- Mientras se mantenga la dualidad “formal/informal” habrá millones de trabajadores sin protección social y sin derechos laborales
- La exclusión es más aguda entre quienes trabajan por su cuenta: 99% no tienen seguridad social. 75% de ellos, no tiene ingreso suficiente
- El Observatorio de Trabajo Digno muestra los datos que revelan la profundidad de la exclusión en el mercado laboral del país
Sin duda una reforma al sistema de pensiones es urgente y necesaria. La reducción a las semanas de cotización y el incremento del monto de la pensión garantizada son medidas indispensables y urgentes. Sin embargo, esta reforma resulta insuficiente, pues deja fuera a la mayoría de la población que, pese a estar trabajando carece de seguridad social y, por tanto, no cotiza en las Afores ni tendrá derecho a jubilación en este nuevo sistema de pensiones.
El problema no es menor. La mayoría de las personas que trabajan están excluidas. Aún antes de la pandemia del Covid-19, el 60% de la población económicamente activa carecía de afiliación a la seguridad social y al sistema de ahorro para el retiro (SAR). Además, también quedan fuera del sistema de pensiones quienes están desempleados, así como millones de mujeres que realizan trabajos no remunerados de cuidados y domésticos, pero no tienen participación laboral.
Al dar a conocer los resultados del 6o reporte del Observatorio de Trabajo Digno, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, evidenció la magnitud de la exclusión que es producida por la dualidad formal/informal que estructura el sistema laboral en México. Además de la carencia de seguridad social que constituye la “marca distintiva” de un sistema laboral excluyente, los datos muestran que la mayoría trabaja sin ingreso suficiente para cubrir el costo de dos canastas básicas, es decir, para mantenerse a sí mismas y a otra persona más. Y entre quienes tienen un empleo asalariado y subordinado, la mayoría carece de contratación estable y de organización sindical para la defensa y negociación colectiva. “Tenemos un sistema laboral excluyente que produce pobreza y desigualdad” afirma Frente a la Pobreza.
“El reto es que la dualidad formal/informal que excluye a la mayoría no se va a resolver con esta reforma al sistema de pensiones. Por el contrario, las tendencias del mundo del trabajo van en sentido opuesto. Muchos de los nuevos trabajos, ya no están basados en la relación obrero-patronal tradicional, sino en plataformas tecnológicas y en diversas formas de “trabajo independiente”. Esta tendencia global implica en la práctica trabajar sin seguridad social, sin prestaciones y sin afiliación sindical”, explicó Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
“Para la mayoría de las personas jóvenes y también para las mujeres, un trabajo con flexibilidad de horario o que permite trabajar al menos unas horas desde casa, es mucho más valorado. Las prestaciones de ley, la seguridad social o el ahorro para el retiro, están fuera del horizonte mental pero también de ser una posibilidad real para millones de personas, especialmente para jóvenes”, añade María Ayala, responsable del Observatorio de Trabajo Digno de Frente a la Pobreza.
La dualidad formal/informal produce también otro tipo de problemas igual de graves como lo ha mostrado la pandemia del Covid-19, pues el acceso a servicios de salud depende del trabajo. “Esta emergencia sanitaria es buen momento para asumir cabalmente que la salud es un derecho humano, y que por tanto no puede seguir amarrada al contrato laboral como si fuera una prestación, porque hay millones de personas que trabajan y carecen de seguridad social, urge romper esa cadena y crear un sistema de salud universal, sin segregación”, añade Gómez Hermosillo.
La recuperación económica a la que aspiramos debe enfrentar estos retos. Es buena noticia que los organismos empresariales hayan promovido esta reforma, y que estén dispuestos a incrementar sus aportaciones para las pensiones. Esto demuestra que la colaboración y el acuerdo con participación de los actores sociales es el mejor camino.
Sin embargo, el incremento de la carga de aportaciones también puede complicar la generación de nuevos empleos y la recuperación de los millones de trabajos perdidos en esta pandemia. Una solución de fondo, que permita a la vez promover la creación de empleos y garantizar servicios de salud y protección social a todas las personas, sería romper el cordón umbilical entre salud y trabajo, como un primer paso para construir el primer pilar de un sistema universal de protección social.
Según el nuevo reporte del Observatorio de Trabajo Digno, con datos correspondientes a inicio de 2020 (1er trimestre), antes del Covid-19, millones de personas en México trabajan excluidas del sistema de pensiones y del sistema de salud, sin protección social ni derechos laborales:
*El 62% de quienes trabajan carecen de seguridad social. Son 34.2 millones de personas.
*El 99.9% de quienes trabajan “por su cuenta” carecen de seguridad social. Son 12.4 millones de personas.
*También el 42% de quienes tienen empleo asalariado carecen de seguridad social. Son 15.1 millones de personas.
También es relevante saber que:
*3⁄4 de quienes trabajan por su cuenta (74%) carecen de ingreso suficiente para comprar 2 canastas básicas (mantenerse a sí mismos y a una persona más). Son 8.2 millones de personas.
*Más de la mitad de quienes tienen empleo asalariado (56%) carecen de ingreso suficiente. Son 18.1 millones de personas.
*La mitad de quienes tienen empleo asalariado (53%) carecen de contratación estable. Y están sujetas a despidos injustificados, como sucedió cuando llegó la pandemia. Eran 18.9 millones de personas.
*El 87% de quienes tienen empleo asalariado carecen de organización sindical, para su defensa y negociación colectiva.
Los datos completos del 6o reporte sobre las condiciones de trabajo y otros indicadores como desempleo, subocupación y jornadas excesivas de trabajo forman parte de la nueva visualización del Observatorio de Trabajo Digno de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza disponible en www.frentealapobreza.mx a partir del martes 28 de julio. Acción Ciudadana Frente a la Pobreza recalcó que todos los indicadores del Observatorio tienen como fuente los datos oficiales del Inegi, en particular de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Acción Ciudadana Frente a la Pobreza