La Imitación fue uno de los primeros periódicos en difundir la literatura local y así promover la ilustración de la población. En él aparecieron los primeros escritos de muchos de los considerados primeros literatos de Aguascalientes y surgió a la par de otros periódicos que tuvieron como objetivos el mismo, la difusión de la literatura en el proyecto ilustrado planteado por Jesús Terán Peredo y secundado por José María Chávez. Fue, además, uno de los periódicos y proyectos editoriales que motivaron a Chávez a promover la introducción de elementos ornamentales en las publicaciones periódicas para acompañar textos.
Su nombre completo era La Imitación. Periódico de literatura, bellas letras y artes, surgió en el mismo año que se publicó El Crepúsculo. Periódico literario, filosófico y humanista, órgano de difusión del Instituto Literario de Aguascalientes y del cual sólo conocemos referencias a través de Agustín R. González y que puede ser confundido con el semanario editado por Esteban Ávila en 1861. Con ambos periódicos se fundó la edición de la literatura en Aguascalientes como parte del proyecto educativo de Terán. De El Crepúsculo es difícil hablar ya que no conocemos más información sobre él.
La Imitación fue un semanario en el cual publicó la primera generación de poetas y escritores hidrocálidos: Pablo M. Ogazón, M. Piña, J.M. Valdeña, Carlos Fragoso, Esteban Ávila, y Antonio Cornejo, quien se convirtió en uno de los más cercanos colaboradores de José María Chávez. También se reprodujeron poemas y escritos de autores españoles como José Zorrilla y Fernán Caballero, así como de otros mexicanos como Fernando Calderón.
La edición fue, en palabras de Francsico Antúnez, parecida a Presente amistoso dedicado a las señoritas mexicanas de Ignacio Cumplido, por el cuidado de la misma, pero también por el uso de ilustraciones. Ignacio Cumplido fue uno de los impresores más reconocidos en el país durante largo tiempo entre la primera y segunda mitad del siglo XIX. Introductor de innovaciones mecánicas, tecnológicas, visuales y temáticas, se convirtió en el ejemplo a seguir y emular por muchos de los impresores de la provincia mexicana, pero también, a superar, motivó una creciente competencia en la capital mexicana. Fue, sin duda, el impresor-editor modelo del México decimonónico.
Influído por las ediciones mexicanas más reconocidas, Chávez deseó publicar y editar su periódico con mayor cantidad de imágenes, imitando a las revistas ilustradas de la ciudad de México de la primera mitad del siglo XIX.
Al abordar el costumbrismo y la litografía en México en el siglo XIX, Sonia Pérez Toledo hace hincapié en la importancia de la relación entre litografía y edición, y en cómo la primera fue preferida por los editores respecto al grabado en madera y metal “debido a sus cualidades plásticas”. Cuando Antúnez notó la similitud entre La Imitación de Chávez y Presente amistoso de Cumplido, nos dio la primera pista para identificar el trabajo de Chávez en un periodo transitorio entre la ornamentación tipográfica, el grabado y la introducción de la litografía. El deseo por hacer más atractivas sus publicaciones, como lo era en esos años en las de Cumplido, es evidente en La Imitación. Es por ello que en este semanario, podemos observar novedades: primero, se hizo más palpable el uso de la imagen a través de grabados de distintos tamaños, acompañando y dando fuerza expresiva al texto literario, y, segundo, recurrió al uso del color en las portadas.
Era evidente que Chávez quería mejorar la calidad de sus publicaciones, hacerlas más atractivas y, así, lograr una mayor difusión de la lectura, pero con los medios con que contaba. Al carecer de prensa litográfica, incrementó el uso de las imágenes en grabado, donde, además, incluyó ornamentos y viñetas. Un ejemplo de esto fue la publicación de la primera novela por entregas, “Angela y Ricardo”, obra inédita del artesano, tipógrafo, escritor y periodista Antonio Cornejo, publicada en tres entregas.
El caso de “Ángela y Ricardo”, es parte del fenómeno latinoamericano que busca en esta primera literatura los primeros rasgos de su propia identidad en el marco general de la literatura europea. Si bien no fue publicada como literatura de folletín, sí fue publicada por entregas, al estilo de los primeros impresos mexicanos inmediatos a la independencia. La novela fue publicada en cuatro capítulos a lo largo de tres entregas semanales.
A la par, en el mismo año y periódico, se publicaron poemas de amor, reflexiones en torno al arte y la lectura, dramas y reflexiones filosóficas. Todo en una misma estructura de texto dividido en dos columnas, adornado con orlas, sellos y, en algunos casos, con impresiones.
El periódico sólo fue publicado a lo largo de 1850 pero la importancia en el ámbito de la difusión de la literatura en Aguascalientes es fundamental, además, de la visual y dio el banderazo de salida para una serie de publicaciones literarias hechas por José María Chávez al aventurarse a editar libros de literatura europea y libros ilustrados para niños
Las otras tres novelas que publicó fueron Los misterios del pueblo (1851), de Eugenio Sue, Ángel Pitou: novela histórica (1852), de Alejandro Dumas y, nueve años después, El judío errante (1861), también de Sue. De alguna manera, las cuatro novelas responden, sumando Ángela y Ricardo, tanto temática como formalmente, a un perfil constitutivo de la literatura mexicana, en palabras de José Joaquín Blanco: “con la poesía romántica, los cuadros de costumbres y la novela de folletín se perfila la nueva literatura mexicana de mediados del siglo XIX…”, nutrida de autores extranjeros.
La imitación fue un periódico que significó para la historia del libro en Aguascalientes un eje importante en su desarrollo, porque en él se introdujo la edición de la literatura local y la imagen para acompañar textos, pero también porque después de él, el cada vez más decidido impresor y editor José María Chávez, se aventuró a publicar libros de literatura, los primero hechos en Aguascalientes hasta entonces.