Gracias a las redes sociales, ahora es más sencillo el hacer denuncias sobre el maltrato animal, así como el ver ofertas y adopción de mascotas además de algún u otro acto heroico derivado del rescate de un peludito, como el ocurrido en días pasados donde miembros de protección civil a rappel bajaron por un par de cachorros que habían caído en una fosa.
Sí, las redes sociales apoyan el buen trato de los animales gracias a las denuncias ciudadanas, sin embargo, el problema es el mismo, adquieren a una mascota y al poco tiempo la quieren fuera de casa o sufren maltrato sin que en ocasiones puedan ser rescatados para colocarse en un nuevo hogar. Recordemos que el maltrato no son únicamente los golpes, sino que los animalitos puedan disfrutar de alimento, techo y limpieza.
Las mascotas se convierten en parte de nuestra familia, no son humanos, pero están con nosotros todo el tiempo (mucho más ahora con el teletrabajo) leen, ven televisión y hacen ejercicio con nosotros, inclusive algunos viajan en auto o avión por todo el mundo, acompañando a sus amos.
Son esos amigos que están con nosotros en las buenas y las malas y que además nunca nos juzgan y siempre, siempre están ahí “de buen humor”.
Reconozcamos, quienes toda la vida hemos tenido mascotas, que son la sal y la pimienta de la vida familiar y que muchas anécdotas no serían tan graciosas si ellos no hubiesen estado con nosotros.
Una mascota puede ayudarnos a formarnos, con una buena dirección y perseverancia durante nuestra infancia nos enseñan a ser responsables: el alimentarlos, bañarlos, limpiarlos, jugar con ellos y llevarlos a pasear forjan un lazo que nos permite ser tolerantes, respetuosos y empáticos mientras nos divertimos y los disfrutamos.
El reloj biológico de las mascotas nos ayuda a establecer rutinas y hábitos, como caminar todos los días o levantarnos temprano por lo que nos motivan a movernos y a que los más pequeños de la casa tengan una actividad continua gracias a ellos.
Muchos deportistas tienen perros como compañeros de rutina, recorren grandes distancias acompañados de sus peludos amigos, motivándose mutuamente.
Las mascotas son parte de nuestra vida, pero la responsabilidad hace que dejen de ser con el tiempo atractivos para sus dueños.
Muchas personas no tienen paciencia o habilidad para entrenarlos, por lo que cuando se convierten en “un problema” deciden regalarlos, sacarlos a la calle o sacrificarlos.
La limpieza y la falta de entrenamiento son dos de los factores más recurrentes por los que las mascotas pierden su hogar. El entrenamiento es básico para que la casa esté limpia y se mantenga el orden en general, que no tiren objetos, que los juguetes no estén regados por toda la casa, que no roben la comida de los platos, no se suban a la mesa y no brinquen. La solución a todos estos inconvenientes no son los golpes ni el aislamiento sino el establecer una rutina de entrenamiento que se realizará durante algunas semanas todos los días, es una inversión de tiempo y en ocasiones de dinero, pero vale la pena para no sufrir durante años y, sobre todo, para conservarlos, pues, como sabemos, son los principales factores por los que son desechados de los hogares.
El entrenamiento no es como los tutoriales en la televisión, nuestras mascotas nos conocen bien y tratarán de manipularnos por lo que tenemos que ser fuertes y no ceder ante sus ojos de ternura para poder educarlos según nuestras necesidades o propósitos.
El plan B es tener la ayuda de un profesional que acude a su casa y le deja asignaciones que usted debe de acatar para que su mascota se comporte. ¿Es costoso? Bueno, eso en realidad depende de cuanto se aplique usted en la tarea para que tenga una mascota de 10.
Muchos optan por dejar en las escuelas de entrenamiento a sus mascotas, pero al volver a casa vuelven a comportarse como antes en unos pocos días, esto sucede porque el dueño no cambió de hábitos.
Nos preguntamos en ocasiones si es mejor adoptar o comprar una mascota, y no por la raza sino por la edad, nos da miedo tener un gato adulto que no podrá acoplarse a la familia o un perro que se roba la comida, sin pensar que son sólo hábitos y se pueden cambiar.
Si la pureza de la raza no es un problema entonces podemos tener un corazón abierto para adoptar, siempre y cuando tengamos la certeza de que desarrollaremos las habilidades para ser guía y entrenar a nuestro nuevo miembro de la familia.
Adoptar es romper el paradigma de que no quisieron a la mascota porque tiene algunas mañas y también coadyuva a terminar con el tráfico de mascotas y la sobre reproducción.
Si está decidido a tener un animal de compañía en casa, dese una vuelta por un refugio, quizá tenga un golpe de suerte y se enamore de su nuevo integrante de la familia y si lo hace por redes sociales, tenga mucho cuidado, pues algunos se dedican a traficar con mascotas en adopción y cobran una cuota como si fueran asociación.
Una mascota es una relación muy larga a quien se le pueden adjudicar las mismas obligaciones morales que en el matrimonio, continuarán con nosotros en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe.
Si usted tiene un pequeño espacio en casa y un buen corazón adopte a un peludo, mire que, aunque en algunos momentos nos vuelven locos, la vida con ellos es mejor y los refugios están llenos de seres que desean dar compañía y tener un poco de atención.
Laus Deo
@paulanajber