- Estudio encuentra poco compromiso contra el calentamiento global por parte de empresas públicas y privadas. “Los directivos no le dan la importancia necesaria al cambio climático”, señala Ninel Escobar, de WWF México
EMEEQUIS/Alejandro Melgoza Rocha
Como si fuera un caldero, el mundo hierve a medida que las empresas giran la perilla para liberar gases y aumentar la lumbre. Cada país aporta en mayor o menor medida. Y México no se salva, mucho menos si se toma en cuenta que se ubica en el deshonroso top ten del mundo. Emite a nivel global 1.7% de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Con el tiempo se han detonado síntomas en el planeta. Algunos palpables y visibles. Ahí está el aumento en la temperatura del aire y del océano, el incremento del nivel del mar y el deshielo… aunque también están los efectos que no se ven, esos que avanzan cautelosos. O también mortíferos, como los huracanes o las inundaciones.
Sólo que este mundo no es un caldero, sino un planeta cuyos ecosistemas se ven en riesgo, lo mismo que la sobrevivencia humana y la estabilidad socioeconómica; por eso hay una emergencia mundial, especialmente desde que comenzó el siglo XXI, la cual llevó a el “Acuerdo de París” en 2015, firmado por 187 países, entre ellos México, con el fin de que no se rebasen de los 1.5º a 2ºC. Es decir, un proceso para eliminar las emisiones de dióxido de carbono, metano y óxidos de nitrógeno.
Sin embargo, esto depende de la cooperación de las empresas, tanto públicas como privadas. Por ello, la organización WWF México midió el “compromiso de las empresas con la descarbonización de sus actividades comerciales, industriales y de su cadena de valor” a través del nuevo estudio Ambiciómetro 2019. Evaluación de la ambición climática del sector privado de México.
Basado en la clasificación de Carbon Efficient Index de la firma S&P, el análisis diagnostica “la ambición de combatir el cambio climático” de 151 empresas, las cuales fueron elegidas de acuerdo a su importancia en nivel de ventas, carácter público o privado, y el tamaño de emisiones de gases de dióxido de carbono. Aparecen desde empresas de energéticos, de alimentos y bebidas, cerveceras, automovilísticas, de consumo, farmacéuticas, transporte, entre muchas otras.
Entre las empresas analizadas, fueron 54 catalogadas de “impacto alto” abarcadas por giros de alimentos y bebidas, energía, materiales, servicios públicos y transporte. Se ubican Grupo México, Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad, FEMSA, Grupo Bimbo, Grupo Modelo, Bachoco, Cemex, entre otros.
Esfuerzos insuficientes
“Los resultados muestran que aún es muy grande la brecha que existe entre los esfuerzos actuales y los esfuerzos necesarios para limitar el aumento de la temperatura media global muy por debajo de los 2°C con respecto a niveles preindustriales, o incluso a los 1.5°C deseables”, señala el documento presentado este martes en conferencia de prensa.
“Esto es preocupante, considerando que las empresas evaluadas son algunas de las más importantes del país. Si así es el desempeño de estas compañías, ¿qué podemos esperar del resto de las empresas?”, precisa el informe.
EMEEQUIS entrevistó a la maestra Ninel Escobar, coordinadora de Cambio Climático y Energía en WWF México, quien apunta que “existen varias barreras para que las empresas tomen acción climática. En el caso de empresas en México falta que el tema sea bien entendido y priorizado por los directivos en las empresas (…) El espíritu del reporte fue evaluar la información pública de las empresas.
“Si bien existen muchas metodologías, muchos recursos… hoy por hoy, para que hagan sus inventarios de emisiones, han mostrado que no existe prioridad en este tema y por eso no lo hacen. Por otro lado, puede ser el caso que tengan inventarios de emisiones, pero no los hacen públicos porque no quieren tener a lo mejor un escrutinio mayor o estar sujetos a una revisión independiente”, añade la especialista en economía ambiental.
Calentamiento global
El cambio climático ha causado estragos en los últimos años. Se manifiesta a través del incremento promedio de temperaturas en superficies terrestres y marinas. Según el reporte del 2014 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los registros de las últimas tres décadas han rebasado “a cualquier época precedente a 1850”.
Según la maestra Escobar, algunas de las sequías, las lluvias atípicas o los ciclones tropicales, son producto del calentamiento global. Para ello ejemplifica el caso del Huracán Patricia, suscitado en octubre del 2015 en el Pacífico mexicano, y el cual rompió el récord como el ciclón más intenso en el hemisferio occidental. “Fue un hito en términos de ver cosas que no se veían antes”, refiere.
Ese evento sólo es una de las tantas cosas que se buscan prevenir con el Acuerdo de París a través de la reducción de los GEI. A raíz de lo anterior, WWF México evaluó 151 de las 500 empresas más importantes del país del ranking de la revista Expansión. Estas representan 13.3 billones de pesos en sus ventas anuales, equivalente al 77% del valor.
Pero las conclusiones no son alentadoras: sólo el 54% de estas reportó sus inventarios de emisiones; esta información incluye la quema de combustibles fósiles anualmente. Dichos inventarios forman parte de un compromiso de México ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, el cual prevé “elaborar, actualizar periódicamente, publicar y facilitar a la Conferencia de las Partes”.
Y no es todo. Los datos continúan: tan sólo el 23% de las empresas establece objetivos para reducir las emisiones, es decir, cambiar sus operaciones y transitar hacia procesos sustentables. Sólo de ese porcentaje, ocho de ellas están alineadas a las metas del Acuerdo de París, adoptado en diciembre de 2015 y firmado en abril del 2016.
Por otro lado, en el cambio hacia las energías renovables, únicamente ocho de las 151 cumplen con los objetivos en materia energética.
Para rematar, es “baja” la participación en proyectos nacionales e internacionales. Esto se demostró con las iniciativas CDP y RE100, ambas dedicadas a fomentar la publicación de datos estandarizados, así como establecer compromisos por parte de las empresas.
En el caso de RE100, sólo 9 de 151 empresas mostraron su interés por el consumo de energías renovables; mientras que, por el lado de CDP, encaminada a realizar cuestionarios con el fin de divulgar información de las emisiones, únicamente participaron 42.
En el estudio también están enlistadas 42 empresas de “impacto medio”. Se trata de automóviles y auto componentes, bienes de capital, equipamiento de tecnología de hardware, equipamiento y tecnología del hogar y servicios de consumo. Por ejemplo: General Motors de México, Grupo Carso, Grupo Posadas, Kimberly Clark de México, Alsea, Pinfra, Mabe, y más.
Finalmente, las 57 de “impacto bajo”. Algunas de ellas son BBVA Bancomer, Farmacia Benavides, Grupo Coppel, Grupo Financiero HSBC, Grupo Televisa, Grupo Elektra, Palacio de Hierro, Consorcio ARA, y otras más.
Estos resultados del informe de 32 páginas, el primero de su tipo con esa metodología, dejan concluir al equipo de WWF México que aún hay “poca ambición” por combatir este problema global.
Escobar lo explica: “Falta de interés, de entendimiento, de visión. Dependiendo del tipo de empresa puede haber dificultades tecnológicas, de capacidades dentro de los equipos para hacer estas acciones. Es muy amplio el espectro de empresas y puede explicar porqué no tienen inventario de emisiones”, explica Escobar.
“A lo mejor las áreas de sustentabilidad tienen conocimiento y entendimiento de lo que se tiene que hacer, de tener un inventario de emisiones, pero a lo mejor los directivos no le dan la importancia necesaria”, abona la coordinadora.
¿Y la ley qué dice?
Una de las metas del gobierno mexicano es reducir un 22% las emisiones de efecto invernadero para el 2030; esto fue integrado en la reforma del 13 de julio del 2018 de la Ley General de Cambio Climático.
Uno de los trabajos de la autoridad ambiental, a través de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), es la imposición de sanciones y clausuras de empresas cuyas emisiones son dañinas. Esto se verifica con el inventario de emisiones.
Según la Ley, la empresa inspeccionada y verificada tendrá que ser multada si no cuenta con la información, datos o documentos. Sin embargo, los datos no parecen alentadores en esa materia.
EMEEQUIS consultó los Informes de Actividades de la Profepa durante el periodo 2016-2019; precisamente cuando empezaron a suscitarse más recortes presupuestales en la administración de Enrique Peña Nieto y que se han mantenido gradualmente con la del mandatario Andrés Manuel López Obrador.
En 2016 se registraron 681 visitas de inspección y verificación de la Procuraduría ambiental; en 2017 fueron 637; luego, en 2018, se acumularon 512; y, finalmente, en el primer año de López Obrador, se registraron 493.
Aunque esto no forma de los apartados del informe, la experta puntualiza sobre ese tema de la regulación y las sanciones que “tienen que garantizar un mínimo de calidad, subir el nivel más (…) No podemos dejar a la voluntad de las empresas el combate al cambio climático. Es un llamado a mayor compromiso y regulación”.
También, desde su punto de vista, debido a que esta emergencia global no es tan cercana a los mexicanos como sí sucede en otros países, “hace falta tener mecanismos más sistematizados de darle información al público, sobre todo: ¿cómo están funcionando las empresas? ¿qué iniciativas hay en el país? (…) Gran parte de los cambios que han hecho las empresas es por la presión de sus consumidores”.
@AleMelgo