechas superables por los distintos partidos políticos que luchan por la obtención del poder. Ante ello, se celebra la incertidumbre de los resultados de las elecciones, característica que debe ser una constante. 

Esto encuentra razón, como dice D. Griffin, en que el aumento en la competitividad electoral conlleva un incremento en lo que podríamos categorizar como rendición de cuentas de los representantes, viéndose obligados a prestar mayor atención a las demandas de sus representados, pues al encontrarse su oposición en las boletas a un corto margen de arrebatarles el triunfo en las elecciones próximas, obliga a tener mejores desempeños en la vida pública.

De tal forma, que podemos estar satisfechos, ya que lo acontecido el domingo pasado, ha arrojado resultados que nos permiten celebrar que, en México, nos esperan elecciones competitivas e impredecibles, lo que sin duda permite un correcto ejercicio de pesos y contrapesos, y desde luego, abona al fortalecimiento de nuestra democracia.

No obstante, el proceso electoral tuvo sus aspectos negativos, varios señalamientos de presiones y coacciones al voto de la ciudadanía coahuilense e hidalguense, por lo que habrá que esperar al correcto análisis que realicen los tribunales locales y federales electorales para la validación de las elecciones en comento.

Aún falta para que se consagre esto que se ve como un logro para la democracia, y será tal, sólo cuando no queden dudas de la legitimidad de los resultados.

Gran paso para el fortalecimiento de nuestro sistema democrático.

 


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