-Sólo esta vez te permitiré preguntar,
-¿Es cierto?
-¡No!
Dialogo final entre Michael Corleone y Kay Adams
El Padrino I
La semana pasada LJA.MX me dio oportunidad de publicar respecto al segundo año de López Obrador y los sonados 30 millones de votos, al final comenté respecto al desgaste de la figura presidencial y no me refiero solamente a AMLO, si no al estilo de gobernar mexicano en torno a la figura presidencial.
De esos 30 millones de votos algunos son fieles a la postura y lo que representa, por que así sucede en una sociedad plural, pero es innegable que un alto porcentaje de votos proviene de las maquinarias cuyos líderes siguen manipulando, es decir de los “busca chambas” y otros votos de aquellas personas que decidieron por esta vez dar una oportunidad por lo que se dijo y por lo que se esperó, lamentablemente fueron decepcionados.
Otros procedieron de las maquinarias que buscan controles de poder como sucedió en los estados gobernados principalmente por el PRI que fueron leales a Peña, un presidente que al día siguiente de la elección desapareció y cedió todo a AMLO, al grado que se dijo a través de esa maquinaria de redes sociales que en ese momento funcionaban con precisión e impacto, que aún no gobernaba y como estaba cambiando todo, cierto, pues Peña ya había cedido como parte de su acuerdo. La manipulación era tal, también que la agresión en redes a quien disintiera era enorme, Fernando Aguilera Lesprón publicó a propósito un ejercicio al respecto en este diario. Como también la ingenuidad de varios ciudadanos simpatizantes de AMLO que pensaban que ojalá quienes protestaron contra AMLO el día 01 de diciembre cuando tomo protesta no fueran a hacer destrozos, así lo publicaban en redes, sin embargo, estos simpatizantes incondicionales pensaban que estos manifestantes que no se cubren la cara ni recurren al estilo porril que aún vive, no generarían destrozos, acciones típicas y peculiares de quienes están ahora bajo el cobijo de los afines a palacio Nacional.
La desmemoria suele estar presente en quienes hablan de bonanza antes de la llegada de lo que algunos llaman erróneamente “Neoliberalismo” que a su vez padecen el mismo extravió de quienes tildan a la administración actual como “marxismo”, “comunismo”, ”socialismo” cuando es un simple y llano populismo, olvidaron lo que se vivió en las administraciones de Echeverría y José López Portillo.
Me atrevo a insistir que lo que estamos viviendo es una metamorfosis de la “Sombra del Caudillo” la figura del todo poderoso titular del ejecutivo, que se convirtió en el estilo peculiar mexicano de la concentración de poder, “¿Qué hora es? -La que usted diga señor presidente-“ es decir, una respuesta tipo López-Gatell hacia el presidente, de esa figura carismática como lo definía Pablo González Casanova, propia del populismo. Recuerdo que allá por el año 2002 en una entrevista en canal 22 realizada por Guillermo Murray a Germán Dehesa, don Germán le diría “…antes se necesitaba ser valiente para criticar al presidente, ahora se necesita ser valiente para defenderlo”, esto le decía en torno al escenario de la presidencia de Vicente Fox. Al principio cuando AMLO triunfa, se necesitaba ser valiente para manifestar una opinión en desacuerdo, por la respuesta inmediata y agresiva de las hordas esas que con atino describió Umberto Eco “como legión de idiotas”.
Pero ahora esa contundencia se va diluyendo, así como la gestión de AMLO tiende a una ingobernabilidad como consecuencia de diluir las instituciones en el afán del aparente puritanismo destructivo, vean los casos de Maximilian Robespierre, puritano, intolerante, mitómano que terminará en la plaza pública guillotinado, AMLO se dirige a una defenestración, pues esa dilución induce que cada día que transcurre es más evidente que se necesita ser valiente para defenderlo.
Se percibe también que las decisiones han obedecido al interés de permanecer en el poder, al costo que sea, finalmente él aprendió que tras sus intentos anteriores, uno por su descuido en las urnas en defensa al voto, perdió en 2006 ante Calderón, aunque en su berrinche de fraude que no lo era, arrojó acusaciones con su peculiar estilo, pudo quizás haber ganado de tener en cada casilla un representante sabedores de la importancia en la interpretación de los votos válidos y nulos, aunado a otro factor que parece han olvidado Calderón tuvo la alianza de la mítica maestra, o ¿No recuerdan la votación diferida que tuvo el candidato Campa Cifrian y el resto de Nueva Alianza? Sí, la maestra fue aliada de Calderón, ante un impresentable como Roberto Madrazo y al estilo sucedió después de la elección de 2012, luego al crearse Morena como un partido “cachatodo” ya vimos el tipo de personajes impresentables en la política que ahí están, desde Bartlett, Elba Esther, Gómez Urrutia, etc.
Morena fue la sede a la que migraron lo más tóxico de las tribus perredistas, personajes que se disfrazan de la bandera de izquierda, pero no dejan de ser mercenarios. una organización en descomposición acelerada que en cuestión de meses será un lastre y el peor aliado de AMLO, por eso buscaría la alianza del PRI a través de personajes que ahora permanecen en la sombra pero que son expertos en los laberintos de poder. Por cierto, ¿En dónde anda Beltrones o Gamboa?, otros como Heladio Ramírez están presentes con su hijo al frente del Issste, y así, lo tenemos.
Mencioné la dilución de las instituciones que emprendió desde el inicio y eso terminará por romper un blindaje que debe beneficiar al titular del ejecutivo en su función, no en el ejercicio de concentración del poder, AMLO olvido que la fuerza no está en la concentración sino en la alianza con la fortaleza de las instituciones, ni siquiera con los individuos, así lo vimos con la liberación del hijo del Chapo, tema curioso en alguien que ha protegido y eso es visible, miren la primera vez que se fugó el Chapo caminando por la puerta principal, los analistas dijeron que la orden salió de los Pinos, por eso han apuntado a Alfonso Durazo que despachaba en la oficina de los Pinos en esa administración, en el sexenio de Peña escapó a través de un túnel no por la puerta y ahora, fue evidente la orden. No se usted amable lector pero en lo personal tuve una sensación de riesgo a nivel nacional, ustedes recordarán que en octubre del año pasado en el “Culiacanazo” el presidente iba en un vuelo comercial en ese momento aislado de la telecomunicación por esa obsesión que suele presentar con frecuencia basada en la estulticia y populismo ramplón, no se pudo tomar control inmediato, además creo que ciudadano normal viajado en el mismo vuelo podría haber padecido la angustia por que el crimen organizado puede hacer volar un avión comercial en donde viaja irresponsablemente el presidente, sin custodia aérea poniendo en riesgo a los pasajeros, algunos inconscientes más emocionados por la selfie que por su seguridad.
Para rematar con la irresponsabilidad se tienen las consultas y demás ocurrencias que nada tienen que ver con las políticas públicas, un tren que es obsoleto, medio de transporte que fue típico modelo de desarrollo del siglo XIX, no del XXI, en donde puede pensarse en otros modelos acordes a la sustentabilidad y desarrollo, la doble moral en una presunta izquierda que niega los derechos fundamentales, en la mujer y la diversidad, temas que son agenda de una izquierda real.
La caída económica, el pésimo manejo de la pandemia, el nulo respaldo al sector productivo, el fracaso del sistema de salud que fue desbaratado, y un dinero que muchos se preguntan en dónde está, sólo puede estar en un solo lugar, no, ¿no me refiero en las arcas del presidente e hijos?, “los nuevos Bribiesca”, no, para alguien que se desprende del dinero fácilmente porque trabaja con dinero ajeno, le es fácil saludar con sombrero ajeno, es decir, los impuestos. Antes del Covid, el dinero no se veía resignado en la austeridad, sólo podía tener un destino es decir el “2021”, apostar a las elecciones que garantizarían de nueva cuenta una mayoría, así es, AMLO y la cofradía de la 4T, saben que necesitan mayoría y esa no puede llegar por el voto libre, sino con las masas que siguen el adefesio creado por el rancio presidencialismo, ahí está el dinero.
La corrupción que se niega a reconocer a su alrededor, la sordera, la ceguera que prevalece es parte de un fenómeno de poder, y que hay aspectos que destacan en un personaje que efectivamente logrará el objetivo de ser recordado en la historia, pero será a un lado de los López, el del siglo XIX López de Santana y el del siglo XX López Portillo.
Un personaje que se alimenta del consumo en medios de comunicación, que ha marcado agenda por que los medios lo alimentaron y hay quienes lo consumen, pero hay otro sector que pasa de largo y no quiere perder el tiempo con “la mañanera” ni en las tardes con López-Gatell. En la medida que no tenga impacto, y solo siga con sus redes, prevalece la dilución, a AMLO no lo derrotarán los demás partidos políticos que son un cero a la izquierda, así como Morena es un lastre para él, los partidos no serán un rival, la sociedad civil organizada es la que puede derribar, pero no se trata de derribar por derribar, pues si lo tumban del pedestal puede llegar un Bolsonaro, o un adefesio que se asuma de derechas, vean qué podemos esperar cuando hay quien tilda de marxista o comunista a AMLO, ¿Qué se puede esperar de esas oposiciones?
AMLO ha sido un embustero eficaz y contundente, recurre a mentir y negar todo, aunque tenga enfrente la evidencia, por eso me recuerda con ese cinismo de negar todo a esa escena final de la película El Padrino en su episodio 1, en la cual la esposa de Michael Corleone, Kay Adams le pregunta si es cierto lo que dicen de que mandó asesinar al esposo de su hermana Constanza, entonces le replica a Kay que no le permitirá meterse en sus negocios y aparenta ceder, le dice que sólo por esta vez le permitirá preguntarle, a lo que tímidamente Kay pregunta: ¿Es cierto?, él responde -No-, la escena es genial de Coppola, pues ella sale de la oficina de un esposo distante, él queda en esa soledad en donde llegan otros a besar su mano como el nuevo padrino. Y terminan por cerrar la puerta excluyéndola, así le sucedió al votante, mientras quienes le besan la mano seguirán ahí en el interior.
El proceso se desmembramiento de ese presidencialismo ha iniciado por que la sociedad es más dinámica, con la debilidad que saben los especialistas en mercadotecnia electoral que saben crear monstruos en vez de servidores públicos, y abusan bombardeando al ciudadano con “fakes”, y no son de la oposición sino del mismo círculo de poder. Sin embargo amable lector, veo que cada vez estamos ante un panorama que a la Suprema Corte de Justicia de la Nación le corresponde y a los ciudadanos invocar los medios de control constitucional, para que no se desmantelen las instituciones, única instancia de equilibrio, en donde este equilibrio será posible el día en que el presidente cumpla con la Constitución esa que protestó cumplir y hacer cumplir, insisto la constitución está sobre el presidente y él debe ser el ejecutor de lo que dicen las leyes, es el jefe de la administración no el semidios forjado en la adulación y lo que remarqué la semana pasada, beneficiario de esa actitud prevaleciente de quienes aún se dejan guiar por la zona límbica y reptílica de su cerebro como lo diría Carl Sagan en su vasta obra.
Esperemos sobrevivir al Covid, y ver esa transición que debe permitir que México prevalezca y no se diluya como lo que fue el siglo XIX un siglo de lucha y polarización, resultado ahora de un personaje que parece permaneció en estado de criogenización y fue descongelado en pleno siglo XXI.
¿Qué es lo que realmente pretende? el día que celebró su victoria, no la del pueblo de México, se hizo presente una señal, motivo de discusión de algunos periodistas, fue la silla presidencial vacía a su lado, esto podría entenderse como consecuencia de esa mentalidad de “mandar al diablo las instituciones”, incluso a la presidencia, las instituciones pueden ser diluidas mientras él tome el control, es decir la institución presidencial es una cadena un dique a su poder, porque el presidente debe obedecer las leyes no crearlas, de ahí su interés por divorciarse de la institución, pretende proyectando al auditorio ingenuidad, ser más que un presidente, es decir, un “caudillo”.
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