- Las denuncias de corrupción contra la exvelocista sólo han logrado fortalecer su temple de acero. Hasta anda bromista y con planes. En los próximos días se verá si la Función Pública toma en serio las viejas y las nuevas imputaciones
EMEEQUIS
Ahora que volvió la actividad al Congreso de la Unión por el periodo extraordinario de sesiones, una de las especies que se comentó con profusión en pasillos legislativos, es que Ana Gabriela Guevara, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), gana cada vez más fans entre las huestes de la 4T. Le admiran sus nervios de acero, su fortaleza de ánimo y su capacidad de autocontención.
Porque quizá haya funcionarios a quienes torturarían los nervios si la entidad fiscalizadora del gobierno los investigara por daño patrimonial a la Hacienda pública por 50 millones de pesos. Otros, tal vez sentirían la dignidad disminuida si la institución que dirigen otorga contratos a empresas instantáneas, fundadas por sus propios colaboradores, y la prensa lo comprueba y lo publica.
Y de plano hay muy pocos servidores públicos que guardarían la calma si un comando abre fuego contra un empresario que lo acusó de pedir “moche” a cambio de un contrato. Peor aún, si el comando es presuntamente encabezado por la amiga de dicho servidor, y fungió como intermediaria para pedir la extorsión.
Pero a la exvelocista sonorense, que ha tenido que pasar por todo ello, no le mete nervios ni el coronavirus sin cubrebocas. O como ella misma dice, “no se pandea”. De hecho, nos comentan, Ana Gabriela anda como alumna adelantada de un curso de neurolingüística; se le ve muy sonriente, y hasta se ha puesto dicharachera.
Lady 15%
Los que sí sintieron pasos en la azotea fueron Jesús Chaín y Rafael Sánchez Cano, socio y apoderado, respectivamente, de Cocinas Industriales Multifuncionales de Calidad (CIMCSA) cuando, el pasado 6 de junio, fueron atacados por un comando de 18 sicarios que viajaban en cinco vehículos, y en uno de los cuales identificaron a Armida Ramírez Corral.
Ramírez Corral, exalcaldesa priista de Xalapa (2004) es “amiguis” de Ana Gabriela. Ambas fueron denunciadas en 2019 por los empresarios. Estos concursaban en la licitación de contrato por suministro de alimentos a la Conade con valor de 16.5 millones de pesos.
De acuerdo con las denuncias –son dos–, Armida contactó a Carlos Donaciano Solórzano Pineda, representante legal de la compañía en la primavera de 2019. La intermediaria se ostentó como colaboradora de Guevara y ofreció a Solórzano la asignación del contrato a su compañía “a cambio de una buena mochada” de 150 mil pesos.
Según el empresario, la intermediaria organizó dos reuniones con él, una de ellas en el restaurante Los Naranjos del Hotel Sevilla Palace, a las que asistieron Guevara y Sergio Monroy Collado, subdirector general de Conade. La licitación original fue declarada desierta, pero se repuso el procedimiento y se asignó efectivamente a CIMSA. Fue entonces cuando Guevara y Monroy condicionaron la vigencia del contrato a la entrega del 15% de su valor, en entregas mensuales. Entonces los dueños de la compañía denunciaron.
Después se vino el ataque, en el que 18 sicarios abrieron fuego contra el vehículo de un socio del apoderado de la empresa. El auto blindado les salvó la vida. Fue entonces que los empresarios demandaron formalmente a Guevara y compañía.
Ana Gabriela, sin embargo, salió muy contenta a dar entrevistas por esos días, con sesiones de fotos y toda la cosa. Declaró con una sonrisa a flor de labios que las demandas no la inquietaban, porque todas las acusaciones eran mentiras. Luego dijo muy confiada que había que esperar. Fue cuando lanzó su frase ranchera: “A las yeguas no se les monta antes de tiempo porque se pandean”.
¿Yegua pandeada?
Pero el 30 de junio, Jesús Chaín y Rafael Sánchez Cano, de CIMCSA, denunciaron a la prensa que un funcionario de la Conade los contactó por WhatsApp para ofrecerles dinero a cambio de que retiraran la denuncia contra Ana Guevara y Armida Ramírez Corral.
“Nos ofrecieron 10 millones de pesos para que ya no sigamos. No hay precio. Nosotros no hicimos esto (la denuncia) por dinero ni por fama”.
Aclararon que no daban el nombre del servidor público que les ofreció el soborno porque sería violatorio del proceso judicial.
El hecho es que la historia de los moches del 15% ha crecido en complejidad y estridencia. Y de hecho, los expedientes que cuestionan la integridad de la gestión de Ana Gabriela pesan tanto que ahí sí podrían estar ya pandeando el archivero.
Lo peor es que, de un modo u otro, los expedientes se siguen acumulando. Fuentes cercanas a la propia Conade confirman a EMEEQUIS que muy pronto saldrán a la luz nuevas historias de corrupción en ese organismo, que ya recibieron entrada en la Secretaría de la Función Pública que conduce Irma Eréndira Sandoval. Aunque manifiestan los informantes que no saben si eso será causa de preocupación, o un alivio para Ana.
Uno de los detalles más agrios es que algunos legisladores de filias distintas al morenismo, se andan queje y queje de que la titular de la Conade ignora, ahora sí que olímpicamente, los llamados de las comisiones del Deporte en ambas cámaras, y en especial la de la Cámara de Diputados, para que comparezca por los desvíos en el Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento, y por el resto de prendas que tiene la exatleta en su tendedero.
Como sea, los fans de Ana Gabriela adoran su papel de defensora de la 4T, es decir, del gobierno de Morena, y se sienten cada vez más entusiasmados con la idea de que la medallista olímpica salga corriendo lo más pronto posible por un nuevo galardón: la candidatura de la esperanza al gobierno de Sonora.
@emeequis