Muñoz Ledo es un lobo con piel de Bertha: Rojas Díaz Durán - LJA Aguascalientes
22/11/2024

  • El aspirante a dirigir Morena acusa que Muñoz Ledo ha perdido reflejos y ahora es “señuelo” del grupo de Bertha Luján. En entrevista, tunde a sus contrincantes y dice de sí mismo: “Yo aprendí con el maestro”.

 

EMEEQUIS/Alejandra Crail

 

“Si fueras a abordar un avión para hacer el viaje más importante de tu vida ¿a qué piloto elegirías?”, pregunta Alejandro Rojas Díaz Durán, el militante de Morena que ha sostenido una larga batalla por convertirse en el presidente del partido que fundó Andrés Manuel López Obrador.

Trae el nombre del partido tatuado en marrón sobre una camisa de rayas azules, en el lado izquierdo del pecho; debajo, su nombre en letras negras. Está a una hora de abordar un vuelo con rumbo a Guadalajara, Jalisco, para promover su candidatura. Es 16 de septiembre y, en referencia al lugar en donde está tomándose una naranjada natural, un restaurante en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, continúa su analogía. 

“¿Te subirás con quien ha volado todos los aviones –es más, vio cómo nacieron los aviones–, fue un gran piloto, pero ya no tiene los reflejos necesarios para lidiar con una crisis de vuelo? ¿O con quien fue copiloto en el 18, le pasaron las riendas del avión pero nunca pudo echarlo a volar? ¿Con el gran administrador que conoce con precisión las rutas, pero no es piloto? ¿O elegirías el joven que acaba de graduarse con honores del Internet, de la hermana república de Twitter, pero nunca ha piloteado un avión?”

Ellos son Porfirio Muñoz Ledo. Yeidckol Polevnsky. Mario Delgado. Gibrán Ramírez. En ese orden, habla de los que considera sus principales rivales en la elección interna de Morena, de los 51 que se registraron ante el Instituto Nacional Electoral (INE) entre el 5 y el 8 de septiembre. Con la mayoría tiene una historia. 

Con Muñoz Ledo inició su carrera política en 1977, fue su secretario privado. Con Polevnsky acumula desencuentros. Con Delgado coincidió en el Partido del Centro Democrático (PCD). Con Gibrán, el menos cercano, comparte profesión, ambos son politólogos.

Pero es la figura de Muñoz Ledo la que más peso tiene para él en la contienda. “Porfirio es mi amigo y lo están utilizando”, dice, sobre la candidatura del político que dirigió el PRI, fundó y dirigió el PRD y que aspiró tres veces a ser candidato presidencial, pero fracasó.


Apenas el 6 de septiembre, sin ninguna intención previa declarada sobre dirigir Morena, Muñoz Ledo –actualmente diputado externo del partido– anunció en redes sociales su candidatura, acompañado de la senadora Citlalli Hernández (candidata a secretaria general), para renovar la dirigencia del partido. 

“Ofrecí trabajar por una candidatura de unidad, honestidad y lealtad a la 4T”, escribió en Twitter. Actualmente es el segundo candidato más fuerte de la contienda, según las encuestas.

–Citlalli Hernández es cercana a Bertha Elena Luján, quien a finales de agosto renunció a la candidatura de Morena. ¿Por qué se bajó Bertha? –se le pregunta a Rojas Díaz Durán.

–Porque no le alcanzaba para ganar una encuesta, el último método que queda para renovar la dirigencia nacional, según determinó el Tribunal Electoral. Pero hicieron algo inteligente: aventaron a Porfirio. 

–Porfirio no es militante.

–No, no es. Es diputado externo, lo registraron por fuera. Tampoco fue fundador de Morena. Para ser presidente del partido tendría que ser militante. Pero Porfirio ya está más allá del bien y el mal. 

–Tiene una historia política muy sólida. 

–Se cuece aparte. Pero ahorita lo está utilizando el grupo de Bertha. Es mi cuate y por eso se lo digo: “Eres el lobo con piel de Bertha”. Lo están poniendo enfrente como señuelo, como escudo, y atrás vienen ellos: Citlalli, Bertha. Los meros radicales que siempre ha combatido, que le desprecian, lo pusieron enfrente. “Te están cafeteando, Porfirio. ¿Qué tal que te mueres? ¿Quién sube? Citlalli”. 

–Tiene 87 años y sigue trabajando activamente.

–Ya no va a poder operar. Porfirio debería ser el presidente de la Fundación de Morena, ahí debe de estar, haciendo pensamiento político, ideología, convocando intelectuales, ayudándonos a hacer planes de gobierno. Desarrollando política pública, formando diplomáticos. Porfirio sería más útil fundando esa área que no existe y que es una propuesta que tengo, que él la presida. 

–¿Qué dice Porfirio de esa propuesta?

–Que no, que él va a ganar. A Porfirio lo aventaron a una aventura, porque sería penoso que perdiera, o sea, están arriesgando hasta su prestigio y lo saben. Hace mucho fue dirigente, pero fue dirigente de dos partidos ya hechos. El PRI no era un partido, era una secretaría de acción electoral que operaba por sí misma. El PRD se nutrió de muchos partidos políticos, ya tenía estructuras, se consolidó y Porfirio ayudó en eso. Pero a Morena hay que construirla desde el inicio. No existe.

 

Las viejas rencillas

Alejandro Rojas lleva más de un año tratando de posicionarse como el favorito para la renovación de la dirigencia nacional, desde que Yeidckol Polevnsky heredó de López Obrador la Presidencia, en espera de un nuevo proceso que ella debía erigir en pro de los cambios internos.

“La cuarta transformación fue como la Revolución. Fue subiendo, ganamos. Luego los radicales cerraron la puerta y no echaron a volar el avión, se quedaron ahí encerrados”, dice Rojas, a modo de análisis, de lo que ocurrió con el partido luego de que en 2018, un partido de recién creación (2014) logró colocar a AMLO en la Presidencia. 

Para Rojas Díaz Durán no fue por miedo, sino como parte de su ideología política que, según él, es centralismo democrático, la corriente que vivió su punto más fuerte en la Unión Soviética de Lenin y que partía de la idea de evitar que la organización pudiera ser infiltrada y desmantelada por la autocracia zarista.

“La izquierda radical piensa que ellos tienen el derecho de que las masas los sigan. Los intelectuales: los Taibo, Ackerman, son de ‘yo digo y tú te callas’. Es una visión autoritaria del poder, ideológica: facciosos, autoritarios y muy antidemocráticos. Está Bertha, los Batres, Citlali, Attolini. Todos ellos. El propio Gibrán”. 

–¿Yeidckol Polevnsky en dónde juega en todo esto? –se le pregunta.

–Me parece que los conversos son más radicales. Como los católicos que se vuelven protestantes y son más radicales. Yeidckol es una empresaria conversa, que cree que es comunista. Pero no tiene idea de qué es eso. El tema es que muchos de los que sí son ideológicos, como Héctor Díaz Polanco, que sí sabe, o Dolores Padierna, quieren adoptar ese modelo para México. Yo no estoy de acuerdo. 

Durante la administración de Polevnsky, quien quedó como secretaria general en funciones de presidente de Morena tras el triunfo de AMLO en 2018, y con Bertha Elena Luján como secretaria general, empezó la disputa de Rojas por el padrón, el cual fue invalidado por el Tribunal Electoral, que obligó a abrir la afiliación que se había mantenido cerrada desde el triunfo y la consolidación de un nuevo padrón.

Entre ese proceso, Yeidckol dejó el cargo y se colocó a Alfonso Ramírez Cuéllar como presidente interino de Morena, el cual tenía como únicas misiones la consolidación de un padrón confiable y arrancar un proceso electoral con el que pudiera renovarse la dirigencia partidista.

–¿Qué pasó en el camino?

–Ramírez Cuéllar trató de hacer pasar por bueno un padrón de 3.5 millones de personas que se sacaron de la nada, no tiene respaldo documental. La visión radical quería tener el control de un movimiento muy importante, el más grande de la historia contemporánea de México, el más grande de América Latina. Dirigir este movimiento es dirigir un organismo muy pesado, muy poderoso. No es cosa menor, además de los recursos: 5 mil millones de pesos al año no caen mal para administrarlos, ¿verdad? 

–Aún no hay padrón confiable. 

–No, pero Morena ya es un movimiento abierto. Con eso ya me doy por bien servido, ya no lo pueden volver a cerrar y eso es importante para el país. Terminando la elección deberá crearse un nuevo padrón y espero aportar a ese proceso.

 

Morena no le ayuda al presidente

La popularidad de Andrés Manuel López Obrador sigue siendo mayoritaria, superior al 50%, sin embargo, el papel que ha jugado Morena el último año parece ensombrecer el triunfo que había anhelado las últimas tres elecciones y, en vez de aportarle solidez y confianza, comienza a mirarse como un partido más, con las mismas viejas costumbres de aquellos a los que las ciudadanía castigó con el voto. 

–¿Qué está fallando en el binomio Morena-AMLO?

–La elección del 18 se ganó porque ofrecimos reconciliar a México, ofrecimos incluir a todos, gobernar para todos, llegamos al poder y se nos olvidó. Morena tiene que volver a colocar en el centro de la política al presidente e incluir las agendas de todos. ¿De qué sirve que nada más gobernemos para los nuestros? Nuestros enemigos no son los fifís, no son los conservadores, no son los neoliberales; son la corrupción, la pobreza, el narcotráfico, la desigualdad, la inseguridad, la violencia contra las mujeres. Y tenemos que unirnos para vencerlos, no para exaltar las diferencias de clases, no nos lleva a ninguna parte, polarizas, no construyes, divides. 

–Pero esto es un discurso que no solamente está dentro de Morena, es un discurso que viene desde el primer mandatario. 

–Sí y hay que extirparlo. Hay que ayudarle al presidente a que también se coloque por encima de las calificaciones y los adjetivos. Él es el jefe de las instituciones, el jefe del Estado mexicano. Ayer (el 15 de septiembre) dio el Grito para todos, no para nosotros nada más. Tiene que volver a llamar a la reconciliación. 

–¿Por qué te interesa la reconciliación, en contraste con otros candidatos o simpatizantes del partido y los discursos divisorios? 

– Eso no le ayuda a México. Yo tengo familiares que son muy ricos, es más, mi propia esposa es de familia de estirpe ¿la voy a estigmatizar o voy a permitir que la estigmaticen a ella o a mis hijos? Ellos no tienen la culpa de que sus familias hayan construido un patrimonio que, además, no se lo robaron. No por eso deben ser calificados como rapaces, eso no es, de que hay algunos, los hay, pero eso le toca a la justicia, no somos jueces. Al presidente se le debe ayudar a recuperar el discurso que lo hizo ganar, si hubiera hecho campaña diciendo fifís, rapaces, no hubiéramos ganado. 

El candidato, además, recuerda la propuesta que realizó el presidente interino de Morena, Ramírez Cuéllar, sobre otorgar facultades constitucionales al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) para que pueda “entrar, sin ningún impedimento legal, a revisar el patrimonio inmobiliario y financiero de todas las personas”, además de tener acceso a las cuentas del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y demás información financiera, con la finalidad de tener un mapa de la distribución de la riqueza en el país.

“AMLO no ganó por esas propuestas, no hubiera ganado si Díaz Polanco hubiera dicho que íbamos a “bolivarizar México” o Taibo hablando de expropiación. Y con lo de ahora, la gente está desencantada”. 

–¿Cómo debe ser el presidente de Morena?

–Debe ser un aliado del presidente, no un subordinado. Hay que apoyar las cosas bien hechas, lo demás criticarlo. 

–Y hay varias cosas criticables…

–Ahorita, por ejemplo, ya los superdelegados, encargados de los programas sociales, creen que van a ser gobernadores. Y sobre los gobernadores, Miguel Barbosa –Puebla–, no puede ser que Morena tenga un gobernador corrupto como este señor. ¿No dijimos que íbamos a ser diferentes?¿Por ser de Morena nos tenemos que perdonar, ser cómplices, ocultar? No tenemos por qué ser tapadera de nadie. Si hay malos gobiernos, como el de Veracruz, con Cuitláhuac García, hay que decirlo. Cuauhtémoc Blanco, en Morelos, es una decepción para la gente. 

–No se ha notado esa diferencia entre lo que quiere ser y los otros partidos.

–Morena es más de lo mismo, es lo que piensan. Con todos los pleitos internos, la gente y su criterio, perdemos. Esto no es un tema personal, es quién va a pilotear el avión donde tú vas. 

 

El vuelo está por despegar

Si el vuelo está por despegar, hay varios candidatos que se colocan como los favoritos –o los más recordables– según las encuestas. Mario Delgado, actual coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, lidera; seguido del también diputado Porfirio Muñoz Ledo, para terminar en un tercer lugar con Yeidckol Polevnsky, cuarto Gibrán Ramírez y, en quinto, Rojas Díaz Durán.

Si Porfirio, por su larga trayectoria, tiene encima los ojos de Rojas, Gibrán Ramírez, el más joven de la contienda, también hace que desprenda comentarios. Según dice, no lo sorprende su promoción como candidato, “es un chavo inteligente” pero, volviendo a la analogía: “Sabe de vuelos, es muy fregón en el simulador, pero nunca ha volado un avión. Nunca ha hecho una campaña, no conoce. Una cosa es que seas brillante, buen conferencista y otra que te metas a la batalla a dirigir y a ganar”. 

De Mario Delgado, el líder de las encuestas, recuerda su paso por el PCD: “Él manejaba los pocos dineros que había y, junto con Marcelo Ebrard, eran nuestros jóvenes”.

–Las encuestas ponen por delante a Mario Delgado (el último sondeo de El Financiero pone al coordinador de Morena en la Cámara de Diputados siete veces por encima de Rojas Díaz Durán en la intención de voto). ¿Qué piensas de estas estimaciones? 

–Construyó su candidatura a través de recursos públicos. A él lo entrevistan y sale en los medios no por ser quién es, sino por lo que representa: representa al Poder Legislativo, la Cámara de Diputados. Yo no tengo esa posibilidad, renuncié a mi cargo. Hace año y medio renuncié a ser coordinador de asesores del Senado. Me pude haber quedado ahí, utilizar el Senado de la República y usar las relaciones, la plataforma para dar conferencias y desde el poder del Senado presentarme como candidato de Morena. 

–En tu caso, siempre se te ligó a Ricardo Monreal. Fuiste su asesor durante mucho tiempo, en el Senado eras su suplente. 

–Le dije a Ricardo Monreal, que es mi amigo: ni te metas ni me apoyes. Dicen que apoya a Mario, qué bueno que lo apoye, porque eso confirma que nunca me dio dinero, que yo solito hice lo que soy. Así a donde llegue será con mérito propio. 

–Y si el vuelo está por despegar… ¿Qué clase de piloto eres? 

–Tengo experiencia, aprendí con el maestro, tengo horas de vuelo y le he enseñado a estos que hoy quieren volar, como a Mario Delgado.

Respecto al método de selección, en el que habrá paridad de género, el INE informó que este 22 de septiembre dará inicio la encuesta de reconocimiento del proceso electivo de la Presidencia y la Secretaría General de Morena y concluirá el 28 de este mes. A más tardar el 1 de octubre se dará el resultado de esta fase. 

El objetivo es identificar a los tres punteros por género en cada caso (seis candidatos para cada puesto). La encuesta abierta se realizará del 2 al 8 de octubre y el resultado se dará a conocer el 10 de ese mes. 

 

@AleCrail

 


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