El reportaje presentado por Carlos Loret de Mola sobre la entrega de dinero al hermano del presidente, Pío López Obrador, por parte de David León Romero, es devastador, pone en entredicho la honradez de uno de los funcionarios al que el Gobierno Federal más había presumido; es un golpe fulminante al discurso de lucha contra la corrupción; engorda el discurso a los adversarios de la Cuarta Transformación y sirve para que aquellos a quienes el presidente ha señalado como enemigos (perdonados y todo) se mofen de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, sostengo que por más que se difunda la investigación del periodista, no hará mella a la investidura presidencial y, por la reacción inmediata de la oposición, el presidente saldrá bien librado de esta situación, en demérito de la vida democrática del país y la necesaria rendición de cuentas y transparencia de las instituciones.
David León Romero, quien había sido nombrado al frente de la empresa Distribución y Abasto de Medicamentos, Vacunas y Equipos Médicos, que supuestamente se iba a encargar de acabar con el problema de desabasto en el sector salud, será la pieza a sacrificar por el gobierno, desde ayer mismo, el funcionario validó la autenticidad de las grabaciones, declaró que sí había entregado dinero al hermano del presidente para apoyar a Morena, recolectando “recursos entre conocidos para la realización de asambleas y otras actividades”, además anunció que no tomaría protesta como integrante del equipo de la Secretaría de Salud; su cabeza rodará porque Carlos Loret de Mola indicó que esos videos fueron grabados por el propio David León Romero, y esa es alta traición a la confianza de López Obrador, es difícil encontrar una justificación para cometer esa imprudencia, pues se supone que ellos, los de la Cuarta Transformación, no son iguales a los de antes, a los que Emilio Lozoya tenía que grabar para que se viera cómo lo obligaban a corromperse.
Ahí quedará, aseguro, porque es un caso similar a la grabación de René Bejarano amarrando con ligas los fajos de billetes, hoy, quien fuera secretario particular de López Obrador sigue en la arena política, trabajando para Morena desde afuera y sirviendo a los intereses del presidente, quien ganó las elecciones a pesar de los escándalos en que estuvieron involucrados los de su círculo íntimo.
Lo anterior desde la Cuarta Transformación, unos cuantos puntos de descenso en la popularidad y ya; lo más grave me parece la respuesta de la oposición, quienes de inmediato calificaron al reportaje como la respuesta de Carlos Loret de Mola, como el contraataque de los adversarios al discurso opaco y reiterativo de López Obrador.
En el mundo sin matices desde el que la oposición no logra conformarse para proponer salidas a las crisis provocadas por el gobierno de cuarta, se considera la difusión del video como una respuesta a las acusaciones de Emilio Lozoya. El expresidente Felipe Calderón escribió en un tuit “Dime de qué presumes, y te diré de qué careces”, en relación con la entrega de dinero a Pío López Obrador y con ello marca la narrativa con que será discutido este acto de corrupción: también los de la Cuarta Transformación son corruptos.
Lo que muestra el recibo de dinero por parte de Pío López Obrador o la facilidad con que Emilio Lozoya acusa a 17 personas en actos de corrupción es que el sistema está diseñado de tal manera que nadie puede escapar a la perversión y la avaricia; la búsqueda de justicia, la rendición de cuentas, se debería enfocar no a cortar cabezas, a sacrificar chivos expiatorios, sino a la sanación del sistema político mexicano. Mantener el discurso lopezportillista de la corrupción somos todos nos deja, como país, indefensos ante los poderes fácticos que mecen la cuna, relegan de su responsabilidad a las instituciones y nos dejan indefensos como ciudadanos, víctimas de un poder superior que todo lo corrompe.
Coda. En casa del jabonero, el que no cae, resbala, o como describió Jorge Ibargüengoitia en un artículo incluido en Instrucciones para vivir en México y escrito hace medio siglo en las páginas de Excélsior: “¿Qué es lo que piensa la gente del sistema político en que vivimos? Lo mismo que pensaba hace seis o hace 46 años: Que el poder corrompe y que el que se mete en la política acaba corrompido”.
@aldan