Aguascalientes es una ciudad que se lee, una ciudad con distancias muy cortas, una buena calidad de vida y una magia que no se puede describir, tienes que experimentarlo en carne propia. Gracias a ti y a la gran respuesta que tuvimos de nuestro primer top, te traemos la segunda parte de esta entrega.
Y así como toda ciudad tiene historias por contar, desde LJA.MX te contamos nuestro…
Top de leyendas en Aguascalientes
1. Los túneles de Aguascalientes
En Aguascalientes es claro que todos conocemos la extensa red de túneles que se encuentran debajo de la ciudad y en puntos clave, para poderse desplazar dentro de ella. Historias que abarcan desde voces que se escuchan, tesoros que nunca se han encontrado y escapes de familias aguascalentenses cuando llegaban a correr peligro, forman parte de la extensa historia.
Estos túneles eran utilizados por bandidos que ayudaban al pueblo y usaban esta red para poder escapar de las personas a las que le robaban su riqueza. Tal es el caso del bandido Juan Chávez.
“Dicen que el señor Juan Chávez
por los túneles anduvo.
Conocía bien los caminos,
fuera de la ley estuvo”
Un poema de del Profesor Alfonso Montañez, nos llega a describir a la perfección esta leyenda que se hizo alrededor de estos pasajes históricos.
2. El encapuchado
El encapuchado era un fraile que rondaba por las afueras del Jardín de San Marcos al finalizar la larga jornada que tenían los habitantes de Aguascalientes. Este señor usaba una túnica, como un fraile franciscano, en una mano traía una lámpara que avisaba su llegada y por la otra una calavera. Estos artefactos era utilizados para causar pavor entre las personas que se atrevían a dar la vuelta por las noches; vecinos morían de miedo al ver el reflejo pasar por sus ventanas.
Cuenta la leyenda que un día un hombre decidió enfrentarse a aquél fraile que aterraba a las personas del jardín. Durante su encuentro, este leñador suelta un fuerte golpe al pecho del encapuchado, sin tocarlo, este desaparece. Días después el leñador encontró su muerte siendo velado en las cercanías del jardín de San Marcos.
3. Los Caporales Ardilla y Comal
José Altamirano y Ardilla, un charro noble y distinguido, reconocido por su buen actuar y sus finos modales contaba siempre con su compañero Juan Manuel Espino y Comal. Ellos trabajaban bajo las ordenes de los Marqueses de Guadalupe, ambos, se encargaban de resguardar la parte norte y sur de sus terrenos.
Al ser una extensa distancia por recorrer, nuestros protagonistas se comunicaban vía un cuerno de características muy especiales, se decía que se podían escuchar desde Pabellón hasta el cerro del Picacho. Ellos eran encargados de resguardar también el rebaño de sus marqueses. Un día Altamirano y Ardilla se percató que día con día disminuía el volumen de animales, al darse cuenta de ello al amanecer se dio a la tarea de arreglar las vallas, esta promesa les hizo a sus patrones, pero al darse cuenta que era una tarea titánica e imposible de realizar de un día a otro, Ardilla en las faldas del cerro del muerto le pidió a Lucifer ayudarlo en su ardua tarea.
¡ Convenidos ! ¡ A la obra ! . . .
se escuchó una voz tenebrosa dentro de la caverna, al finalizar sus palabras, el vallado estaba arreglado.
En tres días Lucifer cobraría su deuda, Ardilla estaba devastado, se lo comunicó a Comal y a su patrona. Llegó el día que José tenía que pagar su deuda, pero contaba con un plan, Comal ayudó a su amigo a colocar muchas cruces a su alrededor para espantar al diablo en el lugar de su encuentro, también Ardilla tenía en sus manos un crucifijo y una frase que su marqueza le había dicho: ¡Ave María!
Durante el encuentro, Lucifer al percatarse de este plan, intentó tomar posesión de él, Ardilla grito con todas sus fuerzas el ave maría y con coraje, el diablo lo arrojó con tal fuerza que vino a quedar estampado en una peña llamada ” La Peña Blanca”, la cual se ve desde la población. Dicen que a la fecha se nota su estampa.
