- La alerta sanitaria por clonación de Plaquenil llegó cuando muchos pacientes ya lo habían tomado: hay una cascada de denuncias por todo el país. “Es increíble cómo la gente puede llegar a hacer estas cosas por unos cuantos pesos y a costa de la salud de otros”, comenta una afectada.
“Mi lupus va de mal en peor, recaí horrible en abril y esto lo explica”, afirma con enojo, rabia e indignación Patricia, de 30 años, pocas horas después de enterarse que la hidroxicloroquina que ha tomado en los últimos meses es falsa, aunque la compró en una de las mayores cadenas de farmacias en Mérida.
“Fui al hospital porque no era real el dolor que sentía. Me dijeron que todo estaba inflamado y ahora entiendo. Es horrible que exista alguien que haga esto: falsificar medicinas y jugar con nuestras vidas”, añade, tras reparar en que prácticamente estuvo los últimos tres meses sin tratamiento y por ello la enfermedad que le diagnosticaron en enero no cedía, incluso se agravó a partir de abril. Además de lupus eritematoso sistémico (LES) padece síndrome de fatiga crónica, fibromialgia y fotosensibilidad extrema.
Los médicos recetaron inmunosupresores más potentes y agresivos, casi en dosis máximas de acuerdo a su peso de 53 kilos, para frenar el brote que le inició con dolor e inflamación de articulaciones. “No podía casi caminar, ni teclear, ni sostener mi celular. Horrible. Entonces empezaron los síntomas de recaída, reaparecieron las alas (de mariposa)”, señala en referencia al enrojecimiento y erupción en la piel de mejillas y nariz distintivo del lupus. Empezó a pasar proteína por la orina, a tener daño cognitivo y en la vejiga.
La noche del viernes 26 de junio, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) emitió una alerta sanitaria sobre la falsificación del medicamento Plaquenil (hidroxicloroquina), tras recibir un oficio de Sanofi-Aventis de México, S.A. de C.V. que advertía sobre este fraude.
Alerta sanitaria de Cofepris.
Patricia, de Yucatán, a quien identificamos así porque pide mantener su identidad en secrecía por el estigma social que aún hay para enfermos autoinmunes, compró en marzo 10 cajas para seis meses en la sucursal de Farmacias Yza de la colonia Pinos, las cuales empezó a tomar poco después y aunque para ese entonces se sentía a un paso de la remisión, tras haber consumido tres cajas de Plaquenil que sí le ayudaron, para inicios de abril todo se revirtió.
Las medicinas, por las que pagó 6 mil pesos, todas son falsas, y lo pudo cotejar con otras dos originales que conocidos le hicieron llegar de Chetumal, Quintana Roo y Guadalajara, Jalisco. Pero además del lote 9MXA006 apócrifo, que es el que reporta la alerta sanitaria federal, asegura que tiene cajas de un lote 9MXA007 que presentan las mismas características que advierte Cofepris sobre el fármaco fraudulento. “Me siento estafada, ya no tengo confianza de tomar Plaquenil, esto es igual que cuando les dieron agua en lugar de quimioterapia a niños con cáncer”.
Trabaja en el ramo de la salud, pero no pudo percatarse de que las medicinas eran clonadas por la similitud en los empaques a simple vista, por lo que podría ser un obra de profesionales a gran escala o un fraude de la delincuencia organizada.
En las siguientes horas de emitida la alerta los grupos de redes sociales de personas con lupus y otras enfermedades reumáticas y autoinmunes la discusión pasó de la sorpresa e indignación de quienes iban identificando que habían sido engañados, al estrés y miedo por no saber si lo que tomaron les podía generar un daño extra.
Durante el fin de semana los casos se fueron multiplicando, generando una cascada de denuncias de pacientes por todo el país y la mayoría reporta que la adquirió en su farmacia de confianza, algunos más por proveedores de hospitales y distribuidores de medicamentos que contactaron ante el desabasto, lo que revela que este fraude corrió por canales de distribución formal hasta mostradores de pequeñas farmacias de barrio o grandes cadenas. A otros más se las donaron por lo que no conocen bien a bien la cadena que la puso en el mercado.
Sin duda un crimen que debe investigarse a fondo y ocurre en momentos en que este fármaco además de utilizarse para el tratamiento de malaria, artritis, lupus y otras tantas enfermedades autoinmunes, aumentó su demanda por ser incluido en protocolos de investigación para el tratamiento de pacientes graves con Covid-19, la infección que provoca la pandemia del nuevo coronavirus SARS-COV2, así como en ensayos profilácticos. Hasta ahora no hay reportes sobre si a nivel hospitalario se distribuyó este lote clonado del fármaco, pero los defraudados indican que habría más de un lote falsificado.
De acuerdo con la Ley General de Salud, ameritan sanciones penales y multas importantes para quien falsifique medicamentos para uso y consumo humano, y sus envases o empaques, leyendas, información y números o claves de identificación, así como a quien venda, comercie, distribuya o transporte estos productos apócrifos.
EMEEQUIS buscó entrevista con el comisionado federal, José Alonso Novelo, titular de la Cofepris, y requirió información sobre el procedimiento que sigue tras la denuncia realizada y los testimonios de los pacientes afectados, sin tener respuesta a la petición.
Los pacientes que han reportado haber sido defraudados señalan que ni Cofepris ni Sanofi les han respondido por las denuncias, cinco días después.
ALERTA: REVISA, COMPARA, SUSPENDE Y REPORTA
Sanofi asegura que la seguridad de los pacientes es su prioridad. Por ello reportó a las autoridades de salud tan pronto como tuvo el resultado de una investigación que inició tras la denuncia de un paciente –en México– que acusó haber recibido una caja apócrifa de la medicina. Como parte de sus protocolos internos gestionó con el denunciante la recuperación de las piezas reportadas y tras un análisis físico y químico al producto, constató que era una falsificación y no contenía hidroxicloroquina.
Las tabletas contienen celulosa microcristalina, un aditivo usado en la industria de alimentos como texturizante, emulsionante y más comúnmente para vitaminas y suplementos. El producto se ostenta como de patente del lote 9MXA006 y caducidad MAY 22, en su única presentación de 200 mg en caja de cartón, con 20 tabletas en envase de burbuja.
Cofepris pidió a la población que cuenta con Plaquenil revisar si tienen ese lote y si advierten las diferencias que señala la alerta, y a quien lo esté consumiendo suspenderlo y reportarlo. Y antes de una compra revisar y cotejar posibles diferencias de impresión, color, tipo de fuente y precio en la caja de cartón, así como en el blister o empaque primario, lo cual es difícil hacer, pues ninguna farmacia permite abrir el producto antes de pagarlo.
A hospitales, farmacias y puntos de venta, la autoridad les pidió revisar sus existencias y, de encontrar cajas del lote señalado que generen sospecha, inmovilizarlas y dar aviso a Sanofi y a Cofepris de inmediato. En todos los casos las denuncias de ciudadanos y establecimientos deben dirigirse a Sanofi México al correo [email protected] o al teléfono 55 5484 4136 y a Cofepris [email protected] o al teléfono 55 5080-5200.
Sanofi México señala en su posicionamiento que ellos ayudarán a verificar la autenticidad de los empaques y el producto a las personas que sospechen de tener un fármaco apócrifo o tengan dudas a partir de la alerta emitida, pero advierte que si se tienen datos y detalles de cómo adquirieron el producto y se relacionen al caso de la alerta, los pacientes o clientes consumidores deben informar a la Cofepris de ello, ya que “la falsificación de medicamentos es un delito y representa una amenaza a la salud pública”.
Posicionamiento de Sanofi.
Además, la Comisión federal cuenta en su sitio web con un apartado para presentar denuncias sanitarias con el objetivo de que los denunciantes den a conocer a esa autoridad hechos, actos u omisiones en materia sanitaria que provoquen un daño a la salud de la población o le representen un riesgo, como en este caso. Y aunque en la alerta sanitaria no se refiere, esta denuncia se puede presentar llenando un formulario con los datos de quien la presenta y los datos de el establecimiento y producto que denuncie.
“PRIMERO EL DESABASTO Y AHORA CLONAN MEDICINA”
A casi 2 mil kilómetros de Patricia, para Hugo César Coronado, de Reynosa, Tamaulipas, la noticia cayó como bomba. Tras enterarse de la alerta y cotejar las medicinas, entendió que esa sería la causa de que Mía Dannae, su hija de 8 años y quien desde hace tres fue diagnosticada con lupus eritematoso, esté malita. Viven en la colonia Delicias y asegura que él mismo compró el medicamento en una pequeña farmacia cercana de la que no recuerda nombre pero se ubica en la colonia Las Fuentes.
En la primer quincena de abril adquirió una caja que le costó mil pesos, en mayo fue por otra y este mes también. “Mi niña empezó a tomar esas pastillas falsas desde hace más de dos meses y ha tenido dolor de cabeza, de huesos, tiene infección en vías urinarias y problemas de riñón”, que considera se le agravó muy rápido. Días atrás le hicieron estudios y aún esperan resultados.
“Nosotros confiando que sí era Plaquenil y ahora resulta que no era. No se vale y menos porque es la vida de una niña”, dice, al condenar el crimen que es distribuir medicina falsa, sobre todo en este tipo de pacientes. La inflamación que provoca la activación del lupus puede afectar diversos órganos de forma grave e irreparable, señala la reumatóloga Marta Ligia Ramírez, presidenta de la Asociación de Pacientes Reumáticos de México (APARMAC).
Lo mismo le ocurrió a Gabriela Vargas, de 31 años, paciente desde hace año y medio de lupus discoide y habitante de Teoloyucan, Estado de México. En marzo encontró sólo una caja que le costó más de mil pesos, al andar buscando de farmacia en farmacia. En otra le dijeron que se la conseguían a mil 500 pesos por unidad. “No regresé”, recuerda. Pero en abril, fue a la Farmacia San José cercana a casa y allí le vendieron la primer caja engañosa. Adquirió dos más a 740 pesos cada una.
Nunca notó la diferencia hasta que vio la alerta y comparaciones que hicieron otros pacientes y cotejó. Estaba consumiendo la tercera y le quedaban 8 tabletas, la suspendió aunque su cuerpo ya había resentido la falta de medicamento. Dolor muscular y mucho cansancio fueron sus síntomas. “Estoy molesta por la gente que juega con la salud de las personas y ni hablar del precio excesivo, ¿que harán las autoridades?”.
Gabriela Blanquer, de 30 años, paciente de LES y Síndrome de Anticuerpos Antifosfolípidos (SAAF), pensó “primero el desabasto y ahora clonan la medicina”, lo comentó a su madre, pero no imaginó que era de las afectadas y a eso se debía la debilidad, dolor insoportable en piernas, cabeza y en todas las articulaciones, recaída por la que el médico había tenido que ir a verla a casa.
Cuenta con cinco cajas apócrifas del lote 9MXA006, tres cerradas, la que estaba consumiendo y una que ya se había terminado. “Antes de dormir me dio inquietud, me levanté y abrí el cajón donde tengo mi reserva y vi que coincidían. Tenía una de un lote distinto, así pude compararlas, y pensé esto debe saberlo la gente así que tomé fotos, señalé las diferencias y las subí a Facebook”, recuerda sobre su publicación casi a media noche del viernes y que se ha compartido más de 4 mil 500 veces.
UN COMENTARIO DE TRUMP INICIÓ EL DESABASTO
El desabasto de hidroxicloroquina, ocurrido a fines de marzo en México y el mundo, se produjo luego de que el presidente estadounidense Donald Trump señalara que este fármaco se estaba probando con éxito en el tratamiento de Covid-19 y que en combinación con la azitromicina podría cambiar la historia de la medicina. Días después la FDA la avaló en el tratamiento de pacientes graves en ese país y en México se iniciaron los protocolos de investigación. Actualmente se ha descartado para Covid, debido a que en los ensayos se reveló que no logra reducir la mortalidad de pacientes hospitalizados con coronavirus en comparación a quien toma tratamiento estándar, anunció la OMS este fin de semana.
Blanquer, quien trabaja home office para una comercializadora desde la colonia Clavería de la alcaldía Azcapotzalco, en Ciudad de México, pidió por esas fechas en grupos de chat de la familia y amigos ayuda para conseguirla. Le enviaron cinco cajas adquiridas en distintas farmacias de cadena o de barrio de diferentes zonas de la capital y una más desde Torreón, Coahuila. Con este stock, cuando Sanofi puso en marcha su programa de entrega a domicilio, no se inscribió, porque tenía cubierta medicina hasta octubre. Ahora espera ser incluida, llamó a la línea pero nadie le respondió.
Tras saberse engañada, la mañana del sábado buscó a quienes se las consiguieron y todos constataron que las compraron en establecimientos formales. Hubo quien le envió dos cajas le dijo que las compró en una Farmacia San Pablo cercana al Centro Médico. “No fue que conociera a alguien que las vende más baratas o las consigue por fuera, siempre pagué el precio que era. Está muy bien hecha la caja como para darte cuenta. Sí le tapa el ojo al gato, como dirían”.
Asustada, llamó a su doctora y ésta le explicó que la sustancia encontrada no le haría daño. Le reveló que le preocupaba que tuviera síntomas tan fuertes aún con apego al tratamiento, pero “ahora sabemos que pasó”, dice, con alivio de que no fue su cuerpo el que no reaccionó al fármaco, sino que estuvo sin él más de un mes. “No es que tuviera veneno de ratas y vaya a morir pero si puede haber consecuencias graves porque dejé de tomarla”, añade.
Se sabe afortunada al poder comprar de nuevo las cajas de medicina, pero cuestiona “¿qué pasa con las personas que sacrificaron una quincena para comprar su medicina y que saliera falsa?. Nadie les va a devolver o ¿quién va a responder por ello?”. Reportó a Sanofi su caso, estará pendiente de qué hará la autoridad.
Pero Amaranta Castillo, quien tiene síndrome de Sjögren y reside en Tampico, Tamaulipas, no tuvo la misma suerte. Consumió una caja del lote falso y le causó problemas intestinales. “Me dolía el estómago, tuve náuseas, diarrea y perdí el apetito”. Para reportar cualquier reacción adversa por el consumo del fármaco apócrifo, la autoridad sanitaria pide dirigirse a las ligas “¿Te hizo daño un medicamento?”, VigiFlow, e-Reporting o vía el correo [email protected].
Aunque desde el fin de semana puso sus denuncias por la estafa, hasta mitad de semana no tenía respuesta ni de Cofepris ni de Sanofi. “Me da coraje, porque hay gente a la que se le reactivó la enfermedad. Yo ya no quiero tomar ese medicamento, voy a preguntar si me lo pueden cambiar, pues no hay seguridad”, añade, ya que por su enfermedad ella no puede ser incluida en el programa Entregando Salud de Sanofi, pues no es de las condiciones aprobadas ante Cofepris, aunque por años los médicos las han prescrito para SAAF, síndrome de Sjögren, esclerodermia, dermatomiositis y en casi cualquier enfermedad del tejido conjuntivo que genere dolor articular.
Su gastroenterólogo le recetó otras medicinas, pero ella suspendió el consumo de esa caja de Plaquenil por casualidad y sin saber que era falsa. Tenía una caja de hidroxicloroquina genérica del laboratorio Maver con una caducidad más pronta, y decidió tomarla primero. “Tuve suerte porque la dejé”.
Fue a fines de marzo que conocidos y familiares le consiguieron varias cajas del medicamento en farmacias, principalmente en la Ciudad de México, por ello no puede determinar en cuál se compró el medicamento apócrifo. En los tickets que le enviaron dan cuenta de compras en San Pablo y otra en Farmacia Ramírez de Descuento, de la colonia San Pedro de los Pinos. El mismo lugar en que familiares le consiguieron cuatro cajas a Alejandro Alcaraz y se las enviaron a Celaya, Guanajuato, para que no detuviera su tratamiento por el lupus que padece. Todas del lote 9MXA006, a un precio de 756 pesos por caja.
Esto evidencia negligencia, desinterés ante los enfermos autoinmunes, cuando se supone que hay un sistema de calidad, refiere Castillo. “No veo que lo hablen públicamente, ni siquiera que se comuniquen con quienes denunciamos. Si tuvieran un poco de respeto, nos habrían respondido algo”, señala.
MIEDO, ESTRÉS… TAMBIÉN EN DONACIONES
Para Erika Kaiser, paciente trasplantada de lupus y creadora de la iniciativa #NoMeDejesSinMedicinas que desde la última semana de marzo ayuda a quienes necesitan hidroxicloroquina a conseguirla vía donaciones y ayudar a quienes la requieren a comprarla a quienes la adquirieron por pánico y no la necesitaban, refirió que hasta la tarde del sábado recibió al menos 20 testimonios de personas defraudadas con el fármaco falso desde distintas partes del país, entre Ciudad de México y municipios del Estado de México, Monterrey, Puebla y Yucatán entre otras localidades.
Sobre todo tienen miedo de que ya se la tomaron y que su enfermedad se pueda activar, dice, y aclara que antes de que se emitiera la alerta nunca recibió comentario o sospecha de algo como esto. “Lo que me impacta es que hay gente que lo consiguió en grandes cadenas de farmacias como San Pablo o Guadalajara y señala que son falsas. Estoy impresionada.”
Considera que este fue un trabajo de profesionales. “Hay muchas similitudes entre caja y caja”.
Precisamente a través de una donación fue que Nadia Vázquez recibió una caja de la medicina engañosa de dos que le entregaron. En mayo, luego de que EMEEQUIS publicó el caso de su hijo Samm y que no podían encontrar la hidroxicloroquina que controla el Síndrome de Anticuerpos Antifosfolípidos (SAAF) catastrófico primario que padece, esta madre de familia de San Luis Potosí recibió ayuda de gente que quiso apoyarlos para que a su pequeño no le faltara tratamiento.
“Vi el comunicado y chequé las cajitas y pues una sí está diferente. Ya no se puede confiar en las grandes cadenas, incluso desde la farmacéutica”, al desconocer en donde fueron obtenidos y luego de leer múltiples testimonios de otras familias en su misma situación o defraudadas por su establecimiento de confianza.
DISTRIBUIDORES, PROVEEDORES… ¿EN DÓNDE SE ROMPIÓ LA CADENA?
Para Ilse Villegas, de 25 años y desde hace 15 con lupus eritematoso, es reprobable e indignante este acto delictivo. Fue de las primeras en identificar que ella también recibió el lote falso en la colonia Xaltocan, en la alcaldía Xochimilco de la CDMX. Sus padres suelen comprar dos cajas cada que ella se termina la primera de las dos que consume al mes, pues toma pastilla y media a diario. Las tenía aún íntegras en un cajón de su recámara donde guarda sus reservas.
Ilse Villegas detectó las diferencias de tipografía entre la medicina verdadera (izquierda) y la falsa (derecha).
En mayo recibió el Plaquenil apócrifo de un proveedor que contactaron familiares en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, ante la petición de ayuda de sus padres por el desabasto que había desde fines de marzo. Oncodifar es la firma que distribuye medicamentos y equipo a hospitales y le vendió dos cajas que costaron 1,200 pesos cada una, al doble del precio en farmacia.
Tras darse cuenta del engaño, se dio a la tarea de analizar las cajas falsas con una original y hacer fotos de ambos empaques, para destacar las diferencias más notorias, ya que en la alerta no se incluyeron imágenes, y compartirlo a su comunidad de lúpicos para contrarrestar el fraude a otras personas. “No se vale que alguien lucre con la salud de una persona que si no se toma este medicamento puede fallecer”.
El fin de semana, su prima buscó a quien les vendió para que les hicieran un reembolso. El vendedor insistió en que estaban avalados y que revisara las marcas de agua y les compartió un documento que respalda el lote adquirido y dijo que el lunes verificaría con sus superiores si procedía la devolución, pues las cajas fueron abiertas. El propio laboratorio confirmó a EMEEQUIS que el documento de seis hojas titulado “Certificado analítico de conformidad”, con fecha del 1 de enero de 2020, es falso. En la semana, el vendedor pidió devolver por paquetería el producto y una vez que tuviera las guías de envío se le depositaría su reembolso.
“YO PENSÉ QUE LA PASTILLA TENÍA UN DEFECTO Y ASÍ ME LA TOMÉ”
En mayo, Lizbeth Morales, de 40 años y paciente de lupus, ya no encontró dosis por todo Celaya, Guanajuato. Antes de que se le agotara lanzó un llamado por redes para conseguirla. La contactó una doctora de apellido Vargas, quien le dijo que su proveedor tenía en existencia y ella se la podía enviar desde el Valle de México. Le pidió una caja que le vendieron a 900 pesos y después dos más, depositó en una cuenta de Oxxo y la recibió por paquetería, pero no la consumió de inmediato.
Al emitirse la alerta se supo defraudada, pues días antes había buscado a la doctora porque las pastillas sabían y olían raro. “Le pregunté si el medicamento no era pirata, así tal cual, porque no sabía igual. Y me dijo que nadie a quienes les vendió le había dicho algo así y me pidió le dijera de qué lote eran”. Fueron del 9MXA006 alertado. Vargas le pidió probar con la caja del lote 9MXA009 y caducidad AGO 22 que le envió en su segundo pedido, pero Lizbeth ya no lo hizo, pues comparó las cajas y vio que eran iguales y se dijo “quizás soy yo”. Así que tiene una caja de otro lote al denunciado y busca reportarlo para que también se investigue.
Lizbeth Morales compartió imágenes de la medicina clonada. La pastilla falsa tiene filos alrededor.
Siguió tomándola hasta el viernes, que se enteró de la falsificación, y buscó a la doctora para preguntarle quién es su proveedor y le dijo que se llama “Medicom” o “Medycom” y que lleva más de cuatro años comprandoles, por lo que estaba sorprendida de que fuera falsa. Para el lunes recibió el reembolso de 2,700 pesos por las tres cajas adquiridas y la mujer con la que nunca habló vía telefónica, sólo vía mensajes le dijo que esto es vergonzoso y la desacredita. “Pienso que igual a ellos también los engañaron”, concluye.
Jazmín Nava, de 38 años y vecina de la colonia Ampliación Dolores, también compró el falso fármaco a fines de marzo en Oaxaca. Toma una pastilla diaria como tratamiento para el lupus que padece desde hace 16 años, por lo que consume caja y media al mes. Adquirió 5 cajas a 550 pesos cada una, aunque con las dos que le quedan solo vio que tiene una apócrifa.
Validó que una caja tiene distintas características pero no sabe si antes tomó otra que fuera falsa, pues ya las tiró y la que tiene en uso es original y de otro lote. “La compramos en una distribuidora, mi hermana trabaja en una farmacia y por medio de ellos la conseguimos”, comenta. Indaga qué empresa le vendió para hacer su reporte.
TE RECOMENDAMOS: EL MERCADO NEGRO DE LA HIDROXICLOROQUINA
Es maestra de preescolar, pero por un brote fuerte hace más de dos años dejó su plaza. Hoy hace manualidades y da clases en la escuelita de iglesia a la que asiste, aunque desde diciembre las dejó por una bacteria que la mandó a la cama. Este fraude sí representa un daño importante para su economía y la de su familia que la apoya. También padece fibromialgia, hepatitis autoinmune y nefritis lúpica por lo que además toma prednisona, micofenolato de mofetilo, furosemida, ácido fólico, pregabalina y omeprazol.
Aline Campos, de 35 años y vecina de la Unidad Modelo, Iztapalapa, tiene lupus discoide y adquirió una caja del lote engañoso a fines de abril. Un amigo la compró a una conocida que trabaja en una proveedora que entrega medicina a la Farmacia San José, de avenida Gabriel Mancera en la colonia Del Valle. Ellos a su vez la compran a distribuidores mayoristas, explica. “Quiero pensar que también en esa farmacia llegaron a tener esa medicina falsa”, comenta, pues allí fue el punto en donde los citaron para recoger el fármaco.
Está sorprendida del fraude y entre las diferencias mayores que advierte es que el blister original es más grueso y la tableta que sí es hidroxicloroquina está más redondeada. “Yo pensé que la pastilla tenía un defecto y así me la tomé. Es increíble cómo la gente puede llegar a hacer estas cosas por unos cuantos pesos y a costa de la salud y necesidad de otros de los cuales su vida depende de tomarlos”.
Todos estos pacientes buscan ahora adquirirla directo de Sanofi. “No lo hice antes porque creí que era engorroso, pero ahora no tengo de otra, quiero estar segura que voy a recibir bien mi medicamento”, añade Campos.
EL MISTERIO: ¿CÓMO LLEGARON ESOS MEDICAMENTOS?
¿Pero cómo llegaron estos medicamentos falsos a la industria formal que vende los medicamentos en todo el país?, ¿quiénes son los distribuidores y subdistribuidores que reparten el fármaco en las distintas plazas?, ¿cómo se valida que los productos que se ofertan en los distintos puntos de venta estén verificados?, son preguntas que estos pacientes autoinmunes se hacen y esperan que la autoridad pueda aclararlo.
El tema no es menor, seis de 10 diez medicinas que se ofrecen en el país son robadas, caducas, falsificadas o elaboradas sin requerimientos mínimos de calidad y 8 millones de pacientes se ven afectados, de acuerdo con datos del “Ranking 2018, El Mercado de las Medicinas Ilegales en México” de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica, A. C. (AMIIF).
De acuerdo a Sanofi México, tras presentar la denuncia es que las autoridades buscan detectar en dónde se rompió la cadena, por ello reiteran que los datos que los pacientes puedan proporcionar a la autoridad servirán para avanzar en las investigaciones. Aún hay muchos detalles que se deben dar a conocer sobre las pesquisas que esto desate.
@tanggerine