- No sólo mueren en el combate al crimen. Los soldados también caen por accidentes automovilísticos y aéreos, ahogados, electrocutados, atropellados… Con Calderón se dio la oleada más grande de muertes: 361
EMEEQUIS/Patricia Tapia
El vehículo en el que se movilizaban cuatro militares al repeler la agresión de criminales perdió el control, volcó y terminó cayendo al Canal Anzaldúas, en Reynosa, Tamaulipas. El accidente fue fatal: los elementos se ahogaron.
Alrededor de las 14:40 horas del 14 de enero de este año, se informaba el deceso del cabo de Caballería, Sergio Xalamihua, del también cabo, Gerónimo Nicolás, así como de los soldados Víctor Manuel Santiago y Jessica Abigail Alcalá.
Los elementos de las Fuerzas Armadas del país no sólo mueren en el fuego cruzado, también en accidentes automovilísticos y aéreos, ahogados, electrocutados, ejecutados, atropellados, deshidratados, por mencionar algunos incidentes fatales.
De acuerdo con la relación de personal fallecido en la aplicación de la campaña permanente contra el narcotráfico y la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se registra el deceso de 567 elementos en el cumplimiento de su labor, del 1 de diciembre de 2006 al 1 de agosto de 2020.
El año más mortal fue 2010, con 89 desenlaces fatales, durante el sexenio de Felipe Calderón (361 en su periodo).
La mayor parte se cataloga en agresión con arma de fuego, con 295 de los casos; en segundo lugar están los accidentes vehiculares, con 130, y luego los aéreos, con 53, así como ejecuciones, con 31.
En septiembre de 2019, tres militares fueron asesinados en Guerrero, otros salieron heridos. Según reportes de prensa, estaban realizando tareas de erradicación de plantíos de amapola, cuando fueron emboscados por narcotraficantes, quienes les dejaron caer una lluvia de balas. Un video tomado por los propios elementos muestra cómo tratan de salvarle la vida a uno de ellos.
Un piloto de la Fuerza Aérea Mexicana falleció en octubre de 2019, en un accidente de helicóptero, mientras realizaba operaciones de fumigación de plantíos enervantes en el municipio de Tamazula, Durango.
El año pasado, en Sinaloa, durante la captura “fallida” de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, se presume que el Gobierno Federal se vio presionado para liberarlo, al recibir un video en el que un soldado bajo captura había sido presuntamente ejecutado, según reveló The Wall Street Journal.
Hace dos meses, seis soldados murieron luego de sufrir un accidente vehicular en Tijuana y cuatro más quedaron heridos, todos elementos de la Sedena.
Se sabe que perdieron el control de la unidad y volcaron sobre Bulevar 2000. El incidente fue reportado al 911 poco después de las 6 de la mañana el 25 de junio. Así se acumulan las historias mortales de los elementos de las Fuerzas Armadas de nuestro país, donde el narcotráfico no da tregua.
Si bien estas son las causas más comunes de decesos entre las tropas, hay otras historias que no se conocen, por su peculiaridad. Por ejemplo, son 16 las muertes por ahogamiento. Mientras que hay ocho decesos en cada uno de estos casos: arrastrados por la corriente, atropellados y por caídas.
En los accidentes con arma de fuego hay siete, descarga eléctrica se contabilizan cuatro, por golpe de calor se observan dos y en explosión de una pipa, deshidratación, agresión e intoxicación, hay un caso por cada uno, y sólo se observa un deceso clasificado como “otros”.
Tamaulipas, Sinaloa, Michoacán y Guerrero son los estados del país donde más se registran muertes: suman 330 elementos fallecidos, esto es 59% del total. Son entidades donde diferentes cárteles de la droga tienen una fuerte presencia.
Los Zetas, la Familia Michoacana, el Jalisco Nueva Generación, el del Pacífico (Sinaloa), el del Golfo, son cárteles que operan y se disputan estas entidades.
Otras entidades que también reportan entre 13 y 34 decesos son: Nuevo León, Chihuahua, Sonora, Jalisco, Durango, Veracruz, Zacatecas y Coahuila.
Los que tienen menos de 10 casos son: Oaxaca, San Luis Potosí, Baja California, Puebla, Nayarit, Aguascalientes, Baja California Sur, Chiapas, Colima, Guanajuato, Tabasco, Campeche, Estado de México, Morelos y Quintana Roo.
Se observa que el periodo más mortal para las Fuerzas Armadas fue bajo la administración de Felipe Calderón Hinojosa, son 361 muertes, 64% del total. En 2010 se tuvo el pico más alto, con 89 muertes.
Calderón Hinojosa es reconocido como el presidente que le declaró la “guerra al narcotráfico”, de la que además se ha señalado su poca eficacia, pues en su periodo hubo un aumento de la violencia, del consumo y la infiltración de criminales en los gobiernos.
De acuerdo con el artículo La guerra contra el narcotráfico en México: una guerra perdida, se incrementó el número de cárteles durante la administración de Calderón, pues señala que en el 2006 había seis organizaciones de este tipo: el Cártel Milenio, La Familia Michoacana, El Cártel de Golfo, El Cártel de Tijuana, El Cártel de Juárez, y el Cártel del Pacífico.
En 2007 ya había ocho organizaciones, mientras que para el año 2010 el número aumentó a 12 y en el 2012 se identificaron 16 cárteles. “La fragmentación de los cárteles presenta mayores problemas para el gobierno, pues las organizaciones pequeñas pueden funcionar más fácilmente porque no son tan perceptibles”.
Para el gobierno de Enrique Peña Nieto, la relación de personal militar fallecido disminuyó, en su sexenio la cifra fue de 182 elementos, en ninguno de los años superó los 50 decesos, al finalizar (2018) sólo hubo 12.
Peña Nieto, al asumir la presidencia en diciembre de 2012, dijo que la estrategia de combate frontal cambiaría: su gobierno se enfocaría más a atender los problemas sociales y económicos, pero el rumbo de la estrategia de Calderón no cambió mucho. En 2014 creó una Gendarmería Nacional para hacer frente al crimen organizado.
EMEEQUIS publicó que con Calderón Hinojosa y Peña Nieto pagaron mil 139 millones de pesos en seguros de vidas de militares que fallecieron realizando su labor.
La estrategia contra el narcotráfico no será igual a los gobiernos del PAN y el PRI, dijo Andrés Manuel López Obrador al llegar al poder en 2018. Aseguró que daba por terminada una guerra sangrienta contra los cárteles de droga, y desde entonces mantuvo su frase “abrazos, no balazos”.
López Obrador ordenó la disolución de la Gendarmería Nacional, pero dio paso a la Guardia Nacional para la seguridad del país. En mayo pasado lanzó un decreto para permitir el regreso de las fuerzas castrenses a las calles.
La vigencia de esto es de cinco años, en lo que la Guardia Nacional desarrolla su estructura.
En 2019, los militares fallecidos por la lucha contra el narcotráfico fueron 19, y de enero de 2020 al 1 de agosto sólo hay cinco elementos fallecidos.
Las Fuerzas Armadas del país continúan en la lucha para la erradicación de enervantes. De acuerdo con su segundo informe de labores de esta administración, tan sólo Fuerza Aérea Mexicana, del 1 de septiembre de 2019 al 31 de julio de 2020 ha realizado 7 mil 98 operaciones.
En tierra se han decomisado 291 mil 423 kilogramos de marihuana, 9 mil 216 de cocaína, mil 500 pastillas de fentanilo, 9 mil 382 armas de fuego…
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