Existen planteamientos que no es común cuestionarnos, con los que crecemos y que simplemente aceptamos como realidad, impactando nuestras reacciones ante esta. Sin embargo, cuando conocemos su historia, su propósito original, puede a llegar a ser causa de confrontación. Esto me llevaría a preguntarme ¿Por qué los peatones tienen que cruzar por las esquinas? Aunque parezca una simpleza, la historia es algo develadora.
Vayamos a los inicios del siglo XX en los Estados Unidos, cuando las calles de sus ciudades, al igual que en el resto del mundo, eran verdaderos espacios públicos. En estas calles convivían peatones, carruajes, bicicletas y tranvías. Las personas paseaban, compraban, convivían, los niños jugaban, todo de la misma manera que sucede en cualquier plaza. Los novedosos automóviles con trabajos se hacían de paso entre las multitudes, más que un vehículo para el transporte era uno de ocio. Sin embargo, esto no les agradaba a los magnates de la industria automotriz, sus potentes autos solo eran comprados para los paseos de la burguesía, si querían aumentar sus ventas tendrían que aprovechar las mayores velocidades que los motores permitían. Pero esto era imposible de lograr entre todos los usuarios de las calles, ya que cruzaban constantemente sin preocupación, obligando a los autos a circular lentamente.
Algo habría que cambiar, así que se embarcaron en un esfuerzo político y mediático para transformar las calles de manera en la cual sus autos se pudieran vender. Así que con el uso de su influencia y recursos fueron influenciando reformas políticas, buscando restringir la manera en la cual las personas utilizaban las calles, entre estas, obligando a cruzar solo en las esquinas. El esfuerzo también se llevo en los medios, popularizando el término jaywalker para referirse despectivamente a las personas que cruzaban la calle por en medio. Y con mucho esfuerzo y conflicto, poco a poco se fue criminalizando la manera en la que las calles se habían usado hasta el momento. Y esto, sumado a la gran influencia global que han tenido los Estados Unidos desde el silgo XX nos llevaría a explicar un poco como sucede lo mismo en México.
Sin embargo, también hay que hacer una nota. El espacio público y la ciudad no son entes estáticos, cambian junto con la sociedad que la habita. Así que un nuevo modo de transporte, como el auto, podría incluirse en el diseño de la urbe. Solo que se debería buscar integrarlo, no implantarlo a costa de los otros medios de transporte o del tejido social de la ciudad. Y justo este es el problema, en muchas calles pedirles a los peatones que crucen en las esquinas sería negar la interacción que hay entre ambas fachadas de la vía, sería como poner un muro o zanja en el codo y tener que desplazarse a una intersección para cruzar a otro lado, no tendría sentido.
Pero claro, cada caso es distinto, es muy probable que en una avenida el mismo ancho de la vialidad haga difícil la comunicación de lado a lado, mismo que como había mencionado es fácil que suceda en una calle más angosta. Esto me llevaría a concluir que algunas calles, podrían ser adecuadas para que los peatones crucen por la mitad, mismas que tampoco deberían de ser conflictivas, pues serían en aquellas que los autos deberían de circular a una baja velocidad. No es sorprendente que esto sea común en las ciudades más vivibles del mundo.
Como antes mencionaba, las avenidas tienen condiciones muy distintas. En esta deberíamos de buscar que existan cruces seguros en cada intersección. En caso de que ladistancia entre intersecciones sea muy larga, se debería de buscar un cruce semaforizado ubicado de manera estratégica. Hay también que tener en mente la importancia de los ciclos de los semáforos peatonales, asegurándose que todos los usuarios puedan cruzar con seguridad y sin estrés, algo principalmente presente en las personas de la tercera edad o con alguna discapacidad. Los puentes peatonales no son una alternativa a un crucero seguro a nivel, si lo fueran no se tendrían que colocar rejas debajo de estos. Cuando esto no es así y no existen cruces constantes, es común que las avenidas se conviertan en bordes urbanos y vacías de vida.
La invitación es esta, a reflexionar sobre los porqués, sobre la validez del cruce por las esquinas y si este realmente representa una mejora para la sociedad o si simplemente engorda las billeteras de los inversionistas de la industria automotriz. Probablemente tengamos que hacer cambios, de manera en la que recuperemos la calle como espacio público y la naturaleza humana de la ciudad.
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