¿Y qué con las ferias de libros? Su reto post-Covid - LJA Aguascalientes
15/11/2024

CIUDAD DE MÉXICO.- En plena pandemia la actividad cultural no debe parar, y en especial la librera, coinciden los titulares de cuatro ferias de la especialidad en el país, si bien sostienen distintas estrategias. Ellas son:

La Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH) 2020, a realizarse del 29 de septiembre al 5 de octubre, y la Feria Internacional del Libro del Zócalo (FIL Zócalo), con programación del 9 al 18 de octubre, serán virtuales. La FIL de Guadalajara, del 28 de noviembre al 6 de diciembre, optó por un híbrido (entre lo presencial y lo digital). Mientras que la del Palacio de Minería –que sorteó la pandemia pues tuvo lugar del 20 de febrero al 2 de marzo– o se hace presencial o se pospone.

Dos más, ante la duda por la procuración de la salud, decidieron postergarse: La FIL Monterrey movió su 30º edición para el año próximo, y la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ) prescindió de su 40 aniversario.

El evento regiomontano, que debía efectuarse del 9 al 18 de octubre, prometió a cambio –para no dejar pasar la celebración– realizar un programa más pequeño de lectura digital, “Lecturas, voces e ideas”. Y la FILIJ anunció desde el 29 de agosto que no veía condiciones sin riesgo de contagio masivo –se hubiera efectuado en noviembre de este año en tres sedes, Ciudad de México, Mérida y La Laguna–, por lo cual se pospuso.

Con encuentros culturales que ya probaron un “éxito” en el terreno digital, como el Hay Festival Querétaro en su versión virtual 2020 –que concluyó esta semana con una asistencia de 300 mil visitas, a raíz de lo cual buscará mantener la audiencia para 2021 en un esquema híbrido–, los directivos de las cuatro ferias del libro mencionadas inicialmente exponen sus proyectos.

 

FILAH y la interacción

A unos días de iniciar el encuentro, en video-entrevista, Rebeca Díaz, coordinadora nacional de Difusión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), deja algo muy claro: jamás se tuvo la idea de cancelar o posponer la FILAH en su edición 31º.

“Al inicio de la contingencia veíamos lejano septiembre, pensamos que no tendríamos problema en realizar la feria, pero conforme pasó el tiempo tuvimos que empezar a planear tres escenarios: el a), que se realizara de manera presencial en tiempo y forma; el b), con la posibilidad de un híbrido; o el c), hacerla totalmente digital. Terminamos optando por esta última, pero jamás pensamos en cancelarla.”

El encuentro tendrá en ocho días (29 de septiembre al 5 de octubre) más de 100 actividades en línea (que incluirá siete coloquios académicos, 25 conversatorios, siete conferencias magistrales y más de 60 presentaciones editoriales) a través de la web www.feriadelibro.inah.gob.mx, y con ella a la CDMX y a Argentina como estado y país invitados de honor, respectivamente. A ello se aúnan los homenajes a dos personajes recientemente fallecidos, la pionera de la antropología subacuática, Pilar Luna Erreguerena, y el museógrafo Mario Vázquez, quien fuera primer director del entonces Museo Nacional de Antropología e Historia; así como al escritor Carlos Monsiváis, en el marco de su décimo aniversario luctuoso.


Díaz afirma a Proceso que la Ciudad de México fue el estado natural para participar en este año debido a sus 500 años de historia (acaba de cumplirse el quinto centenario de “La noche victoriosa”), y que la posibilidad de la FILAH responde al trabajo de todas las áreas y coordinaciones del INAH, en especial de Mediateca y de Programación y Logística.

La inauguración del encuentro, el martes 29 a las 10 horas, y con transmisión en vivo desde la plataforma de la feria, será el único acto presencial, con público acotado, y sólo si el tema sanitario lo permite.

 

Zócalo y la apuesta por librerías

En su vigésimo aniversario, esta edición se ha denominado “FIL Zócalo Virtual” y prescindirá de sus ya inigualables foros de lectura colocados a lo ancho de su escenario estrella: la Plaza Mayor de la capital mexicana.

Moverá todas sus actividades hacia el online (en línea), algunas de ellas transmitidas desde librerías barriales, buscando mantener el carácter popular de interacción que año con año han mantenido con el público.

En entrevista telefónica, Argel Gómez, director del evento y promotor cultural, revela algunos aspectos de esta FIL Zócalo, como la colaboración con el Fondo de Cultura Económica (FCE), que ideó la fórmula para que ciclistas repartan en la CDMX los libros a comprarse virtualmente.

Adelanta dos líneas de trabajo, previo a la conferencia de este 17 de septiembre, donde se anunciará la programación: Las tiendas virtuales (un kiosco desarrollado por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana –Caniem–, el del FCE y otro de la editorial Siglo XXI) y el número de actividades, alrededor de 160, de las cuales 40 estarán dedicadas al público infantil y juvenil, entre presentaciones de libros, charlas, conferencias y talleres.

Dice que nunca se pensó en posponer el encuentro: “Más bien pensamos en aprovechar las plataformas virtuales, pues estamos conscientes de que cualquier actividad de la naturaleza de la convocatoria de la FIL Zócalo pondría en riesgo la salud, y no es la intención. Así es que teníamos que encontrar la manera de llevar una parte de la vida cultural de la ciudad a lo digital.”

 

La fuerza tapatía de la distancia

Con una programación que aún está en proceso, su invitado de honor, el emirato árabe de Sharjah –cuya comunicación es complicada por la distancia “mas no imposible”–, y una edición 2020 híbrida, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se ha ido planteando y replanteando a lo largo de la pandemia.

Marisol Schulz, directora del máximo encuentro librero del país, explica que el equipo base de 40 personas que trabaja en él, año con año, encontró desde los primeros días de marzo la manera de resolverlo a la distancia. .

Schulz cuenta a Proceso que el esquema de trabajo se ha movido sobre la marcha, en especial porque a la fecha no se sabe qué va a pasar dentro de cinco, 10, 15 o 20 días y, por tanto, han tenido que valorar distintos escenarios para realizar la FIL presencialmente entre la Expo Guadalajara y un espacio abierto del Centro Cultural Universitario de la ciudad. Ello, desde luego, con las medidas de salud necesarias, más el terreno digital para todos aquellos que quieren estar presentes y se ven imposibilitados de asistir.

“Hemos valorado distintos escenarios, pues sí ha habido cancelaciones, hay corporativos editoriales cuyas casas matrices restringen todo tipo de viajes; otro factor es que la epidemia ha pegado económicamente a editoriales y librerías, hay algunas que nos han dicho que de plano no pueden porque las finanzas no se lo permiten, así que hemos ido desarrollando herramientas, ser flexibles con los plazos de pago y hablar permanentemente con la directiva de la Caniem, por ejemplo.”

Han trabajado en circunstancias desconocidas, reconoce, “porque esta pandemia no tiene palabra de honor”.

 

Minería y la CDMX

Para el director de la Feria de Minería, Fernando Macotela, el encuentro librero más antiguo del país tiene dos ventajas. Primero, este año logró librar la pandemia, y segundo: Cuando se cumpla la edición 42º el primer trimestre de 2021, existe la esperanza de que haya “semáforo verde” que permita se realice.

De otra manera, dice categórico, se pospondrá por una simple razón: “La feria no es distinta al espacio construido por Manuel Tolsá”.

De ahí su equipo ha estado trabajando bajo la idea de que la feria va a suceder, incluso ideando algún plan B, en el cual la parte virtual no tendría cabida. Vía telefónica, convaleciente de una operación, amable, expresa sobre el interés de las editoriales: “A la fecha ya tenemos un avance, hay editoriales interesadas, algunas que ya dieron su anticipo para apartar su espacio, mismo que hemos aceptado, pero les hemos informado que deben estar conscientes de la situación, porque no sabemos lo que va a pasar, y en caso de que se presentar alguna situación que no permitiera la feria presencial hemos ideado posponerla.

“Lo que no creo es en una feria íntegramente virtual, ahí cada responsable de feria tiene que analizar las características de su encuentro y decidir en función de eso, y con Minería pienso que no funcionaría virtual, no sé qué tanto les funcionaría a los editores. En caso de que las circunstancias no se prestaran, entonces optaríamos por un plan B, apoyándonos en TV UNAM y Radio UNAM, seguramente organizar alguna presentación o mesa redonda específica.”


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