Cambiando las reglas para subsistir, qué pasa estimado lector cuando los responsables de la salud en México dicen que se aproxima un rebrote en territorio nacional, pero minutos después aparece el presidente y dice lo contrario. Como que ya se les está haciendo costumbre la dinámica de refutar sin importar a quien contradecir.
Mire, si la nueva cúpula del poder quiere cambiar las reglas, incluso para perpetrarse en el poder, por qué nosotros el pueblo bueno no intentamos un cambio radical y tajante a todo esto.
Así comenzó todo, estábamos hartos de los priístas, habían sido demasiados años oprimidos bajo el yugo de un claro sistema dictatorial, donde lo único que cambiaba eran los nombres de lo vecinos de Los Pinos, pero el esquema político era el mismo, entonces al parecer, aparentemente y sin más, llegó a nuestras vidas un candidato que tenía un pasado de empresario con tintes políticos azulados y con un alto grado de carisma entre el respetable, virtud que fue explotada magistralmente por los expertos en el marketing político para hacer de aquello un fenómeno de clase mundial; se imagina, por primera vez en la historia moderna de este país íbamos a sacar al PRI de Los Pinos, algo que mi abuelo no pudo ver, pero nosotros sí. Como todo y como siempre, tengo mis sospechas de que ese cambio estaba más que pactado, en ese entonces trabajaba para Radio, Televisión y Cinematografía RTC de la Secretaría de Gobernación y no se registraron movimientos bruscos ni tampoco marcación personal a los medios de información, todo tranquilo. En ese momento pensamos que habíamos ganado, que por fin la vida nos iba a sonreír a todos y no fue así, seguramente algunos indicadores económicos se mantuvieron como estaban, incluso pudieron subir, pero de eso a que hubiera llegado el gran cambio, existe diferencia. Después y con la sospecha de que los azules pudieran convertirse en el nuevo PRI, llegó otro sexenio gobernado por las huestes de don Manuel Gómez Morín; la historia, ya la conoce, nada de que presumir ante los ojos del mundo y el descontento en territorio nacional, así que la cúpula del poder decidió regresar a los tricolores a Los Pinos, ahora con una figura físicamente llamativa para el sector femenino, pero nada más, hasta ese momento, la figura presidencial más atacada y más mofada de la historia, se imagina ese tipo de agravios hacia Miguel de la Madrid o Díaz Ordaz, hubieran mandado fusilar a aquellos que se osaran intentar burlarse de ellos.
Con la olla exprés a punto de estallar, una sociedad fastidiada de los fracasos políticos, económicos, sociales y hasta culturales, se decidió voltear a ver al eterno candidato de la oposición, sin tomar en cuenta el odio y rencor que acumulaba contra todo lo que fuera azul y tricolor, seguramente muchos de nosotros estábamos hasta la coronilla de pasar de fracaso en fracaso, así que, desde nuestra perspectiva estábamos listos para cambiar el rumbo del país como aquel año 2000 cuando por fin, gracias a la democracia habíamos acabado con el mal gobierno.
Y de nuevo pasó, nos la jugamos, garantes de los procesos democráticos un poco más de la mitad de todos nosotros acudimos a las urnas para volver a sacar al PRI de Los Pinos, y la historia ya se la sabe, puede que esté a gusto, o tal vez ya se sienta fastidiando, quizá decepcionado, preocupado, indiferente, tranquilo, feliz o molesto, pero lo cierto es que, hoy por hoy estamos frente a un panorama inédito. Me dirá usted que con el tricolor las cosas fueron más cruentas y que los azules no dieron una, pero y ahora, qué está pasando, cuál es el rumbo que toma la nación.
Si usted pudiera cambiar las reglas del juego, qué cambiaría. Fíjese que en uno de los sectores donde me muevo, la docencia, puedo percibir que ahora cuando el aula extendió su tamaño y podemos estar en cualquier lugar, los jóvenes, o por lo menos la mayoría de mis alumnos se han hecho más observadores, más críticos propositivos de su entorno, es un hecho que no salen como antes de manera física pero si navegan por la red y, quitando sus consultas de ocio, visitan sitios que les proporciona información y que afortunadamente validan.
Sin duda la función social de los medios no ha cambiado del todo, educar, entretener e informar, pero la regla para consumirlos si, y me refiero a esa pauta que marcó la misma sociedad y que nosotros la seguíamos, nosotros me refiero a la generación de la televisión de cinescopio y sin control remoto; ahora mis alumnos se forman académicamente a través de la una red privada que nos conecta para tomar clase de una manera diferente a la convencional. No educa ni nunca los medios han educado, la educación tiene su origen en la casa, en el hogar donde los padres o las figuras de autoridad nos transmiten la información necesaria para sabernos comportar e interactuar con el resto de la sociedad. La regla cambió, tienen acceso al mundo de la información y es más fácil evidenciar el conocimiento del docente. Ni hablar del entretenimiento y la información, el acceso a las fuentes oficiales y a las no oficiales, la regla se rompió, Zabludovsky se acabó, los medios digitales marcaron la diferencia. Esa vieja regla del consumo de los medios seguramente la añora el actual presidente, pues ahora es más complicado controlar lo que la sociedad observa y escucha, sin embargo, la censura o el descontrol sigue en las manos del ahora vecino de Palacio Nacional, y me refiero a la manera en que él y sus secuaces conducen al país a un destino desconocido.
Piense en las reglas que podemos cambiar, necesitamos, o redirigir el camino del país, o entender las razones que tienen los de la actual cúpula del poder para llevarnos hacia el precipicio.
@ericazocar