“Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas” Sun Tzu.
El ser humano siempre se ha caracterizado por utilizar palancas, y aquí el término de “palanca” se refiere principalmente a tomar un apoyo que pueda proporcionar un avance o conseguir algo deseado. El arte de la oratoria y de la retórica muestran el uso de la lógica y la elocuencia para poder convencer a una o a muchas personas, independientemente de que si lo que se dice es cierto. Esto es un aspecto de suma importancia, aún más en la política. En la ante sala de las elecciones 2021, los partidos políticos y todas las expresiones políticas deben poner atención total en la estrategia digital.
El marketing político es el “conjunto de técnicas de investigación, planificación, gestión y comunicación que se utilizan en el diseño y ejecución de acciones estratégicas y tácticas a lo largo de una campaña política, sea ésta electoral o de difusión institucional (CASTILLO, 2009). Esta definición abarca a grandes rasgos y de manera sintetizada, lo que el marketing político es en este mundo contemporáneo.
Según el Dr. Luis Costa Bonino, el marketing político es un método para hacer buenas campañas. Sus componentes son la ciencia política, la sociología electoral y la comunicación. Sus desavenencias con el marketing comercial son más fuertes que sus afinidades. Se conoce del marketing político mucho más el mito que el método. No es cierto que el marketing político construya campañas vacías y cosméticas, centradas en la apariencia. Por el contrario, las campañas que hacen los buenos consultores tienen poderosos contenidos, guardan muy celosamente las identidades históricas de los partidos, respetan la personalidad de los candidatos y proponen ofertas razonables y orientadas al desarrollo de los países.
El método de marketing político parte del conocimiento del electorado y del diagnóstico de la elección. Mediante estudios de opinión pública y análisis estadísticos trata de llegar a cuatro conocimientos operativos clave, estos son: el candidato, sus adversarios, los electores, y la elección.
En el libro “Political Marketing: Theoretical and Stategic Foundation” de Wojciech Cwalina, Andrezej Falkoski y el mismo Bruce I. Newman, se define el marketing político como “la integración de propuestas que permiten tener un entendimiento del comportamiento humano”, que es la base para lograr una buena campaña de marketing político, pues se hace “énfasis en los mecanismos psicológicos del comportamiento del votante”, y porque “no se limita sólo a los periodos de elecciones y campañas, pues ya no hay diferencia entre la elección y el resto del calendario político”. Mantener la estrategia durante toda la temporada, construye confianza, credibilidad y legitimización.
Es decir, se puede comprender que el marketing político es una disciplina, el estudio de procesos e intercambios entre entidades políticas y su ambiente, con referencia particular del posicionamiento de comunicaciones en distintas entidades, es mas eficaz y contundente que el acarreamiento de personas. Las personas en el comun denominador volteamos a ver nuestro celular unas 300 veces en promedio al día, para ver facebook, instagram, whats app y checar nuestro correo electronico.
“Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después, un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después” Sun Tzu.
Desde los sofismas de Gorgias, Pitágoras, Protágoras, Parménides, Isócrates -y demás retóricos- hasta las actuales recriminaciones a los mercadólogos, publicistas y estrategas de comunicación política, han transcurrido 2,500 años, y aun después de tanto, el cuestionamiento se mantiene en el centro de la discusión. Con la caída del Imperio Romano y la desintegración de su modelo político, la retórica devino en decadencia progresiva. Ya a partir de la edad media la retórica venía evolucionando en dos versiones diferenciadas, una orientada al desarrollo argumentativo, y otra, para favorecer el arte de la brillantez en la palabra. Acusadas ambas por sus críticos empiristas y racionalistas, la primera por carecer de universalidad y la segunda de contenidos. Sin embargo, ambas versiones habrían de llegar a la mitad del siglo XX donde tuvieron una nueva oportunidad de convertirse en el centro del escándalo de la comunidad, pero también de constituir un renovado núcleo de utilidad social.
En una democracia, la principal característica de la persuasión es que prevalece la libertad de elección del individuo. El intento de persuasión apunta a influir en una conducta que finalmente es voluntaria (la libertad política del voto secreto, único, intransferible, etc.) es una forma de buscar el apoyo hacia una conducta política, pero sin el uso de la fuerza o la manipulación de los medios digitales.
“Hacerte invencible significa conocerte a ti miso” Sun Tzu.
In silentio mei verba, la palabra es poder.