Una actriz porno mexicana, así se presenta, sube a un camión y anuncia a los pasajeros que va a realizar una protesta por la falta de seguridad en el transporte público. “El día de hoy vengo en protesta por la inseguridad que se vive en el transporte público en Puebla y también porque no nos dejan trabajar en los centros nocturnos. En modo de protesta, me voy a desnudar”, la mujer procede, en el pasillo del camión comienza a quitarse el vestido, “a quien no le guste, tápese los ojitos y quien guste, comparta”.
En el transporte viaja poco más de una decena de personas, casi todas ellas hombres. En un asiento delantero, otra mujer le cubre los ojos a un menor de edad y le voltea la cara hacia la ventanilla mientras Annie Sex Teen, desnuda, recorre el pasillo. La actriz hace su comercial y se quita el vestido, encima de las nalgas tiene pintado “+ seguridad”, se contonea y va por el pasillo, conminando a los pasajeros a que graben su performance. En Twitter escribiría: “En Puebla queremos más seguridad en el transporte público y queremos trabajar. Miles de familias dependen de los empleos de los centros nocturnos tanto de Puebla como de Tlaxcala… Por favor comparte y hagamos viral el video para hacerlo llegar a quien corresponda”.
Los pasajeros se excitan, siguen los movimientos de la actriz a lo largo del pasillo empuñando en alto sus celulares, graban, le gritan, uno dice que no sabe chiflar, ella se contonea, va hacia el fondo del transporte y ofrece la grupa, un hombre le desliza la mano por entre las nalgas, la manosea. Ella no se inquieta, sigue en lo suyo, en su protesta, otras manos masculinas se animarán a tocarle las nalgas mientras Annie Sex Teen se desliza por el pasillo, sonriente.
El video promocional, porque eso es, no una protesta, dura poco más de 2 minutos, un par de minutos eternos que refleja la estulticia con que los medios y las redes banalizan la protesta ciudadana. La grabación de la supuesta protesta fue difundida no sólo a través de las redes sociales, también ocupó espacio en los medios, se calificó al performance como inusual y, más de uno, se divirtió al presentarlo.
El divertimento de la actriz porno me parece peligroso, no desde una perspectiva moral, no lo descalificó desde mi pudor, señalo que es grotesco porque en el afán de promocionarse como producto demerita la protesta al mandar un mensaje equivocado. Mientras miles de mujeres son violentadas en el país, mientras miles de personas son asaltadas todos los días en el transporte público, una actriz en busca de publicidad gratuita para su carrera y su sitio de trabajo, elige dejarse invadir por extraños como protesta por la inseguridad.
El mensaje que se manda a los hombres que vemos ese video es que hay una mujer dispuesta a arriesgar su integridad física con tal de que el Estado, los gobiernos, asuman su responsabilidad en cuanto a brindar seguridad en el transporte público. La reacción de los hombres que la manosean y preguntan dónde trabaja, no responde al motivo de la protesta, sólo a saciar su deseo. ¿Qué nos queda del mensaje?
Los medios, con tal de saciar el morbo de su audiencia, retoman el video y lo difunden publicitándolo como un hecho inusual, extraño; el motivo de la protesta, de nuevo, queda anulado, por encima de muchas otras causas que merecen espacio, eligieron difundir esas imágenes, con el único criterio de hacer divertido un momento, ¿a cuáles y cuántas notas se les robó espacio para mostrar a una mujer desnuda?
La actriz sentencia en algún momento que espera que su protesta llegue a “quien corresponda”, no será así, ninguna autoridad tomará en serio el anuncio de una joven actriz porno defendiendo su derecho al trabajo; pero nosotros, la audiencia, ya tuvimos nuestro momento divertido del día, y eso lo justifica todo.
Coda. En La agonía del Eros, Byung-Chul Han determina: “El capitalismo intensifica el progreso de lo pornográfico en la sociedad, en cuanto lo expone todo como mercancía y lo exhibe. No conoce ningún otro uso de la sexualidad. Profaniza el Eros para convertirlo en porno”. Así.
@aldan