- Irinea Buendía Cortés logró sentencia histórica de la SCJN tras feminicidio de su hija
- La sentencia Mariana Lima Buendía se considera el ABC para lograr acreditar un feminicidio
Además de la injusticia que significa que, a una madre, a un padre, le haya sido arrebatada la vida de una hija de la forma más violenta, está además lo injusto de abandonar su apacible rutina para dedicar 10 años de su vida en la búsqueda de justicia, a pesar de saber que una vez que lo logren nadie se la devolverá, pero tal vez será posible allanar el camino a otras personas en su lucha.
Irinea Buendía Cortés, madre de Mariana Lima Buendía, asesinada en el 2010, tuvo que enfrentar una serie de omisiones y negligencias que denuncio por parte de las autoridades que insistían en tratar el caso de su hija, primero como un suicidio y luego de ser señalado como feminicidio, lucho hasta lograr que la Suprema Corte de Justicia de la Nación mandata a la Procuraduría del Estado de México que el caso debía investigarse con perspectiva de género, tras lo cual se detectaron 56 irregularidades y a pesar de ello, a la fecha, no hay una sentencia para el presunto feminicida.
“¡Ahora se enojan porque quemamos, aunque yo no lo haya hecho me asumo como feminista, porque destrozamos, porque pintamos y vamos a seguir untas, no vamos a permitir que la dignidad de nuestras hijas la sigan pisoteando, ni la nuestra como madres de víctimas, ni nuestra inteligencia, porque el señor López Obrador nos falta al respecto cuando dice que nosotras no sufrimos violencia!, exclamó la defensora de los derechos humanos.
La madre de Mariana reconoce que el feminicidio de su hija se investiga conforme a derecho gracias a la intervención de la SCJN, al dar un fallo histórico el 25 de marzo del 2015, pero reconoce que no en todos los casos las víctimas logran el debido proceso, aunque la sentencia ayuda a todas a que así sea.
Actualmente la sentencia Mariana Lima Buendía se considera el ABC para llevar una investigación de una muerte violenta de mujeres para poder acreditar un feminicidio, al señalar como primer efecto que las investigaciones deberán desarrollarse con perspectiva de género y debida diligencia la muerte violenta; el segundo efecto es sancionar a los servidores públicos que incurrieron en irregularidades, negligencias y omisiones con el objetivo de obstruir a la justicia; el tercer efecto es reparar el daño realizado por las autoridades e impulsar un cambio a partir de las adopciones de medidas progresivas específicas para modificar patrones culturales como capacitación al personal de administración de justicia.
Desde el punto de vista de la ahora activista defensora de los Derechos Humanos, a pesar de la sentencia las autoridades continúan siendo omisas porque no hay voluntad política y ni quién les diga o explique cómo se investiga con perspectiva de género las muertes violentas de mujeres y así indiciar una carpeta de investigación bien fundamentada: “No podemos permitir que si nosotras conocemos la verdad y sabemos que nuestras hijas fueron asesinadas, permitamos que cualquier autoridad quiera decir que fue un homicidio, porque hay diferencias. No voy a decir que todas las muertes violentas de mujeres son feminicidios, mal haría yo, pero si se acredita con una investigación con perspectiva de género y se acredita el feminicidio, no podemos permitir que pongan lo que les de su gana solo, nada más por no poder trabajar, y eso es lo que las autoridades hacer”.
Consideró que por eso nos otorgaron ese amparo, porque fue posible denunciar todas las omisiones y negligencias que obstruyeron la justicia y ordenan a la autoridad investigativa que remuevan todos los actos que persistieron en la averiguación previa y se utiliza todos los medios a su alcance para completar el caso por parte del Ministerio Público para esclarecer la muerte violenta de Mariana y sancionar a quien sea responsable. La activista denunció directamente al esposo de su hija como el posible feminicida, quien además la hizo víctima de todos los tipos de violencia.
“¡Por eso nosotras nos enojamos, y claro que debemos enojarnos desde nuestra digna rabia, es legítima! ¡A mí sí me molesta, me enoja demasiado, porque todas nuestras hijas, no solo a la mía, les arrebataron su proyecto de vida, les quitaron la vida, eran jóvenes! Es algo que duele hasta la médula, hasta el tuétano, es un dolor que nunca se nos va a quitar, pero solo lo podemos entender quiénes hemos parido a una hija, porque nos arrebataron parte de nuestra vida”, exclamó Irinea Buendía.
La activista Irinea Buendía participó en el conversatorio que semanalmente realiza el Colectivo Nosotras Tenemos Otros Datos en Facebook.